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26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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El relato de las vivencias bélicas de dos héroes de la Puna salteña

Hilario Flores y Atilio González 
Jueves, 31 de marzo de 2022 22:07
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Por Vicente Arias

Hilario Flores y Atilio González son dos de los tantos excombatientes que la aventura militar de 1982 nos dejó. Uno es oriundo de San Antonio de los Cobres, en tanto que González es un hijo adoptivo de la Puna. 

Ambos nos narran sus vivencias bélicas durante la guerra de Malvinas.

Flores inicia su relato indicando que con apenas 19 años fue incorporado al Servicio Militar Obligatorio a fines de 1981, en la Fuerza Aérea, Base Militar “Cóndor”, de Córdoba.

En tanto que González contó que a principios del 1982, tras una prórroga por sus estudios en la carrera de Enfermería fue incorporado a la Armada en Puerto Belgrano, Bahía Blanca. 

Luego, acota que a pesar de su flamante título, optó por desempeñarse en tareas de radio operador en esa base militar.

Atilio recuerda que cerca de esa memorable fecha (2 de abril), había mucha confusión e incertidumbre ante la noticia del conflicto con Gran Bretaña. 

“Jamás nos hubiéramos imaginado que todo terminaría en una guerra. El 2 de abril nos comunican oficialmente que las Islas Malvinas habían sido recuperadas, que la Bandera de Argentina ya flameaba en ese lugar. Esa noticia nos llenó de orgullo y alegría; nos correspondía prepararnos para la defensa de nuestro territorio, entonces a mí me pasan al portaaviones 25 de Mayo. Ahí vi, conforme pasaban los días, cómo partían los buques con tropas argentinas”, contó Atilio.

El relato de Flores sobre los inicios es casi parecido. Recuerda que en todo había un clima enrarecido y engañoso. Cuenta que a mediados de marzo del 82, les comunican que van a realizar un viaje al sur del país, más precisamente a Comodoro Rivadavia, con el fin de cumplir con unas guardias y patrullas en el lugar. 

Además participaron todas las instituciones del lugar. De esta manera los puneños tratan de mantener el reconocimiento de sus héroes de la guerra por Malvinas.

“Ni nos imaginábamos lo que se venía. Entre nosotros decíamos que íbamos a cumplir con el servicio a la Patria y como todo joven dispuesto a conocer otros lugares, con toda la expectativa partimos hacia nuestro destino. Pero al llegar grande fue nuestra sorpresa, cuando nos dieron durante tres días una dura instrucción para una guerra, nos sacaron el jugo en los entrenamientos de combate. Pero lo más sorprendente fue el anuncio de nuestros jefes, de que estábamos en conflicto con Gran Bretaña por las Islas Malvinas y que nos iban a trasladar a Puerto Argentino y de allí a la zona del conflicto las Islas Sándwich y Georgias, relató Flores. 

Hilario continúa su relato indicando que cuando llegaron a las islas, sus primeras tareas en ese lugar eran tomar prisioneros y patrullar la zona, y a la par continuaban con las últimas instrucciones en el campo mismo de batalla.

Los peores momentos

Ambos excombatientes recuerdan tristemente los peores momentos vividos durante el conflicto bélico.

Para Atilio, fue cuando en mayo les llega la noticia acerca del hundimiento del ARA Gral. Belgrano. Cuenta “a pesar de que estábamos en zona de exclusión, nos corrió un escalofrío saber que si eso le había sucedido a tamaña embarcación, nuestro portaaviones también sería un flanco accesible para los británicos, ya que nos encontrábamos desprotegidos y casi sin asistencia de flotas, sólo teníamos tres, cuando lo normal era tener entre 15 a 17 flotas que nos protejan y asistan; en ese momento pensábamos en lo peor, a cada instante nos encomendábamos a Dios y a nuestras familias, todo el tiempo nos movíamos con los elementos de seguridad, salvavidas y flotantes”.

Para Hilario fueron varios los momentos difíciles, cuenta que uno de ellos fue durante los primeros días de mayo, cuando las tropas inglesas comienzan a incursionar en la guerra, dándoles el esperado bautismo de fuego que con tanto temor y confusión esperaban. “En esos momentos sólo pensábamos en nuestros seres queridos, habíamos tomado conciencia de que podríamos dejar nuestras vidas en este lugar, nos dábamos fuerzas los unos a los otros con la idea de que estábamos defendiendo nuestra Patria, nos aferrábamos al rosario y a la medalla que llevábamos en el cuello, mientras rezábamos y nos disponíamos a enfrentar a los ingleses”.

Otro de los momentos que recuerda con mucha tristeza y desazón fue el siguiente hecho: “Ya casi a finales de la guerra, donde cada vez nos sentíamos más rodeados por las tropas británicas y en uno de los tantos cruces de fuego, cae mortalmente a mi lado uno de mis compañeros con la cabeza literalmente cortada, esa imagen no me la voy a olvidar nunca”, dijo Flores mientras se le entrecorta la voz al relatar la conmoción vivida.

Finalmente Flores cierra su relato indicando que lo más triste fue rendirse, “aparecieron varios gurkas por detrás y nosotros casi sin fuerzas y diezmados tuvimos que agachar nuestras cabezas y sucedió lo inevitable, era claro que ellos estaban mejor preparados que nosotros”.

La actualidad encuentra a Atilio González casado y con varios hijos, ejerciendo su profesión de enfermero en la Ciudad de Salta. Mientras que Hilario Flores también formó su familia, con su esposa tuvieron varios hijos, uno de los cuales eligió la carrera militar y se encuentra en la Armada Argentina. Como una lamentable ironía de la vida, Hilario es hoy un desocupado más que sólo vive de su pensión de excombatiente. 
 

 

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