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El río Colorado creció notablemente, con los 100 mm de agua caída entre la noche del lunes y la madrugada del martes en la zona de Colonia Santa Rosa, departamento de Orán.
Esto incidió directamente en los vecinos, que a pesar del aguacero tuvieron que soportar cortes en el servicio de agua, porque se rompió una toma ubicada en el río.
Pero los más perjudicados resultaron, una vez más en esta localidad norteña, los integrantes de la comunidad educativa de la escuela técnica.
Lo que era previsible, sucedió una vez más. La escuela técnica Ara Belgrano resultó completamente anegada, por lo cual quedaron inhabilitadas varias aulas y los docentes no pudieron dictar las clases con normalidad.
Esto exacerbó aún más los ánimos de los padres de los alumnos y de los docentes, que llevan ocho años reclamando al Ministerio de Educación la construcción de un edificio acorde a las necesidades del establecimiento.
Por su parte, el gobierno municipal salió a los barrios más vulnerables a brindar la asistencia necesaria a las familias cuyas casas se vieron anegadas por el desborde de los canales de riego, los que vieron sobrepasada su capacidad ante la cantidad de agua caída. Luego los fiuncionarios comunes explicaron que a pesar de los daños sufridos por muchas familias, no se registraron evacuados en la Colonia Santa Rosa.
Un reclamo que tiene años
Sin edificio propio y con muchas promesas, arrancaron las clases en la técnica de Colonia Santa Rosa.
Los padres de los alumnos de la Crucero ARA General Belgrano se convocaron la semana pasada para decidir las medidas a seguir en reclamo de mejoras edilicias urgentes.
El problema no es nuevo. Durante el año 2014 padres y alumnos "tomaron el colegio" y realizaron sentadas exigiendo respuestas de los ministerios competentes.
A raíz de ello, el entonces Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología CPN Roberto Dib Ashur, anunció que en el 2013 el Instituto Provincial de la Vivienda había dispuesto de un terreno adecuado para la construcción de un edificio educativo ubicado en Parque Los Pinos.
Pero hasta la fecha solo se construyeron un par de aulas para que funcionen algunos talleres y no se avanzó más.
"Lo cierto es que hoy seguimos sufriendo las consecuencias de estudiar en un edificio tan viejo", remarcó un alumno visiblemente frustrado ayer.
"La situación es grave. Con cada tormenta que cae en el pueblo tenemos que esperar que los ordenanzas saquen el agua para recién poder entrar a las aulas. Mientras tanto seguimos perdiendo horas de clase, se nos arruina la ropa y aprendemos poco", concluyó.