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15 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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Finalmente y luego de nueve años se inauguró el "hospitalito" de las Madres

La habilitación se concretó con la presencia del gobernador. Funcionará, luego de 9 años de desencuentros, como centro de salud.
Martes, 31 de julio de 2018 00:00
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Transcurridos 9 años de que la Fundación Madres de Plaza de Mayo finalizara la construcción del hospital de complejidad III ubicado al costado de la ruta nacional 86, el gobernador de la provincia Juan Manuel Urtubey junto al intendente de Tartagal Eduardo Leavy, encabezaron ayer el acto de inauguración del ya famoso hospitalito.

El que ahora será solamente un centro de salud está ubicado a unos tres kilómetros al este de la ciudad, donde comienzan los asentamientos de una serie de comunidades aborígenes que viven a la vera de la ruta mencionada.

Cabe señalar que en algún momento de la historia en el predio, que es bastante amplio, el edificio llegó a contar con un equipamiento total, pero desde 2009 estaba prácticamente abandonado y los equipos fueron trasladados sin que se sepa adónde.

Una larga lucha aborigen

Fue la insistencia de algunos dirigentes de las comunidades originarias ubicadas en los alrededores, los que con marchas, movilizaciones y hasta el corte de la ruta nacional 86 lograron que la provincia concrete alguna inversión -unos 900 mil pesos en total, según los últimos datos con que se cuenta en la actualidad- para ponerlo en funcionamiento.

El pedido de las comunidades aborígenes se produjo tiempo después de que el entonces diputado provincial, actual intendente interino de Tartagal, Eduardo Leavy, presentara el proyecto para la expropiación del predio del pequeño hospital que obtuvo en ese entonces la aprobación de ambas cámaras legislativas de la Provincia, lo que finalmente se concretó para bien de los vecinos.

Fueron 9 años de desidia

El aluvión de lodo que sufrió Tartagal en el mes de febrero del 2009 hizo desembarcar a la Fundación Madres de Plaza de Mayo con su programa "Sueños compartidos" en esta ciudad, ubicada al norte de la provincia.

En nombre de la fundación y, en aquel entonces, como su apoderado estelar, Sergio Schoklender arribó aquí a bordo de un avión de la empresa Meldorek, involucrada en las millonarias estafas que tiene como responsables a la propia Hebe de Bonafini y a los hermanos Schoklender, entre otros.

Con la idea de construir, no solo un hospital totalmente equipado, sino también un complejo habitacional de un total de 1.000 viviendas, con SUM, plazas y otros espacios necesarios para un proyecto de tal dimensión, Schoklender llegó al norte con una valija de dinero con el cual "señó" un predio de 10 hectáreas donde se levantaría el proyecto Sueños Compartidos pergeñado por la organización de las Madres de Plaza de Mayo. Eran otros tiempos y los Kirchner mantenían bien surtidas las arcas de la fundación.

Así fue que los norteños se enteraron de que una de esas hectáreas sería destinada al pequeño hospital donde las comunidades aborígenes tendrían todos los servicios básicos.

El proyecto contemplaba que tendría sala de parto, servicio de odontología, pediatría y hasta espacio para internaciones de baja complejidad.

En caso de que el paciente requiriera atención de mayor complejidad, contaría también con una ambulancia para trasladarlo hasta el hospital Juan Domingo Perón de Tartagal.

Es decir que en el proyecto original estaba todo contemplado para que el ahora centro de salud preste toda clase de servicios sanitarios a los vecinos de la zona que, como ya se dijo, son en su inmensa mayoría aborígenes.

Construcción en tiempo récord

 

Mediante un sistema de rápida ejecución el hospital de las madres estuvo construido a fines de 2009.

A partir de allí mismo comenzó su deterioro porque sistemáticamente, y por diferencias con la organización de las Madres de Plaza de Mayo, y por ende con la Fundación Sueños Compartidos, la Provincia nunca aceptó incorporarlo al Ministerio de Salud.

En 2015 el entonces diputado provincial y ahora intendente Leavy presentó el proyecto para su expropiación pero aún concretada esa fase y ya perteneciendo a la provincia seguía en total estado de abandono y su deterioro era evidente y avanzaba rápidamente.

A eso se sumó que la caída en desgracia de la fundación hizo que no abonaran la totalidad del importe acordado para la compra del predio de 10 hectáreas por lo que solo quedó para el proyecto la hectárea donde se construyó el pequeño hospital, ahora centro de salud.

Como tampoco se abonaron en tiempo y forma los honorarios de quienes dirigían la obra, un ingeniero trabó un embargo sobre algunos elementos y aparatos médicos con el que el hospital contaba y había sido dotado, por lo que ese material se perdió.

Dos años atrás los aborígenes comenzaron a exigir que el hospital se ponga en funcionamiento, se designe a traductores bilinges y a personal tanto médico como así también de enfermería.

Gracias a esas presiones fue que comenzaron los trabajos de la remodelación y se gestionó la adquisición de los elementos necesarios para que funcione como un centro de salud más de los que hay en toda la provincia de Salta.

Dependerá del hospital Perón

El gerente del hospital Juan Domingo Perón, José Fernández, explicó que "la idea es que a este lugar, que no funcionará como un hospital sino como un centro de salud, venga periódicamente un médico generalista, un pediatra y hasta un odontólogo. Personal de enfermería estará asignado a este centro en forma permanente, como también los agentes sanitarios que trabajan en este sector de la ciudad".

En la inauguración, el gobernador expresó su satisfacción "porque este centro va a beneficiar a los habitantes de la zona pero también va a descomprimir al hospital, a efectos de lograr que con este modelo operativo que estamos implementando en otros lugares, evitemos que la gente tenga que ir al hospital y acercar el servicio de salud un poco más donde están los problemas. Empezamos por lo más urgente que es la salud y vamos a seguir con seguridad, con documentación, pero la idea es dar respuestas en las cuestiones más difíciles".

De esa manera, al lugar donde debía funcionar un hospital de complejidad III, pero que funcionará como un centro de salud, solo le quedó el nombre: Madres de Plaza de Mayo.

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