Otro de los grandes exponentes históricos del club azabache fue Jesús Castillo, que dejó su huella imborrable.
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Otro de los grandes exponentes históricos del club azabache fue Jesús Castillo, que dejó su huella imborrable.
¿Cómo fueron tus inicios en el club azabache?
Empecé en una en época de transición, a los 16 años y tuve la suerte de jugar con históricos como “Chichilo”, Encina, Dávila, el “Negro“ Álvarez o con los Cortés. Después me tocó formar equipo con jugadores como el “Chochi” Varela, el “Ciego” Costello, Palacios, Palavecino o los mellizos Castillo.
El mejor recuerdo...
Hay un partido que a Central Norte me marcó para siempre. Fue con un equipo de La Rioja. Le ganamos 2 a 1 sobre la hora con un gol espectacular del Chupete Vallejos (fue cuando el cuervo logró el 1974 en ascenso al Nacional). Marcó la historia del cuervo. Estaban todos los muchachos con el poncho rojo.
¿Una anécdota?
Un día nos reunimos y hablamos con Roberto Romero, que era el presidente del club y le pedimos algo así como 50.000 pesos por entrar al partido, 100.000 por empatar y 200.000 por ganar. La respuesta de Romero fue tajante: “Ni 50, ni 100 ni 200 mil. Van a ser 400.000, pero por partido ganado”. El mensaje fue muy claro: a ganar o ganar.
¿Cuánto cambió el fútbol?
En aquellos tiempos pasar y jugar en Tucumán o Santiago del Estero era una verdadera historia. Además porque tenían grandes equipos. Zapla, por darte un ejemplo, tenía un equipo que era hiperprofesional a la comparación de nosotros e igual lo pasamos. Lo bueno es que a nosotros nos esperaron como equipo 1 o 2 años para que nos consolidemos. Hoy no pasa eso. Hoy hay chicos de los clubes salteños que están jugando en otras provincias.
¿Cuándo colgaste lo botines?
Me retiro casi a los 30 años cuando nace mi hijo Juan. Un día llego a la casa y veo un cartel de mi esposa que decía “estoy en la clínica”. Ahí me di cuenta que mi vida debía cambiar. Era el tercer hijo.
¿Cuánto se ama a Central?
Central Norte es una pasión infinita. Cuando estuvimos en la “B” más gente iba.
Somos como los peronistas. Ves un montoncito de tierra, lo pateas y surgen a montones. Nos quedó chico el estadio Luis Güemes. Hoy en día me sorprende el apoyo de los hinchas y de Aprocen a la familia cuerva.
Tu mensaje para el futuro
Quiero que tengan un gran recuerdo de los técnicos, jugadores y sobre todo para “Tito” Cancino, el jugador más grande que tuvo Salta en todos los tiempos.