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La empresa ante un cambio cultural

Sergio Grinbaum dio un amplio panorama sobre emprendimientos e innovación tecnológica.
Jueves, 03 de septiembre de 2020 02:30
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“Cuando hablamos de transformación digital nos referimos a un fenómeno que trasciende lo tecnológico, porque se trata de un proceso histórico, cultural y social que nos involucra a todos, a las personas y a las empresas”.
La definición la formuló Sergio Grinbaum, un pionero que desde hace 25 años se dedica a la investigación de las nuevas modalidades que va imponiendo a las empresas argentinas la digitalización del comercio, “e-Commerce” o comercio electrónico.
Habla de una época en la que una compra electrónica puede hacerse a cualquier hora del día, pagando desde la propia computadora a un proveedor que lo atiende desde otro país. Y el producto llega, puntualmente, en el plazo convenido.
Grinbaum es director ejecutivo de Think Thanks Latam, una de las consultorías más importantes de América en Transformación Digital. Entrevistado por el periodista Daniel Chocobar, fue el segundo invitado en las charlas digitales organizadas por El Tribuno y la Unión Industrial de Salta, con un fuerte apoyo de empresas locales, las dos universidades y otras entidades. 
Justamente ayer, 2 de setiembre, se celebró el Día de la Industria Nacional en conmemoración del primer embarque de harina exportada a Brasil ese mismo día, pero de 1587, desde el fondeadero del Riachuelo en la recién fundada Buenos Aires. Pasaron 433 años. En la entrevista, transmitida en directo por El Tribuno -y que sigue accesible a quienes estén interesados en verla en el canal de YouTube de este medio- Grinbaum habló de la economía contemporánea, globalizada, y de las tendencias que la condicionan y la potencian. Y también habló de estos días extraños de pandemia. Su mirada es optimista. Considera que este es un momento alentador para los emprendedores, ya sea que hayan incursionado antes en las experiencias del comercio electrónico, o bien que proyecten lanzarse a los nuevos mercados con un producto.
“Las claves son conocimiento y estrategia”, dijo. Su descripción apunta a la empresa centrada en el conocimiento del cliente, en el aprovechamiento de los nuevos instrumentos y en la certeza de que el centro no está en el cambio tecnológico, sino que “la tecnología es un instrumento de un formidable cambio cultural”. Es decir, una metamorfosis de la organización, el trabajo, las metas y tiempos y, sobre todo, de conectarse con el consumidor.
La experiencia del comercio electrónico requirió un salto cualitativo: vencer la desconfianza. O construir la confianza en un vendedor lejano a quien se le paga anticipadamente.
“Ya no va más eso de que el cliente siempre tiene razón. Hoy tenemos que facilitarle sus búsquedas, informarle con transparencia y saber que tiene criterios y hábitos diferentes, y que nuestro trabajo debe estar orientado a satisfacerlos”.
 “La pandemia va a pasar, pero es imprescindible que el emprendedor se maneje con elementos que le permitan conectarse con el mundo real, que es un ecosistema; informarse y conectarse con otros socios, competidores o colegas, para funcionar como funcionan los negocios en otros países”.
Y también advirtió: “Si una persona está pensando en un emprendimiento, este puede no ser el momento de lanzarlo, pero si es el momento de estudiar la realidad y diseñar la estrategia”. 
Pero lanzarse a una empresa, cualquiera sea su perfil, requiere tener en cuenta un concepto decisivo: el conocimiento imprescindible, la “data”, este elemento que se recopila en las redes digitales para conocer las preferencias de cada usuario y brindarle lo que busca, gracias a un conocimiento que nace de la llamada inteligencia artificial. Es el instrumento predictivo que orienta las respuestas a nuestras búsquedas en Google o en Youtube, por ejemplo. 
 “Todo esto comenzó en 1995 y Argentina fue líder, con tasas de crecimiento electrónico del 25 al 30% anual. El comercio electrónico creció del 3% al 10% en las empresas pioneras. pero con la pandemia, estas llegaron al 30%. Para las nuevas, la crisis las obligó a zambullirse en una nueva realidad empresaria y cultural. La comunicación a través de las redes no va a desaparecer y, tras la pandemia, los hábitos de la gente se mantendrán y adaptarse no será una opción, sino una necesidad imperiosa”.
En este mundo tan diferente al de hace apenas 40 años, la empresa, el Estado y la universidad tienen un desafío clave: la economía del conocimiento.

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