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Adicional por presentismo

Miércoles, 28 de febrero de 2018 00:00
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En el marco de la paritaria docente, la gobernadora María Eugenia Vidal hizo un ofrecimiento de incrementar el salario con un adicional por presentismo que equivaldría a $2.000 mensuales. La propuesta fue rechazada airadamente por varios dirigentes sindicales. Hugo Yasky dijo: "El presentismo no es un estímulo, sino una extorsión". En la misma línea, el extitular del Sindicato del Peaje y diputado nacional Facundo Moyano sostuvo: "El presentismo es un "castigo', un ajuste disfrazado". Llama la atención tan categórica afirmación, ya que fue el mediático Facundo quien ­firmó el convenio colectivo de su gremio estableciendo el premio a la "asistencia perfecta"! Por último, Roberto Baradel expresó "la oferta está por fuera de cualquier práctica sindical". ¿Es cierta esta afirmación? No. Los gremios más importantes han celebrado convenios colectivos (algunos hace 40 años) incluyendo distintas modalidades de premios a la asistencia, que oscilan entre un 10 y 20% del salario (Comercio, Gastronómicos, Construcción, Aguas Gaseosas, Vigiladores, choferes de UTA, Estaciones de Servicios, entidades civiles y deportivas, Aceiteros, Calzado, Textiles, etc.) En el sector público, el año pasado UPCN celebró un convenio estableciendo un premio estímulo por asistencia. Una descollante figura política de nuestro país decía: "¿Es tan ilógico que estemos discutiendo el rubro "presentismo' o, si quieren, "presencia pedagógica'? ­Qué interacción con la presencia de un mismo docente todo el año frente al grado en interacción con su alumno! También, mírenlo desde el lado del docente, desde el lado del trabajador: ¿es justo que el que va todo el año, que el que se pela el que te dije para estar sentado frente al grado con todos los deberes, cobre lo mismo que el que va cada muerte de obispo o agarra cuanta licencia tiene a mano? Yo creo que no". ¿Quién era esta figura descollante que realizaba estas contundentes expresiones? Tiene tres segundos para pensarlo. Nuestra benemérita expresidenta Cristina Fernández, cuando hizo una larga defensa de esta herramienta durante un discurso dirigido a la Asamblea Legislativa en 2014.

En nuestra vecina Uruguay (que en muchos casos deberíamos tomar como ejemplo) hace décadas los docentes del sector público tienen una "prima por asistencia".

Quienes cuestionan estos adicionales sostienen que los trabajadores pueden sacrificar su salud para no perder el presentismo. Quizá desconozcan que en la mayoría de los países del mundo el salario por enfermedad no equivale al 100%, como en el nuestro, y que sufre quitas graduales que llegan al 50%. Ello se desprende de un concepto similar al del ticket moderador o coseguro, que se aplica -sin mayores cuestionamientos- a las prestaciones médicas y productos farmacéuticos, donde para evitar el sobreconsumo el paciente debe hacerse cargo de parte del costo de los servicios, insumos y medicamentos. Es cierto que también el salario de enfermedad no es pagado por el empleador (público o privado) en forma directa sino a través del sistema de seguridad social.

De todas maneras, si lo que se busca es una mejora en la calidad educativa (y no un mero ahorro salarial) hay muchos caminos complementarios que -decididamente- las autoridades deben encarar a la brevedad, como lo han hecho prácticamente todos los países en serio.

 

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