inicia sesión o regístrate.
Gustavo Mario Puerari, arquitecto de la Universidad Nacional de Tucumán, magister en Gestión Ambiental, doctorando en Hábitat y Planificación Urbana, docente e investigador de la Universidad Católica de Salta, detalló desafíos que esperan ser abordados en el área metropolitana.
¿Se puede revertir la situación caótica funcional de la ciudad de Salta?
El desarrollo urbano en una ciudad necesita de una visión global e integral donde cada uno de los indicadores que lo componen constituye la parte de un todo. Abordar soluciones particulares fuera de este contexto, normalmente, conduce al alejamiento de ese pensamiento. Salta cuenta con planes de desarrollo urbano, que independientemente de si pueden ser observables o no, según lo que proponen, no llegan a la comunidad de manera satisfactoria.
El desarrollo urbano de la ciudad de Salta ha venido siendo impactado de manera significativa en los últimos veinte años. Su demografía creció repercutiendo en el hábitat conformado. El espacio público urbano de la ciudad funciona como un sistema articulado; se relacionan entre sí las distintas actividades que el hombre desarrolla: residir, trabajar, recrear, etcétera. Uno de los factores que conlleva la articulación urbana mencionada, es la incorporación del cómo debe ser y mantenerse en el tiempo esa articulación. Refiere al concepto de la necesaria armonía funcional en los sistemas urbanos. Esto hace a la eficacia del sistema y, a su vez, a la calidad de vida. Las fisuras del planeamiento y la gestión pública han generado efectos notorios en la evolución urbana, los cuales tienden a acentuarse progresivamente a raíz de cuestiones de contexto, y también por el hecho de que la ciudad se encuentra en un claro proceso de cambio de escala, abandonando su antiguo rol de pequeña capital de provincia para convertirse en una incipiente área metropolitana. Se puede afirmar que se está en las raíces de la desorganización anárquica del funcionamiento urbano en la ciudad de Salta, donde si no se actúa con prontitud y con medidas estructurales de prevención, dentro del proceso que la planificación indica, el sistema en general se agravará de manera potencial en los años subsiguientes, materializándose el escenario confirmado en forma de caos urbano y ambiental.
¿Estamos a tiempo para revertir la situación?
Hay que actuar de manera inmediata en cumplimiento de objetivos generales que permitan en los distintos plazos de tiempo -corto, mediano y largo- llegar con metas específicas a los propósitos deseados
¿Qué se necesita para poder cambiar?
El arquitecto brasileño Jaime Lerner nos aconseja al respecto: "Una ciudad puede cambiar en dos años, no importa la escala ni los recursos financieros. Sin interferir en la planificación general se pueden realizar actuaciones rápidas de mejora en puntos concretos; es lo que yo denomino acupuntura urbana". Para Lerner, que fue alcalde durante tres mandatos de Curitiba, la capital del Estado de Paraná, del que también fue elegido gobernador en dos ocasiones, la estructura de la ciudad está en un plano resultante; lo que hay que tener muy claro es de qué vive la gente y cuáles son sus necesidades para vivir y trabajar. Lo más sostenible es no gastar energías yendo de una función a otra. En esta línea conceptual, la respuesta es la resignificación del concepto de planificación, sabiendo que es la comunidad receptora final de estas decisiones, pues se hace necesario llegar a ella de manera inmediata para empezar a satisfacer sus necesidades. Es lo que podemos abordar como planificación proactiva, donde el corto plazo es necesario para empezar a llegar a la comunidad de manera satisfactoria, siempre dentro de un contexto y en cumplimiento de un sistema articulado de previsiones ya planificadas.