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La directora de un establecimiento educativo que ya tiene jornada extendida en Salta contó la experiencia, luego de que el Gobierno de la Nación anunciara su objetivo de sumar una hora de clases, principalmente con el objetivo de fortalecer el aprendizaje luego de dos años de pandemia. Sonia Funes, responsable de una escuela de Cerrillos, describió que el tiempo extra se utiliza para reforzar contenidos y que, tras dos periodos sin presencialidad plena, hay chicos que llegaron a cuarto grado con dificultades para leer.
La escuela 4530 “Teniente Benjamín Matienzo”, del paraje Las Blancas, Cerrillos, tiene la modalidad de jornada completa, lo que implica otra realidad institucional y pedagógica. Los chicos están en la escuela de 8 a 16 y desarrollan un intenso plan de actividades. Desayunan al ingresar. Luego tienen enseñanza en aula, con todos los contenidos curriculares, y después almuerzan. Por la tarde se realizan talleres extracurriculares, pero vinculados a los programas escolares.
Sonia Funes le explicó a El Tribuno las ventajas de trabajar con una jornada completa. “Ahora entendemos que la presencialidad es el eje de la escolarización. Las docentes hicieron el mayor esfuerzo utilizando diversas herramientas, pero cada familia es un mundo y no podemos realizar un seguimiento pedagógico de sus niños. Todo marzo nos dedicamos a una nivelación de saberes, por la diversidad de condiciones en la que vinieron los chicos. Hasta en cuarto grado detectamos chicos que no están alfabetizados. Entonces estamos trabajando en ello durante toda la jornada”, señaló.
“Lo que tenemos de bueno es que las docentes de grado son las talleristas. Entonces las maestras van viendo durante la mañana cómo van los chicos con los contenidos y por las tardes utilizamos los talleres como un espacio lúdico en donde estamos reforzando los contenidos de lengua y matemáticas”, explicó la educadora. El arte, los juegos y la agronomía se usan con fines pedagógicos.