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.La semana pasada se conoció que en 2020 hubo un aumento de alrededor del 20 por ciento en las defunciones en Salta con respecto a 2019. Un análisis de registros oficiales a los que accedió El Tribuno refleja que los fallecimientos se debieron sobre todo a la COVID-19, aunque también aumentaron las muertes por causas como diabetes o problemas cardiovasculares. La tendencia permite empezar a confirmar lo que se suponía: que el retroceso en los tratamientos y controles de rutina generó otro de los impactos de la pandemia. En paralelo, y a contramano de teorías que hablaban de un "baby boom" que llegaría tras la cuarentena, el año pasado también descendió la cantidad de nacimientos en la provincia.
La tasa de mortalidad general en la provincia creció un punto en relación con 2010. Este valor surge de la relación entre los fallecidos y la población general estimada para ese año, multiplicada por mil.
En 2010, la tasa de mortalidad era de 5,6, igual que en 2019. El año pasado, en el marco de la pandemia, la tasa llegó a 6,6, con un total de 9.509 fallecidos, según datos provisorios.
Desde el Programa de Estadística del Ministerio de Salud Pública explicaron que estos números son provisorios y siguen en investigación ya que, debido a las dificultades que impuso la pandemia, hubo menos accesibilidad para que las personas registraran nacimientos y defunciones.
El jefe del área, Miguel Latigano, observó que "es muy marcado el ascenso" en los fallecimientos de 2020: "Son unas 1.500 muertes más en relación con el promedio".
En el marco del aumento de la mortalidad general en Salta, el profesional reveló que el año pasado habría habido un descenso en la mortalidad infantil, aunque aclaró que los datos siguen en estudio.
No solo por COVID-19
Latigano señaló que el exceso de mortalidad que hubo en 2020 se explica, sobre todo, por el impacto de la COVID-19 pero observó que, cuando se analiza el comportamiento de otras causas de muerte en relación con el promedio de los cuatro años anteriores, se ve que algunas de estas también aumentaron.
A partir del análisis comparativo que hizo, el médico detectó que en 2020 hubo 247 muertes más que lo habitual por problemas cardiovasculares; 117 más, por diabetes y 92 más, por enfermedades respiratorias no COVID-19.
Si bien consideró que estas cifras no son altas, insistió en que "no solo la COVID-19 explica el aumento de muertes, sino también estas otras causas".
El jefe del Programa de Estadística evaluó que el aumento de fallecimientos por otras enfermedades que no son COVID-19 en el marco de la pandemia es posible que se haya debido a una retracción tanto de la oferta como de la demanda de los servicios de salud durante 2020.
"Los servicios priorizaron la atención de los casos de COVID-19. Se dejaron algunas cirugías programadas sin turno, los controles de hipertensos y diabéticos...", observó Latigano y agregó que "también hubo una retracción de la demanda".
"Una persona que tenía que hacerse el control mensual, quizás decidía no ir por el riesgo de infectarse. En algunos casos, la enfermedad se agravó y las personas llegaron tarde al servicio de salud", lamentó.
El médico señaló que, a partir de estos datos, "se pudieron tomar medidas" cuando la primera ola empezó a dar tregua, como reservar camas de terapia intensiva para personas que debían operarse y dejar un margen para atender otras patologías.
De acuerdo con información del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, la primera causa de muerte que hubo el año pasado fue COVID-19, con 1.270 fallecimientos.
En este número están los casos que fueron confirmados por PCR o antígenos y aquellos que se confirmaron por el cuadro clínico y por el nexo epidemiológico de los pacientes.
Además, hay 353 muertes que fueron categorizadas como sospechosas de COVID-19, ya que las personas tenían los síntomas pero no se logró hacerles el hisopado ni había un nexo epidemiológico claro.
Ambas causas suman en total más de 1.500 fallecimientos por COVID-19, aunque son números provisorios ya que se sigue investigando la causa básica de cada muerte.
El experto aclaró que, a partir de los certificados de defunción que les envían desde el Registro Civil, ellos investigan caso por caso para determinar si la muerte se debió a la COVID-19 o no.
"Si bien en el certificado a veces dice positivo para COVID-19, hemos encontrado 68 casos en los que el resultado final nos daba negativo y se debía a otra causa...", manifestó el especialista. "Buscamos y vemos la fuente, la historia clínica, los laboratorios... A veces, la diferencia es un número de documento mal puesto o un nombre que no es claro", explicó.
De acuerdo con los datos de Estadística, las líneas de defunciones de los últimos años son, en general, bastante rectas a lo largo de los meses. Cuando se mira la del año pasado, se ve el impacto de la COVID-19 en septiembre, que luego es menor en octubre, noviembre y diciembre, cuando vuelve a una situación muy parecida a la de años anteriores.
“El año pasado, en el primer semestre hubo menos muertes que las esperadas y en el segundo semestre esto se revirtió porque ahí impactó la COVID-19”, explicó Latigano.
Datos con calidad
De acuerdo con la última publicación Indicadores Básicos 2019 de la Nación y la Organización Panamericana de la Salud, Salta es la provincia con menor porcentaje de defunciones por causas mal definidas en 2017.
Latigano destacó la labor del equipo de Estadística que, tanto durante su gestión como en las anteriores, “ha logrado mejorar mucho la información de la causa básica de las defunciones”.
Explicó que desde hace años realizan un trabajo “de hormiga” para investigar cada defunción. Para hacerlo recurren a distintas fuentes como obituarios y notas periodísticas.
El médico valoró que desde la creación del Comité Operativo de Emergencias (COE) y la Central Operativa de Control y Seguimiento (COCS), cuando comenzó la pandemia, mejoró la comunicación con el Registro Civil y otras oficinas públicas.
“Toda muerte es importante y nos tiene que dejar, dentro del saldo negativo que esto significa, alguna posibilidad de hacer prevención y tomar políticas públicas que tiendan a la disminución de ese problema”, manifestó el funcionario de Salud Pública.
Menos nacimientos
El año pasado nacieron 17.873 personas, mientras se esperaba que fueran unas 20 mil. De acuerdo con lo que informó Estadística, en 2020 hubo una disminución de poco más del 10 por ciento, aunque los especialistas sospechan que la diferencia es aún más alta.
La tasa de natalidad de la provincia, que se calcula con el total de nacidos vivos sobre el total de la población, viene en disminución desde hace varios años y se sospecha que en 2020 bajó aún más.
Mientras en 2010 la tasa de natalidad era de 22,74 por mil; en 2019 era de 16,19 por mil. La tendencia es descendente y la cifra definitiva del año pasado está en construcción.
Este año más jóvenes fallecieron a causa del coronavirus
Desde el Programa de Estadística advirtieron que en el primer semestre de este año aumentó de 22,8 a 25 por ciento el porcentaje de personas menores de 60 años que fallecieron por COVID-19 con respecto al segundo semestre de 2020.
El jefe del área, Miguel Latigano, mencionó que si bien la diferencia parece escasa, es relevante: “Para nosotros eso tiene significación. No es un dato que se nos pasa por alto y la comparación entre semestres muestra una tendencia. Hay que ver qué pasa con el resto del año”.
El médico evaluó que es posible que esta diferencia se deba al mayor apego a las normas sociales de cuidado, como distanciamiento y uso de barbijo, y la mayor adherencia a la vacunación por parte de las personas mayores, mientras, en general, hay una “actitud más reticente de los jóvenes a ambas medidas de protección específicas”.
El profesional aclaró: “El valor de los datos estadísticos que nos permiten contar, describir, comparar y elaborar indicadores para la toma de decisiones nunca supera al valor de cada vida humana que se pierde”.