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Saltataki Familia Musical Viajera presenta “Caminando”, su nuevo disco, el sábado 3 de septiembre, a las 19, en la Usina Cultural. Será el debut en Salta capital de los músicos que recorrieron la provincia, el país y Latinoamérica, tocando e indagando sobre el patrimonio sonoro del continente. Nadine Hjelt, Sabino Figueroa, Indi Figueroa Hjelt y Lumi Hjelt Figueroa recibieron a El Tribuno en su casa.
“El artista se tiene que ir nutriendo de otras experiencias, de otras vivencias, de otras formas de vivir, de pensar y abrir la cabeza”, dice Sabino Figueroa, y recuerda: “En mi casa se cantaba Los Chalchaleros, Los Fronterizos; todo el repertorio folclórico me lo aprendí a los 10 años. Cuando éramos adolescentes, hubo un momento en que se monopolizó todo... Y me dije: ¿la única sonoridad son Los Chalchaleros? Me saco el sombrero ante ellos, pero parecía que la única forma de hacer música en Salta era como ellos”. En la charla habíamos ingresado en el terreno de las posibilidades de hacer música y de qué tipo. “Estaban el Dúo Salteño, el Cuchi Leguizamón, otras vertientes sin la infraestructura comercial y uno no llegaba a esas sonoridades. Y, por supuesto, la música nativa: ‘la música andina no’; ‘las copleras no’, la quena, el charango no nos pertenecían a nosotros”, describe el panorama.
Y dice: “En principio me salvaron los Beatles y después los Kjarkas, Illapu, los Inti Illimani... me hice fanático de los instrumentos andinos y me hice instrumentista de vientos. Allí encontré el universo instrumental, orquestal para hacer nuestra música y dije esto es lo mío”. Para cerrar la idea sobre los Beatles, agrega: “Tengo la responsabilidad de hacer lo mío porque nací acá, no en Inglaterra. Y asumo esa responsabilidad y la llevó adelante siendo independiente”.
Otro elemento que juega en este tiempo a favor de la producción propia es la tecnología. Saltataki lo sabe. “El artista musical con computadora, micrófonos, placas de sonido, su creatividad, sus ganas y su capacidad puede elaborar su obra... Esa puerta se abrió para nosotros, los músicos, y eso es lo fantástico y es el fenómeno más grande que está sucediendo hoy por hoy; algo nuevo. Los artistas estamos pudiendo cerrar nuestra obra, subirla a internet, publicarla”, dice Sabino, y Nadine Hjelt agrega: “Hacer todo uno mismo y en viaje también, teniendo una compu o un micrófono ya podés empezar a producir”.
Los viajes
“Por toda Centroamérica estuvimos antes de que nazcan las chiquitas y la verdad es que es muy parecido a Argentina, muy parecido a Salta... la gente, esa Latinoamérica profunda”, dice Nadine, y suma: “Poder estar con otros músicos que nos abrieron las puertas... Íbamos filmando, también estuvimos en escuelas que les enseñaban a los niños marimba”. Sabino acota: “Es tan diverso nuestro continente. Primero, la música nativa de los pueblos originarios. Esa música es el universo en sí mismo, el infinito. Hay diferentes tipos de canto, de sonoridades, de instrumentos, sobre todo aerófonos”.
“Y te podés relacionar con todos por el idioma. En Centroamérica, en El Salvador, en Guatemala, en Nicaragua todos hablan con voseo. Es mucho más parecido al nuestro el voseo centroamericano que el porteño”, añade.
“Es impresionante la música que hay en Venezuela; yo pensé que Bolivia superaba a todos los países del continente con esa identidad sonora, pero los venezolanos están a la par. Ellos si tienen que tocar sacan un cuatro. Tienen géneros de todo tipo, desde los llanos que uno asocia con la música venezolana y también es colombiana... músicas caribeñas de diferentes tipos, por ejemplo, calypsonias. Tienen parte de las Antillas donde hay angloparlantes. Por ejemplo, Port Limón, en Costa Rica, es una mezcla, es creole; inglés mezclado con francés, y de ahí viene el reggae, el calypsonian, que también es parte de nuestro patrimonio”, dice Sabino.
Nadine señala: “Y lo que se puede volver a seguir estudiando, ese primer viaje que hicimos no bastó para conocer todo... la idea era tener un registro y cuando nacieron las chicas, hicimos un impasse, y retomamos cuando ellas tenían 4 y 5 años, yendo a Paraguay, después terminamos con Chile, Uruguay y Brasil, ya con la casita rodante. Y después recorriendo la Argentina, que fueron los últimos viajes. Fuimos hasta Tierra del Fuego primero por la Cordillera y volvimos por la costa, también conocimos bastante nuestro país, que es enorme y con tanta diversidad”.
Acerca de cómo se dan los contactos, Nadine cuenta: “Se dan conociendo a alguien del lugar o indagando, cuando llegamos, si hay un teatro, un centro cultural, alguna biblioteca donde podríamos hacer un concierto”.
Saltataki presenta “Caminando” el sábado próximo, a las 19, en la Usina Cultural. Entradas en saltaticket.gob.ar. Recorrió América Latina y Argentina, en su casa rodante y tocando sus canciones. Nadine Hjelt (la mamá) es compositora, violinista, cantante y naturalista; Sabino Figueroa (el papá) es compositor, multiinstrumentista, cantante, productor musical y abogado. Indi Figueroa Hjelt, 10 años, compositora y cantante, toca violín, guitarra y percusión. Lumi Hjelt Figueroa, 9 años, compositora y cantante, toca acordeón, charango y percusión.
La experiencia de conocer a través de la música la viven. “Encontramos públicos superabiertos y con muchas ganas de que estemos ahí. Y por suerte en muchos lugares la gente se quedó contenta, los niños también, porque la música es para todo el mundo. A veces se divide un poco, ‘esto es para niños, esto es para adultos’. Y los conciertos los hacemos acá también, siempre que estamos en Salta, hacemos conciertos en el jardín de la casa, y son para toda la familia”, dice.
América Conversa fue un proyecto audiovisual que concluyó hace cuatro años. “Terminamos recorriendo desde México hacia el sur. Fuimos con una cámara, hicimos un registro documental, tenemos muchísimo material”, cuenta sobre esa experiencia Sabino, y dice: “Los artistas que hacen y defienden nuestra música están por fuera del comercio y son guerreros. Nadie obliga a un tipo a hacer una marimba en un barrio pobre”.
En familia
“En esta etapa de viajar con las chicas, buscamos lugares que conocemos, amigos, vamos parando, haciendo contactos y vamos viendo si se da, si surge”, dice Nadine, Sabino agrega: “El año pasado estuvimos todo el año en Neuquén”. Nadine completa: “Estuvimos visitando a mi hermana, compartiendo las chicas con su tía y haciendo las actividades del lugar. Un pueblito fronterizo, donde todos se conocen, Villa Pehuenia. Y las chicas disfrutan un montón de estar allí”.
“Antes estábamos más de mochileros los dos y ahora estando más en familia nos cuidamos más en cuanto a eso, en quedarnos en un lugar que nos guste a todos y disfrutar las actividades que se hacen allí, y siempre tratando de tocar y las chiquitas se fueron sumando a los conciertos. Tocan distintos instrumentos, nosotros también, yo más que nada violín, algo de guitarra, y las chiquitas cantan y nos acompañan con guitarra, charango y percusión”, dice Nadine, y Sabino suma: “Y componen también, son compositoras”.
“Todos hacemos un poquito de música, entonces es un salpicado de diferentes estilos”, describe Nadine. Sabino agrega: “En libertad, en el rol nuestro de acompañar el aprendizaje de ellas en la música, que no entren en juicios de valor y mantener el pensamiento abierto”.
Hacer música
Hace 10 años vivían en Buenos Aires, allí Sabino terminó la Licenciatura en Composición Musical. “Pero ya estábamos pensando en irnos a un lugar más tranquilo, para tener a nuestras hijas”, cuenta Nadine... “Y yo no me podía liberar porque la verdad es que ser músico es ser un paria, no tenés laburo, ‘¿para qué te dedicás a eso?’... todo el prejuicio, y es difícil liberarse”, dice Sabino. “¡Y es un laburo tremendo ser músico! (risas) Y nunca se acaba. Y aparte estás trabajando hasta cualquier hora porque estás haciendo la producción en tu casa o pensando en lo que vas a hacer”, ilustra Nadine, y completa: “Es como un trabajo de artesano, como hacer tu propia casa. Estás haciendo un trabajo que te gusta y el primero que se pone las pilas sos vos”.
“Esto de hacer los conciertos en escuelas está buenísimo porque los niños ven que hay otros trabajos, otros modos de vida... porque ‘tenés que ser médico, abogado’... Lo mismo que ir y ver alguna exposición de pintura, abrís la cabeza y te das cuenta de que hay un montón de cosas en este mundo”, dice la música.
Nadine vuelve sobre la idea de saber dónde estamos y de nutrirnos de ello: “Y queremos conocer también Salta, tampoco alejarnos tanto... Vivimos acá, ellas nacieron acá. Y en este último tiempo estuvimos en muchos pueblitos, y son hermosos. A veces te vas tan lejos y lo que está cerca no lo conocés. Y la idea de las raíces también es muy importante”.
“Nosotros usamos el concepto Abya Yala... es bella la palabra y la usamos para el planeta no solo para el continente. Abya Yala tiene que ser todo, tiene que ser ‘la tierra que florece’”, cierra Sabino.