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7 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Un país que navega en la barca de Teseo

La metamorfosis de los partidos tradicionales y el auge de coaliciones que piensan más en el poder que en gobernar pone en crisis las identidades, los valores y los proyectos de país.
Domingo, 06 de noviembre de 2022 01:32
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Según la mitología griega, Teseo fue protagonista de numerosas leyendas. Entre ellas la de haber dado muerte al Minotauro en Creta y acabar así con la maldición que pesaba sobre Atenas, que debía entregar, cada año, siete doncellas y siete jóvenes en sacrificio a la mítica bestia; penalidad impuesta como reparación por la muerte de un príncipe cretense en suelo ateniense.

El barco de Teseo -testigo de su regreso triunfante- fue conservado durante más de trescientos años, por lo que sus piezas fueron reemplazadas a medida que se deterioraban. Después de un buen tiempo, si bien el barco lucía por completo, igual al original, todos sus aparejos, remos, tablas y cuadernas habían sido sustituidos. Ni una sola de las partes del barco se correspondía con aquellas con las que había sido construido.

Los filósofos comenzaron a preguntarse si el barco guardado era igual al barco original. Si en un barco de treinta remos se reemplaza un solo remo, ¿sigue siendo el mismo barco? ¿Y si se reemplazan quince remos? ¿Todos los remos? ¿Si en vez de los remos, se cambian las cubiertas o las cuadernas? ¿Y si al final se acaban reemplazando todas las partes del barco? Las preguntas tratan de mostrar lo difícil que resulta definir el punto en el que algo deja de ser lo que es -si acaso esto sucede-, y pasa a ser algo distinto al reemplazar sus partes. La historia es la esencia de la pregunta sobre la identidad por antonomasia.

Thomas Hobbes fue más lejos planteando que, si se hubieran guardado todas las partes que fueron reemplazadas y con ellas se hubiera construido otro barco; ¿cuál habría sido, entonces, el barco original? El barco ¿es el mismo porque mantiene su forma, su función y su estética, o es otro porque todas sus partes fueron cambiadas? ¿Cuál es el "barco verdadero"?

Hay quienes sostienen que el original es el construido con las piezas originales. Otros sostienen que el barco actual es, en esencia, el mismo barco de siempre y que solo fue renovado. Hay un templo ancestral en China que fue reconstruido dos veces luego de ser arrasado por el fuego, también dos veces. Sin embargo, los monjes que lo habitan sostienen que es el mismo templo, pieza por pieza, que aquel que fuera construido la primera vez. Para ellos el templo es su función y su forma; no sus partes.

El cuerpo humano renueva todas sus células a lo largo de su vida. La paradoja vale tanto para una persona como para un barco o un templo. ¿Tenemos una identidad única o esta puede cambiar? El filósofo Heráclito tomó postura cuando dijo: "No se entra dos veces en el mismo río". No es la misma agua. Tampoco entra al río la misma persona la segunda vez.

La política local y Teseo

¿Cuál es el "verdadero peronismo"? ¿Quién lo representa? ¿Alberto Fernández; Cristina Elisabet Fernández de Kirchner; Néstor Kirchner; Eduardo Duhalde; Carlos Menen; Ítalo Argentino Lúder; María Estela Martínez de Perón; Héctor Cámpora? ¿El propio Perón? Hoy, ¿el peronismo es Cristina Elisabet, los Moyano o Máximo Kirchner? ¿Son peronistas los señores feudales rentistas que reencarnan un infame medioevo feudal?

¿O el peronismo se acabó con Perón una vez que este murió, y lo que queda ahora es un barco -como el de Teseo- donde ya los reemplazos de todas sus partes hacen que no sea más el original, que hasta tal vez ni se parezca?

¿Cuál es el "verdadero radicalismo"? ¿Acaso lo representan Martín Lousteau; Gerardo Morales; Alfredo Cornejo; Facundo Manes? ¿Alguno de ellos es, acaso, el radicalismo? ¿Representan el ideario radical? ¿Lo representa Ricardo Alfonsín, hoy devenido un alfil kirchnerista? ¿Acaso lo representaba ese prócer de la democracia que fue el propio don Raúl Ricardo? ¿El alfonsinismo era una corriente radical o era el radicalismo? ¿Lo encarnaba Ricardo Balbín? ¿Hipólito Yrigoyen? ¿O el ideario radical muere tras la muerte de Leandro N. Alem?

Seguro que podremos convenir que han cambiado los contenidos hasta hacerlos irreconciliables con la idea original, pero ¿han cambiado también los continentes? ¿Existe un "radicalismo verdadero"? ¿Existe algo, acaso, que se pueda llamar "peronismo verdadero"?

Volviendo al barco de Teseo; el peronismo y el radicalismo, ¿deberían haberse mantenido fieles a sí mismos y no mutar? ¿O hicieron bien al haberse vuelto otra cosa con el tiempo? Si fuera así, ¿es válido llamarse peronismo cuando Perón lleva cincuenta años muerto y cuando la mutación ya no lo contiene, no lo representa ni retrotrae a algo que tenga algún sentido real actual? Cuando el ideario peronista ya no tiene ni una sola tabla, remo, cuaderna, aparejo o pieza original; ¿se puede seguir llamando peronismo? Cuando algo no tiene ni siquiera la forma reconocible de un barco, ¿sigue siendo un barco?

La renovación y la erosión

La mutación -algunos dirían, la "renovación"-; ¿no erosiona a ese partido político hasta el punto de hacerlo irreconocible a sus acólitos y legiones partidarias? La erosión tan profunda de los partidos políticos ¿no corroe a todo el sistema democrático? Ezequiel Jiménez habló hace poco, en este mismo espacio, de la necesidad de los partidos políticos de institucionalizarse hacia adentro. Tiene razón. Es necesario. Es ineludible.

Solo que -en mi opinión- habría que, además, reconstruirlos por completo desde cero; desde sus bases y propuestas. Por ejemplo, ¿cuál es la propuesta del radicalismo? ¿Cuál es su plataforma; sus valores; su ideal? ¿Cuáles son los valores del peronismo? ¿Tiene alguno? Años atrás, un pensador muy filoso de la realidad argentina dijo que el peronismo no era un partido político sino una banda que se organizaba detrás de quien ostentara el poder. No puedo dejar de compartir la opinión. Pero hoy esa agudeza vale tanto para el peronismo como para cualquier otro partido político que navega por el mar de la política actual.

De nuevo; ¿qué es el peronismo? ¿Podríamos reconocerlo si lo tuviéramos frente a nuestras narices o solo se trata, como el barco de Teseo, de una idea guardada en un museo sin una sola pieza original? El barco reconstruido por Hobbes con las piezas originales del peronismo; ¿sería aplicable hoy? El eslogan "dar la vida por el trabajador"; ¿sigue siendo así? ¿Queda definido, acaso, por el "combatiendo el capital"?

Quizás tenga razón el periodista Francisco Sotelo cuando dice que los cuatro actos celebrando el mítico "Día de la Lealtad" firmaron el acta de defunción del peronismo y lo enterraron vivo. No lo sé. Hemos asistido a tantas muertes del peronismo que ya no sé en cuál creer.

Como del kircherismo. Recuerdo la hueste de periodistas que en las postrimerías del 2015 hablaban del "pos-kirchnerismo"; "de la nueva política sin kirchnerismo" y de "la muerte definitiva del kirchnerismo". El Camporismo, hoy, ¿es una versión renovada de ese kirchnerismo muerto o es un barco nuevo que surca los mares mientras otro se guarda junto al barco del peronismo en el museo?

Los partidos políticos y los políticos, ¿no son iguales a esas personas lastimosas que se disfrazaron de Michael Jackson para asistir al funeral de Michael Jackson? Tengo la sospecha de que todos están actuando un guión ajeno y, a los gritos, esperan que nosotros también sigamos el mismo guión.

Pancoaliciones y pensamiento mágico

El coalicionismo que parece haberse puesto de moda en el país -y tal vez en el mundo-; ¿representa en algo los idearios de los partidos que le dan forma y sustento? ¿O es solo otra manera de organizar a la política detrás de quien pueda detentar y hacerse del poder? Una forma renovada de abandonar una plataforma que impone un cierto rigor y hacerse de una armazón anodina, versátil y sin rigidez. Un amor sin ataduras. Una política líquida. Liviana. Acomodaticia.

Los pancoalicionismos que se expanden para ganar poder, ¿tienen algún valor real en sus plataformas o, de nuevo, solo son una manera de enfrentar al bando contrario y de "ganarles"? ¿Puede haber algo más que este bicoalicionismo -la grieta eterna- donde no se trata de que gane una idea -porque no la tienen-, sino que pierda el otro -porque se lo odia-?

¿Y qué pasa con los sectores antisistema; esos rincones peligrosos de la política que no paran de crecer? Según las últimas encuestas, un 50% de los jóvenes menores a 30 años se alinearía detrás de Javier Milei, fenómeno que se registra a nivel nacional. Sin embargo, no puedo dejar de preguntarme: si ganara Milei, ¿qué chances tendría de durar en el poder más que Ricardo López Murphy -dieciséis días- cuando fue ministro de Economía? ¿Qué chances tiene de conformar un gobierno, cuando no tiene siquiera la cantidad de personas formadas y con experiencia como para llenar los infinitos cuadros que requiere detentar el poder? ¿Qué chances tiene de hacer el 1% de lo que propone? ¿Acaso Milei está decidido a incendiar el país si llegara al poder?

¿Por qué se enoja tanto cuando se lo compara con el nacionalsocialismo alemán? ¿No tienen acaso un nacimiento similar? Allá era un pintor mediocre y fracasado; un revolucionario de cartulina y un monologuista en cervecerías llenas de borrachos. Llegó a hacerse del poder, es cierto, pero tuvo que establecer un estado de excepción al margen del sistema y de la ley para poder gobernar. ¿Se enoja porque sabe que, de ganar, debería hacer algo muy similar si es que quiere durar más que López Murphy, o para evitar hundirnos en el vacío institucional de los cinco presidentes en dos semanas que vivimos en el año 2000?

No lo sé. No hago futurología; solo marco los peligros detrás del pensamiento mágico e irracional que encarnan Milei, Manes y decenas de otros personajes llenos de ambiciones pero que carecen de toda mínima idea viable con sustento real.

Siento que hay demasiados barcos de Teseo en los museos y muchos más barcos en el mar que se hacen llamar "barcos de Teseo"; ninguno de ellos con la menor semejanza a un barco ni vistos por delante, ni de costado ni por detrás.

¿Cuántos barcos de Teseo pueden soportar los museos y cuántos la realidad? ¿Cuántos esta, nuestra muerta sociedad?

 

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