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7 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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La excelencia del ballet en una escuela del Estado

La Escuela Oficial de Ballet seleccionó niños para el 2019. Dicta la carrera de bailarín profesional gratuitamente. 
Domingo, 16 de septiembre de 2018 13:05
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Más de 200 niñas, niños y adolescentes se presentaron a la selección convocada por la Escuela Oficial de Ballet (EOB) para ingresar al periodo 2019. Los aspirantes a ser bailarines profesionales pasaron por los ojos experimentados de la directora de escuela, maestros, kinesiólogos y médicos especializados que forman parte de la institución del Estado. 
En esta oportunidad, la búsqueda apuntó a niños de entre 8 y 11 años que puedan ingresar al primer año y sumarse a los que ya forman parte del preballet, para complementar el grupo del próximo año. La convocatoria también se abrió para adolescentes de 13 a 18 años que se integrarán al 4° año de la escuela y a varones de entre 13 y 20 años de edad. 
La EOB ofrece una carrera que tiene una duración de 8 años, divididos en dos ciclos de 4 cada uno, más la posibilidad de un año de curso de perfeccionamiento. Está dirigida por la maestra Alejandra Cercená, quien contó a El Tribuno que a lo largo de la carrera se van abriendo puertas y llaman a nuevas convocatorias, porque hay bailarines que se están capacitando afuera y lo quieren hacer a nivel profesional, por lo que les brindan la posibilidad de ingresar. 
De la selección, que terminó el martes pasado, quedaron 28 niños para el primer año que estará conformado por 45 alumnos repartidos en dos turnos. Además, 14 adolescentes para el 4° año, sumando un total de 42 ingresantes para el periodo 2019. 
“Lo acotado de los números está relacionado a un tema edilicio y de presupuesto”, comentó Cercená y agregó que “tomamos la misma proporción todos los años. Solo que en esta oportunidad no convocamos para preballet, que son los más pequeños, ya que no todos pasarán a primer año. Muchos todavía permanecerán en preballet 2”.
La maestra sostuvo que en la selección se elige a quienes tienen condiciones. “En esto estamos de acuerdo todos los docentes”. Y aclaró que para el ingreso a primer año prefirieron niños sin experiencia previa para moldearlos según el método que aplica esta escuela. 


 Método, objetivos y el mejor nivel

La EOB utiliza para la enseñanza el método de la escuela rusa que la maestra Tatiana Fesenko trajo a la Argentina. Si bien ya había algunos focos de ese estilo en esta parte, no a nivel escuela y con la técnica que ella introdujo como egresada de la Academia Vagánova de Ballet - una de las más famosas e influyentes de ballet clásico del mundo-. También conocida como Escuela Imperial de Ballet, fue establecida en 1738, y se encuentra en San Petersburgo. 
Fesenko egresó con honores de la institución, cursó la universidad y se transformó en formadora de maestros. Actualmente es la directora del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. 
“Cuando comenzó el proyecto de nuestra escuela acudí a la ‘madre de la danza’, que es el Teatro Colón y me encontré con una rusa amorosa, súper generosa que hablaba un español trabado, pero con la ayuda de la interprete y la maestra Silvina Juárez, nos mostró el instituto y hasta nos asesoró sobre los maestros que podíamos tener para que siguiera el lineamiento de lo que ella había aprendido en Rusia”, comentó Alejandra Cercená. 
Los docentes de la EOB son egresados del Instituto del Teatro Colón, formados por Tatiana Fesenko, y su mano derecha, Silvina Juárez, viene dos veces al mes a Salta y capacita permanentemente a los maestros, brinda clases magistrales y verifica que todo se haga con igual ritmo, porque buscan los mismos resultados que en Buenos Aires. 
La directora destaca que la escuela tiene por objetivo formar bailarines profesionales que se recibirán a los 17 o 18 años de una carrera que les permitirá ingresar a cualquier compañía de danzas del mundo. 
“Este año se incorporó al ‘Messi’ del ballet, Martín Miranda, que es la mano derecha de Paloma Herrera en el Teatro Colón; es su maestro ensayista. Logramos que él sea el docente de Repertorio de las chicas de 5° año y también de las clases de Partenaire. Viene dos veces al mes, también”.


Pero las cosas para destacar no terminan ahí, ya que cuatro alumnas de entre 14 y 15 años participan intensivamente en el Ballet la Provincia y formarán parte del elenco que en unos días bailará el Lago de los Cisnes en el Teatro Provincial, “y lo harán sin ningún tipo de diferencias con las profesionales del cuerpo artístico”, remarcó. “La Provincia pensó la escuela como formadora de futuros bailarines de la provincia, y se está cumpliendo mucho antes. Son muy jóvenes, pero con técnica, se ve la escuela, la línea”, sostuvo la bailarina. 
“La Escuela se creó en un momento único, estaban dadas todas las posibilidades. Actualmente sería imposible llevar adelante un proyecto tan ambicioso. Lo importante es que se mantiene y va a seguir gracias a que hay decreto para que así sea. Es importante entenderlo como un proyecto a largo plazo que, de a poco, va creciendo y se va afianzando en la sociedad salteña. Tiene que salir la primera camada de grandes bailarines para que se entienda realmente el trabajo de la escuela, más allá de que se puedan ver muestras en el medio”. 
Oficialmente comenzó a funcionar en marzo de 2016 y ya hay alumnas que están cursando el primer 5° año. 
“Tiene un ritmo vertiginoso en cuanto al crecimiento. Cada vez que ofrecemos funciones llenamos el teatro. Pero para que se instale como una institución considero que serán necesarios unos 10 años”, destacó Cercená. 

Lo social

La escuela es un proyecto con un fondo social, -dice la directora - “a veces nos tratan de elitistas, pero esto es todo lo opuesto. Incluso lo ideal sería poder expandirlo y llevarlo a los barrios, hacerlo aún más popular y que de ahí puedan salir, en una selección natural, quienes puedan formar parte de la escuela.”
La idea original fue la de incorporar niños y jóvenes que no tuvieran acceso a la danza clásica, pero que tuvieran condiciones y que alcancen un medio de vida, con la posibilidad de una salida laboral directa en el Ballet de la Provincia.

 

Las condiciones que generan polémica y las razones

Ser bailarín de ballet es el sueño de muchos niños y niñas y también de los padres, que proyectan en sus pequeños las expectativas por ingresar a la Escuela de Ballet. 
Esto quedó reflejado en los 206 aspirantes que se presentaron para la selección, de los cuales 42 obtuvieron el pasaporte para formar parte de una institución que los formará profesionalmente en la danza clásica y les brindará una posibilidad de sustento futuro.
Seis días a la semana con más de cuatro horas cada jornada, reciben enseñanza no solo práctica sino también teórica.
También tienen una intensa preparación física, francés (por el vocabulario técnico), folclore, expresión corporal, música, técnica vocal, puntas, y a medida que van avanzando en el cursado se agregan materias tales como Anatomía, Repertorio, Contemporáneo, Historia, Español, Caracterización, Pantomima, Inglés, Danzas de carácter y Partenaire.
Los cuestionamientos no tardaron en plantearse y los tutores de muchos de los que quedaron fuera criticaron la selección y se sintieron discriminados por las condiciones. 

Alejandra Cercená

La directora Alejandra Cercená se encargó de despejar las dudas al respecto: “La danza no es un capricho estético. Las condiciones físicas son una necesidad para no dañar el cuerpo del niño”. 
Y explicó que “son varios los puntos que tenemos en cuenta a la hora de elegir los niños. Básicamente partimos de un esquema mundial sobre lo físico que responde a la danza clásica profesional”, aclaró. 
Destacó que no significa que no puedan hacer danza en alguna academia y bailar. “Pero cuando de exigencia se trata, si no tienen el esquema corporal correcto, van a un daño físico seguro de por vida. La danza clásica a nivel profesional es tremendamente exigente. Si la quiero tomar como un medio de vida, una carrera, es necesario entender que el físico es el único instrumento que tengo, es como el bisturí para un cirujano”. 
Remarcó que la danza tiene como un manual del cuerpo de los bailarines. “Son cuerpos que podrán soportar esta enseñanza tan estricta. No es que el chico tenga problemas a nivel anatómico, sino que la danza es ‘antianatómica’. Trabaja con el cuerpo totalmente rotado, no con los pies apuntando hacia adelante, abre la cabeza del fémur, abre las caderas, mete los glúteos, levanta el estómago baja los hombros, estira el cuello para lograr esas posiciones alargadas. Pero es fundamental tener una anatomía que lo permita para poder levantar la pierna a 180°, no cualquier cuerpo lo puede lograr. La danza no es solo cuestión de entrenamiento, sino también una condición física innata”. 
 


 

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