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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó ayer que "está en camino la siguiente fase" de la ofensiva contra el movimiento palestino Hamas, tras vencerse el ultimátum dado a los civiles del norte de la Franja de Gaza, que continúan su evacuación hacia el sur ante una posible incursión militar terrestre, en medio de la preocupación de la comunidad internacional por la situación humanitaria en el enclave.
El premier visitó ayer los kibutz de Beeri y Kfar Azza que fueron atacados por Hamas el 7 de octubre. En su encuentro con los militares instalados ahí, Netanyahu comunicó que "la siguiente fase está en camino", ante las perspectivas de una posible incursión por tierra a gran escala en la Franja de Gaza, la primera desde 2008.
El Ejército israelí dijo ayer en un comunicado que se estaba preparando para "ampliar la ofensiva", que incluye un "ataque conjunto y coordinado desde el aire, el mar y la tierra".
"Los batallones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están desplegados y preparados para las próximas fases de la guerra, especialmente para una operación terrestre significativa", añadió el texto.
Rechazo al ultimátum
Israel designó ayer dos rutas seguras y prorrogó hasta la tarde el ultimátum para que los habitantes de la parte norte del enclave, poco más de un millón de personas, se dirijan hacia el sur, en una orden que fue rechazada por la ONU, ONG humanitarias y la Unión Europea (UE).
La Franja de Gaza, de 362 km2 y cerca de 2,4 millones de habitantes, está situada entre Israel, Egipto y el mar Mediterráneo y sometida a un bloqueo de Israel desde 2007. La salida por Egipto, el paso de Rafah, se halla cerrado.
Desde el inicio de los enfrentamientos, el sábado pasado, alrededor de 1.300 personas murieron en Israel, 258 de ellos soldados, según el Ejército, y otras 2.215 fallecieron del lado de Gaza, entre ellas 724 niños.
No habrá evacuación
Los tres grandes hospitales de la Franja de Gaza, uno de ellos de asistencia infantil, anunciaron que no acatarán la orden de evacuación, ante la imposibilidad de un traslado y para poder seguir atendiendo a los pacientes, en medio de la continuidad de los bombardeos israelíes en la zona.
Más de 1.300 edificios del enclave fueron completamente destruidos, informó la ONU. Aemás, la agencia de la ONU especializada en los refugiados palestinos alertó ayer que hay más de dos millones de personas en la Franja que se están quedando sin agua potable. En sintonía, Unicef advirtió que cientos de miles de niños de Gaza se encuentran en una situación "catastrófica" tras una semana de contraataques israelíes e instó a que todas las partes declaren un alto el fuego.
Ante la gravedad de la situación, la ONU, EEUU y la Unión Europea pidieron a Israel que retrase cualquier eventual ofensiva, para dar tiempo a los civiles a refugiarse. Y el jefe diplomático europeo, Josep Borrell, calificó como "totalmente imposible de ejecutar" el plan israelí de evacuar a más de un millón de personas en un día.