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Javier Scravaglieri es el gerente del mundo Balmat, una empresa familiar salteña que es líder en terminaciones de obra. Si bien Balmat nace hace 7 años, sus propietarios tienen 30 años de experiencia. "Nos dedicamos a los materiales finales de obra. Tenemos porcelanatos, cerámicos, revestimientos, grifería y sanitarios", enumera Scravaglieri.
La firma tiene hoy dos casas. La original sigue en Pellegrini 802, esquina Tucumán; y además cuenta con un local nuevo que lo inauguraron el 6 de octubre del año pasado, que está ubicado frente al estadio Martearena, por el acceso a las canchas auxiliares. Ahí se desarrolla toda la magia, el sentido de lo que hace diferente a Balmat.
Así lo explica Scravaglieri: "Allí hay un showroom nuevo donde se muestran productos que se ven muy bien. Está pensado para mostrar este tipo de productos porque el porcelanato es complicado. Hablamos de placas más grandes y muchas veces no se sabe cómo quedan todas juntas. Una placa no te dice nada, pero 5 placas juntas dispuestas pueden mostrar el diseño sobre cómo queda el piso", dijo el empresario.
El showroom está dispuesto cien por ciento para los salteños; está pensado en el cliente. "Nosotros buscamos tener productos distintos, que apuntan al diseño. Productos que muchas veces en Salta no se consiguen. Tenemos para todos los gustos, pero los productos y el servicio de atención es personalizado; es lo que nos hace único. Como no es un comercio de venta generalizada, podemos destinar tiempo a cada cliente, dedicamos mucho empeño a la atención, al asesoramiento. Hacemos mucho hincapié en el servicio posventa porque porcelanato puede vender cualquiera, pero nosotros cumplimos con los tiempos de entrega, estamos atentos a no tener inconvenientes, a solucionar los problemas de nuestros clientes", definió.
Y tiene razón porque cuando uno rompe su casa para una remodelación o está construyendo una vivienda nueva siempre al último, al final de todo, los "detalles" parecen ser eterno, una cuestión de nunca acabar.
El servicio de posventa hace la diferencia. Cambia el paradigma y es el vendedor quien se hace cargo de la complejidad. El resultado: clientes más tranquilos.
"Las complicaciones se dan porque las cerámicas tienen un proceso de cocción en el horno. Cada vez que se hace un producto es con condiciones climáticas particulares y únicas. La próxima vez que yo fabrique el mismo producto no va a ser igual a la anterior. Por eso la posventa es importante, porque muchas veces faltan dos cajas y esas cajas ya no serán de la misma partida y no se las pueden poner a la par. Nosotros tenemos un buen manejo del depósito, porque estamos pensando en nuestro clientes. Nosotros no transferimos los problemas del rubro a los clientes. Nosotros avisamos, te vendo tantos metros cuadrados de tal producto, ípero ojo! que no me queda más de esa partida. En eso hacemos la diferencia", explicó.
Le dan mucha importancia a la atención personalizada. Además ayudan al buen gusto y al mantenimiento del estilo porque tienen arquitectos y diseñadores que asesoran a los clientes en el showroom. La idea es cambiar la experiencia traumática de construir y tener la sensación de no terminar nunca más.
"Asesoramos también en la parte económica. Conviene o no poner porcelanato, qué es lo querés, le das importancia a la vida social. Otros quieren practicidad a la hora del mantenimiento. En ese asesoramiento un cliente se puede quedar hasta 4 horas eligiendo lo que quiere para su casa. Otros vienen con los arquitectos, con la familia a ver si les gusta lo que eligieron. Esto no es una venta rápida, no es un despacho de mercadería. En Balmat pensamos en nuestros clientes. Nuestro objetivo es crear experiencias de compra inolvidables para ellos", dijo sonriendo.