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Los peligros de la maquinita de emitir

Viernes, 12 de junio de 2020 02:56
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La crisis generada por la pandemia y la cuarentena provocan dos problemas: el primero es el empleo y en segundo lugar la inflación, dos temas que merecen un análisis actual ya que en varias provincias se liberaron casi el 90% de las actividades, y en la pospandemia, cuando pase este flagelo, serán los temas gravísimos que van a estallar. Actualmente en el Ministerio de Trabajo de la Nación se tramitan hasta 1.000 expedientes por día de empresas que tomaron la decisión de suspender a sus trabajadores o están pagándoles menos como paso previo al cierre definitivo.

El Gobierno exceptuó de la prohibición a los acuerdos que se suscriben con los sindicatos implementando acuerdos colectivos de suspensión en el marco de la ley de contrato de trabajo (artículo 223 bis), siendo actualmente la herramienta útil para de alguna manera disminuir el actual agobio económico teniendo en cuenta los decretos que prohíben los despidos sin justa causa, y despidos o suspensiones por las causales de falta o disminución de trabajo y fuerza mayor por un plazo de 60 días a partir del 1 de junio de 2020. Como dato adicional observamos que en el programa de ayuda a las empresas para pagar sueldos y contribuciones, se previó que la misma pueda ser empleada para pagar salarios reducidos de trabajadores suspendidos.

Otra alternativa para alcanzar los acuerdos colectivos de suspensión es a través de un mecanismo obtenido en el pacto UIA-CGT que fue reconocido, en este caso las empresas pueden hacer unilateralmente la propuesta ante el Ministerio de Trabajo y éste tendrá que informar a las entidades gremiales para que en un plazo corto se expidan al respecto.

Además, existe una tercera alternativa que se da en el ámbito individual de cada uno de los trabajadores; normalmente, para los trabajadores fuera de convenio y los jefes y gerentes. Observamos el agravamiento de la economía y estos acuerdos entre los sindicatos, los empresarios y el Gobierno son imprescindibles para mantener los actuales niveles de ocupación

Inflación y emisión monetaria

El Gobierno dispone de una única herramienta para evitar mayores problemas con las empresas, especialmente nuestras pequeñas y medianas compañías que ven reducidos sus ingresos y que en muchos casos no pudieron pagar los sueldos de los empleados ni los servicios básicos; también, a la cantidad de personas que no han podido trabajar en forma independiente. De alguna manera había que amortiguar las consecuencias de la pandemia. El Gobierno tomó esa responsabilidad y está ayudando de diferentes maneras y lo hace emitiendo moneda, ya que no tiene crédito ni ahorros

La gran emisión monetaria conocida por algunos como la "maquinita del Banco Central" es tema de debate. Es insoslayable presumir desbordes: la inflación, que es una endemia de 80 años que tiene picos en estas crisis. Analizando el avance de los precios desde que Argentina adoptó la cuarentena, observamos que varios rubros donde el Estado intervino de manera directa como el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos y las actividades que se agregaron como los precios máximos, la suba fue nula.

En los rubros afectados por la pandemia en forma directa, el aumento no fue significativo; en cambio, aquellas actividades llamémosles "normales", observamos que los precios aumentaron en la mayoría de los casos siguiendo la evolución del tipo de cambio.

Ante esta realidad observamos que muchos analistas cercanos al Gobierno ridiculizan a los que opinan que corremos el riesgo de una hiperinflación y desde los sectores de la oposición advierten que con la "maquinita de emitir dinero", hay una inflación contenida y que la crisis ocurrirá tarde o temprano.

Otros en cambio opinan que, a pesar de la gran emisión monetaria, la circulación del dinero ha disminuido y esto provoca que a pesar de haber más cantidad de billetes en el país no necesariamente hace subir los precios.

Donde hay mucha coincidencia entre los analistas es en el riesgo de que esa mayor tenencia de billetes vaya a la compra de dólares y eso sí precipitaría una devaluación brusca y por supuesto aumento de la inflación, razón por la cual observamos que para evitar esa situación es necesario controlar la cotización del dólar oficial y los paralelos.

Podemos pensar que con todas estas medidas lo único que se hace es ganar tiempo y que de ninguna manera se ganó la batalla contra la inflación ni se eliminó el riesgo de una hiperinflación. Tan es así que el presidente del Banco Central, a pesar de ser oficialista y de ser el que hace funcionar la maquinita para auxiliar al Gobierno, ha afirmado el deseo de retirar pesos del mercado. Con ese propósito ha recurrido a las Leliq que son títulos públicos y le han servido para retirar la mitad de pesos del mercado; el correlato es el aumento de la tasa de interés.

Lo que todos estamos esperando es que el ministro de Economía llegue a un acuerdo beneficioso con los acreedores de la deuda y que tome medidas urgentes para ayudar a seguir sacando pesos de circulación.

Digamos que lo que viene pospandemia será suba de la tasa de interés en plena recesión, acuerdos de disciplina fiscal con el FMI y los acreedores, generar ahorro con los aumentos a los jubilados y bajar la cantidad de dinero en circulación, recetas no muy felices y que sobrevuelan la realidad

 

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