inicia sesión o regístrate.
Si bien es una herramienta económica válida desde el punto de vista político, desde la óptica técnica, tiene particularidades que, en mi opinión, dado el contexto económico en el que se mueve el mundo globalizado de los negocios, resulta inviable, a tal punto que su aplicación práctica, lleva a este instrumento para frenar la inflación, al fracaso.
El Gobierno, ante el fuerte aumento en los precios de los bienes y servicios vinculados con la canasta básica familiar, acude al uso de esta herramienta, con la intención de frenar la inflación (aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes en una economía), sin tener en cuenta, las nefastas consecuencias que su implementación genera, principalmente el desabastecimiento, ya que la mayoría de los productores y fabricantes, no estarían dispuestos a vender a un precio casi al costo y/o en un mercado negro.
¿En qué consiste un régimen o control de precios, que tanta inquietud genera en los sectores productivos de nuestro país?
Entre sus principales premisas básicas, podemos mencionar:
a) Es integral: abarcativo de todas las actividades y operaciones productivas del país, lo que genera una desigualdad llamativa.
b) Instrumentación clara y sencilla, para que todas las empresas afectadas por este régimen, puedan dar cumplimiento. Hoy, se puede afirmar que no todas las unidades económicas están estructuradas para implementar esta herramienta.
c) Que los organismos de aplicación del control de precios, cuenten con los recursos materiales y humanos necesarios y capacitados para realizar una efectiva fiscalización (en mi opinión, es la mayor limitación operativa que existe. No es serio ni razonable que se envíe un ejército de integrantes de agrupaciones políticas para verificar si las empresas cumplen o no con el control de precios).
d) Contar con una decisión política de implementar, instrumentar y controlar un régimen de esta naturaleza. Hoy se puede afirmar que la misma no existe, con los alcances que operativamente exige el sistema para poder funcionar, pese a los temores del sector productivo.
e) Más que una premisa, es un requisito básico estructural el conocimiento desagregado de las estructuras de costos por línea de productos por parte de las empresas. Sin ellas, no se podrán requerir los ajustes necesarios de sus precios de ventas. En mi opinión, constituye la otra limitación operativa, ya que solo las grandes empresas cuentan con éste requisito, con lo que las pymes se verían impedidas de hacer uso de posible solución a los productores.
Punto de vista político
De acuerdo a lo expresado precedentemente, no existe la posibilidad de implementar, instrumentar y controlar un régimen racional de control de precios, de allí los reiterados fracasos. Ante esto, ¿qué hace el Gobierno?:
"Firma acuerdos sectoriales de precios máximos", con la finalidad de frenar el incremento de precios de determinados productos y mantener por un período de tiempo corto, "un precio establecido". La experiencia vivida en nuestro país con los intentos de este sistema nos muestra el fracaso de la improvisación, tanto de su funcionamiento como de su control, obligando a las empresas que están en el sistema implementado, entre otras cosas a:
a) Crear para el mercado nuevos productos similares y con mayores costos operativos. Son los denominados productos alternativos, que al no trasladar sus mayores costos verán peligrar seriamente su futuro.
b) Soportar una mayor inequidad/desigualdad, que atenta contra todo marco jurídico y económico, sobre todo su permanencia y subsistencia en el mercado.
c) Sobrellevar la dificultad que existe en cómo salir del control de precios, ya que la experiencia argentina nos está diciendo que toda vez que se ha pretendido controlar los precios, con el propósito de contener la inflación, sin atacar sus verdaderas causas, solo se logra reprimirla, acumulando distorsiones perjudiciales a la producción, por cuanto el sinceramiento de los precios, producirá, necesariamente, un escalón inflacionario.
d) El control de precios impuesto por el gobierno argentino, como eje de la lucha contra la inflación es, en mi opinión, un grave error, porque:
1- Recorta la rentabilidad de las empresas, al romper la ecuación económica / financiera que tiene cada una.
2- Quita las posibilidades de invertir (renovación de las capacidades).
3- Ataca la movilidad de los trabajadores por aumentos salariales.
Lamentablemente, el tiempo me dio la razón, a lo ya diagnosticado, en este mismo diario, durante varios años.
El control de precios (como instrumento para frenar la inflación), siempre fue una herramienta que fracasó en su implementación en nuestro país. Ante esta circunstancia, se está hablando en la actualidad de:
* Implementar un sistema de "precios congelados" (de largo plazo, a pedido de la vice presenta) y/o de
* Implementar un sistema de "precios justos" (de largo plazo, a pedido del ministro de economía) (de muy compleja instrumentación y de subjetiva utilización de algunas variables, como el "margen de beneficio razonable".
Cuando se decida cuál sistema se implementará, procederé a desarrollar, para conocimiento público, los alcances de esa herramienta, que también cuenta con grandes limitaciones, pero que necesitan indispensablemente de un consenso entre gobierno, empresarios y sindicatos, previo a su puesta en marcha.