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Sin pudor

Sabado, 07 de octubre de 2023 01:20
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Hace algunos días una foto ocupó los medios, se trataba de un acolchado con una mancha y al lado una mano y una parte del antebrazo masculino y desnudo. Poco importa lo que ocurrió después.

La foto, como cualquier foto, congela algo, un instante. Hay fotos de gran nobleza, de gran crueldad, de gran estilo, de gran talento. Esta foto es la foto de la obscenidad que puede venir. Digo que puede venir porque aún estamos a tiempo. Todo parece indicar que la cosa está jugada, que el malestar es mucho y "que reviente todo" sería el cántico de una juventud (sin edad) hastiada y que solo valora el dinero, "queremos plata". El nombre del padre actual (si leemos a J. A. Miller) es el dinero.

El candidato lo sabe y lo usa, usa a ese fetiche y se pasea en caravana por La Matanza, suburbio del gran Buenos Aires que tiene una altísima densidad demográfica de ciudadanos de bajos recursos y es una de las capitales de la inseguridad y del delito, con una gigantografía de un billete de 100 dólares con su rostro, el rostro y la melena del león.

A él no hay que espiarlo para buscar su costado morboso, no hay que tener una cámara oculta, él lo muestra a cielo abierto, al desnudo.

Esa obscenidad es la que Freud señala en el caso de la melancolía; sin pudor se dice lo peor de sí mismo. Y Freud nos enseña que se puede ser tan impúdico cuando se habla de sí mismo porque en realidad es del objeto perdido de quien se habla, de ese que no existe más, o mejor dicho nunca existió pero que no se escribió su ausencia. Por eso su retorno es siempre posible.

Los medios aspiran este verbo desbocado sin obstáculo, lo convocan, lo presentan, le dan tiempo en el aire. Se habla mucho de él, el nuevo, el desconocido, el recién llegado.

No reconocen lo viejo, el olor a rancio de un discurso aniquilador, por llamar a lo peor. Sin retórica, sin dialéctica, sin metáfora.

¿Se estiró demasiado la cuerda? ¿Lo que pasó explica lo que pasa? Lacan nos enseña a desprender el efecto de la causa. Lo que pasó no explica totalmente lo que pasa.

Pero la tentación de la ruina es grande, "que todo reviente por los aires", alguien supo encarnar este anhelo. Vaya a saber por qué vías subjetivas.

* Silvia Baudini es psicoanalista en Buenos Aires. Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. AME de la Escuela de la Orientación Lacaniana.

 

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