Ayer al mediodía Pedro Sabo, padre del quiosquero asesinado el domingo pasado en La Matanza, rompió en llanto cuando fue a votar.
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Ayer al mediodía Pedro Sabo, padre del quiosquero asesinado el domingo pasado en La Matanza, rompió en llanto cuando fue a votar.
El emotivo momento sucedió en la Escuela N§ 55 Martín Miguel de Güemes en Morón antes de que ingrese al cuarto oscuro.
"Espero que gane quien gane cambie el sistema de seguridad", expresó Sabo a la prensa. Estuvo acompañado por su esposa Magdalena y al momento de ingresar a la institución una mujer lo reconoció y no dudó en abrazarlo, en ese momento Pedro quebró en llanto.
El crimen de su hijo fue el puntapié para el pedido de seguridad en La Matanza y otras localidades del Conurbano, en donde se registraron varias marchas en pedido de justicia. Según indicó Pedro, el voto emitido ya lo tenía pensado antes de lo que sucedió con Roberto. Cuando salió de la escuela fue saludado con un apretón de manos de algunos policías que se encontraban custodiando las elecciones.
El asesinato ocurrió, cuando Roberto trabaja en su quiosco en La Matanza. De un momento a otro, dos delincuentes, entre ellos una menor, entraron a robar, pero terminaron asesinándolo de cuatro disparos. De inmediato el hecho tuvo lugar en los medios y desde ese momento los pedidos de seguridad en la localidad tomaron protagonismo durante toda la semana. Este suceso generó repudio en la ciudadanía y permitió poner en jaque la agenda de la seguridad en la provincia de Buenos Aires. Por el crimen se encuentra detenido Leandro Suárez, de 29 años. Su novia de 15 años, al ser menor al momento de cometer el hecho, se localiza en un instituto de menores. Suárez podría recibir prisión perpetua: "Por favor, no me pidan la prisión perpetua. Me quiero morir", había expresado el detenido frente al fiscal Federico Medone de Homicidios de La Matanza. En agosto de 2020 el delincuente había salido de prisión después de haber cumplido una condena por 5 años y 10 meses.
Por su parte, Nicolás Sabo, hijo de Roberto, el quiosquero asesinado, lo invadió la angustia en medio del almuerzo familiar. Fue ayer, mientras él y su hermano Tomás se debatían si ser parte o no de las Elecciones 2021 en la Provincia de Buenos Aires. "Me quedé tildado porque era la 1.38. empecé a llorar. Es durísimo por el paso de la semana, pero parece que hubiera sido ayer. En vez de achicarse todo es cada vez más grande", expresó el joven, que acudió a votar.