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Hay angustia, hay preocupación en las caras. Y es que con la COVID-19 en el norte de la provincia comienza a suceder algo muy similar a lo que ocurrió el año pasado con la epidemia: cada vez son más las personas que dicen tener un familiar con diagnóstico positivo, otras aisladas y otras con síntomas compatibles con esta enfermedad.
Quienes expresan ya no su preocupación sino su angustia es el personal de salud del hospital Juan Domingo Perón, que está en la primera línea de combate contra la COVID-19 pero que carece de los medios para hacer frente a esta lucha cada vez más desigual.
El hospital de referencia de todo el norte provincial, tal como lo explicó el gerente Santiago José Payo, cuenta solamente con 7 camas de UTI (Unidad de terapia intensiva) para un hospital que en los primeros 20 días contabilizó un fallecido por día, con 6 camas ocupadas en forma permanente.
Por qué razón desde el pico que se produjo el año pasado hasta ahora siguen siendo solamente 7 las camas de terapia intensiva, casi el corazón de la lucha contra la COVID-19, es todo un misterio.
Pero lo cierto es que como también lo refirió Payo en una conferencia de prensa brindada el viernes pasado, de los pacientes internados en la sala de moderados, muchos están con síntomas más graves que para ser asistidos en ese servicio. "No queremos llegar a tener que elegir quién sí y quién no", expresó Payo pintando el verdadero panorama que se vive en el norte, particularmente en el hospital Perón de Tartagal que tiene un área de influencia con cerca de 250 mil pacientes potenciales y que no cuenta con la mínima infraestructura ni el personal para cubrir semejante área.
Monotributistas, sin cobrar
Norma Reyes, delegada de ATSA en el departamento San Martín, y personal de enfermería del hospital Tartagal expresó en la mañana del lunes su enorme angustia ante la situación.
"El hospital está colapsado, tenemos que decir las cosas como son; está lleno de gente con síntomas, no tenemos médicos terapistas para el sector de COVID- 19 porque hay solo dos profesionales para ese servicio. No tenemos suficientes respiradores y, además, a 75 monotributistas que trabajan para el hospital no les han abonado su trabajo a pesar de la altura del mes en la que estamos".
"Solo les han dado un anticipo de $30.000 y entre ellos hay enfermeros, técnicos, personal de maestranza, pero sobre todo es gente afectada al área COVID", precisó.
La delegada sindical en el norte de la provincia agregó que "en la mañana de hoy (lunes) hablé con el contador Fernández del hospital Perón y me dijo que estaba llamando insistentemente al Ministerio de Salud para que le paguen a los monotributistas".
"O sea, desde Tartagal hay que rogarles para que manden los recursos. Pero eso no puede seguir sucediendo en una situación como la que estamos atravesando. Esto ya no es un problema del gerente, el doctor Santiago Payo, esto es un tema que debe resolverlo el ministerio. Cuando yo llamé me dijeron que estaban por hablarlo al ministro de Economía, Roberto Dib Ashur, a ver si liberaba los fondos", dijo con marcada preocupación la representante de los enfermeros en Tartagal.
Norma Reyes finalmente explicó que "el año pasado, cuando fue el pico de la pandemia, se contrataron a 6 mujeres para personal de limpieza; ahora, con más casos y con los servicios colapsados, pretenden que las mismas que están hagan todo el trabajo".
"Es imposible y además es inhumano que una mujer de 60 años tenga que trabajar doble porque desde el Ministerio de Salud no quieren aumentar las partidas. Necesitamos que se vuelva a contratar a las 6 trabajadoras y que se visibilice esta situación porque en Tartagal la gente se está muriendo y de hecho esta madrugada falleció el esposo de una compañera que estaba en la sala de moderados, de menos de 50 años de edad, pero no resistió", dijo.