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7 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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El joven Güemes, auxiliar contable

Lunes, 15 de febrero de 2021 01:48
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Un tema central en la educación de Güemes, saberes adquiridos en la escuela y militares en el cuartel, es que hay que sumarle los proporcionados por su padre en materia contable.

Gabriel de Güemes Monteros tenía bajo su jurisdicción como ministro tesorero de la Real Hacienda, todas las finanzas de la Gobernación Intendencia de Salta del Tucumán, que comprendía a las actuales provincias de Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca y Salta, con capital en esta última ciudad. La recaudación en materia de impuestos a cargo de tenientes tesoreros, era trasladada a Salta como sede central de esta estructura económica-administrativa.

El volumen de su comercio colocaba a Salta como la tercera ciudad en jerarquía después de Buenos Aires y Córdoba. El tráfico de mulas destinadas a surtir las minas del Alto Perú y la venta de productos llamados "de Castilla", es decir de lo que se importaba de España dieron vigor al comercio salteño y a la posibilidad de hacer grandes fortunas.

A esto, debe sumarse el giro en la política del rey Carlos III, con la apertura de nuevos puertos, a la creación del Virreinato del Río de la Plata y a la Real Cédula de Libre Comercio. La mayor fluidez comercial hizo necesaria una correcta registración de los movimientos contables en la Tesorería salteña, trabajo en el que el joven Martín tuvo una digna participación.

De la compulsa documental, surge un dato interesante, que atestigua el rol cumplido por Güemes en materia contable. Luis Güemes, segundo hijo de nuestro prócer, presentó en el juicio sucesorio de su abuela materna, Magdalena de Goyechea un documento que atestiguaba que Martín Güemes al trasladarse a Buenos Aires como cadete del Regimiento Fixo, acompañado por su tío don Román Tejada, llevaba la cantidad de $800 producto de su trabajo como escribiente en la Tesorería de Salta.

A tal efecto, el doctor Luis Güemes solicitó un peritaje caligráfico sobre los libros de la entonces Tesorería de la Intendencia de Salta. De esta manera se examinaron como elementos de cotejo con la grafía de Güemes, el Libro de Cuenta de Empleados, las Cuentas de don Antonio Atienza, Gerónimo Mena, Mateo Giménez y Pedro Lagrú. También, el Libro de Temporalidades de los Expatriados Jesuitas, el Libro de Real Aduana de Salta, el Libro de Propios y Arbitrios de Salta, el Libro de Copia de Libranzas y el Libro de Ramo de Sisa de Salta.

José E. Montellanos Tedín, en su carácter de Perito Calígrafo, inscripto en los Tribunales, elevó a la familia Güemes su dictamen en fecha 4 de noviembre de 1966, luego de cotejar aspectos tales como la figura de las letras mayúsculas, minúsculas, ligado o unión de letras y la velocidad. Llegó a la conclusión que, del estudio practicado, teniendo en cuenta los elementos gráficos que tuvo a la vista, desde 1799 a 1805, Martín Miguel Güemes tuvo intervención en los libros de la Tesorería de Salta. Los libros consultados eran los únicos de la citada oficina, correspondientes a los años 1799 a 1805, que se encuentran en el Archivo Histórico de Salta. Pese al tiempo transcurrido, los textos estaban perfectamente legibles, las tintas ya habían adquirido el sello de la vejez característica, decayendo el primitivo color negro a amarillento, por la completa oxidación y desintegración de los elementos ferrosos y colorantes. El buen estado del material le permitió a Montellanos efectuar un estudio a conciencia.

Es lógico pensar que Martín Güemes haya sido introducido en estos saberes contables y en su registración por su padre don Gabriel de Güemes Montero a la sazón ministro contador de Real Hacienda. La preparación en materia contable fue adquirida desde temprana edad. Es natural que el hijo haya colaborado con el padre y que haya merecido por este servicio una corta retribución que Martín ahorraría y que posteriormente le sirvió para su estadía en Buenos Aires. Es decir, no es Güemes un señorito ocioso de noble cuna, sino un jovencito que aprende y colabora junto a su progenitor y recibe una pequeña retribución por sus servicios.

Un informe del Archivo General de la Nación da cuenta de los servicios del cadete Güemes en el período 1803 a 1809, en la que se precisa que, desde febrero a mayo de 1806, estuvo en carácter de empleado en la Subinspección General en Buenos Aires. Revistaba como cadete de la Sexta Compañía del Tercer Batallón del Regimiento de Infantería de Buenos Aires.

Un último documento, nos aproxima a la idea de que Martín Güemes tenía cabal conocimiento de la registración contable y de las leyes y procedimientos administrativos de usanza en la materia. Cuando en el año 1812, se encontró, a raíz de una intriga de sectores en pugna, injustamente denunciado por el regidor Germán Lugones de Santiago de Estero, de llevar una vida licenciosa, denuncia que llevó a Manuel Belgrano ordenar su partida a Buenos Aires, y que se practicó de manera inmediata. En 1813, hallándose injustamente confinado en Buenos Aires, Güemes solicitó una y otra vez ser restituido al Ejército Auxiliar. Ante lo infructuoso de sus gestiones, pidió se le asignase en el cargo de contador en la ciudad de Potosí.

En el Archivo General de la Nación se encuentra un oficio fechado en 7 de agosto de 1813, en el que solicita se le otorgue el empleo de Contador de la Casa de la Moneda de Potosí. Este cargo tenía allí una extraordinaria importancia por su ubicación estratégica de las operaciones militares en el Alto Perú. Güemes tenía la convicción que el manejo adecuado e inta chable de los fondos sería esencial en el decurso de la guerra emancipadora. Empero, estas gestiones fueron infructuosas. Narraciones de las accio nes civiles de un prócer que luego retomó una preclara trayectoria militar.

* Presidente de la Academia Güemesiana y titular de la Cátedra Abierta Martín Miguel de Güemes

 

 

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