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Los servidores del santuario, un grupo de unos 120 devotos de la Virgen de la Peña que trabajan en cada acontecimiento que se realiza en el lugar ubicado en el paraje Yariguarenda y que tenían a su cargo la venta de comidas típicas prácticamente se quedaron sin nada. A pesar de que el festival estaba programado hasta las 21 del domingo pasado, superada esa hora la gente seguía llegando desde diferentes localidades del departamento San Martín. Pero fundamentalmente para los organizadores y para los cientos de espectadores quedó comprobada la falsedad de algo que es casi un preconcepto en este tipo de acontecimientos y espectáculos: que nadie se divierte si no se vende y se consume alcohol en grandes cantidades, de ser posible.
El festival "Tartagal Canta a la Vida" convocó a artistas locales y en su edición N§ 14 resultó un verdadero éxito por varias razones. A pesar de la multitud que llegó a Yariguarenda no hubo detenidos, incidentes con la policía, no se produjeron accidentes de tránsito y todo por un factor que fue determinante: no se vendía alcohol ni en el predio donde se realizaba el festival ni en todo el paraje.
Las 4 Cuerdas, Los Diableros de Orán, Los Caminantes, Plan B, The Folk, entre otros artistas de la zona, fueron parte de este festival que se inició pasado el mediodía del domingo anterior y se extendió hasta pasadas las 22. Además de los casi 120 servidores del santuario, una cantidad similar de efectivos de las fuerzas de seguridad, policía, gendarmería, hospital, bomberos, entre otras instituciones que conforman la multisectorial de Tartagal, trabajaron para que nada -a pesar de la gran cantidad de gente y de las más de 10 horas que duró el festival- se saliera de control.
Algunos detalles para ajustar
El sacerdote Rubén Sica, director de la Casa de Retiros Espirituales y guardián del Santuario Virgen de la Peña, precisó que "fue un gran festival donde la familia concurrió masivamente y disfrutó del espectáculo. Hubo mucha gente trabajando para que todo salga bien y, salvo algunos detalles que iremos ajustando en otros festivales, todo salió como estaba previsto".
Sica explicó que "lamentablemente la empresa de transporte 13 de Junio, que había comprometido una determinada cantidad de unidades, nos falló y por eso hasta las 4 de la tarde la gente tenía mucha dificultad para llegar hasta el paraje. Otro detalle que tendremos que cuidar será el del acceso al predio donde se realiza el festival; al tratarse de un lugar descampado muchos ingresan sin abonar el precio de la entrada lo que es perjudicial para quienes organizamos el festival y le dedicamos muchas horas. Hubo mucha gente pero poca abonó la entrada; de todos modos lo recaudado nos alcanzará para finalizar la obra de las ermitas que será el primer hospedaje para los peregrinos que quieran permanecer en el santuario durante varios días en jornadas de oración", precisó.
El sacerdote remarcó que "otro aspecto muy positivo fue el hecho de que no hubo peleas, problemas, incidentes ni disturbios porque no se vende alcohol. Un comisario que venía de otro lugar de la provincia donde se había realizado un festival con una cantidad similar de público me relataba que estaba sorprendido; venía de detener a 45 personas y en Tartagal todo se desarrolló con mucha participación, en un clima totalmente festivo pero en paz y tranquilidad".
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