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La red social TikTok se volvió una de las más indispensables para quienes buscan entretenerse con buen contenido, pero detrás de cada tiktoker también hay grandes historias para contar.
Ese es el caso de Jael Saracho, una joven de 22 años que vive en San Benito, zona sureste de la ciudad y es vendedora ambulante. Desde 2020 sube videos a esta red social y sus reproducciones no paran de aumentar.
En su cuenta, Jael propone ideas de almuerzos o cenas sin gastar mucha plata, platos como empanadas para 4 personas con $1000, canelones para 3 personas con $900 y hasta menúes para 2 con solo $500. Su video más visto tiene 3 millones de visualizaciones, allí muestra el paso a paso de la preparación de los “juguitos” de leche, postre típico del Norte Argentino.
“Pensé en la inflación y ví que la gente me pedía cocinar con poca plata y ese es mi contenido más visto” explica Jael.
La repercusión de sus videos hizo que ella ya lo considere un trabajo, tal es así que la mitad de sus días se van en pensar nuevas ideas, grabar y editar.
Aunque en las redes sociales se puede monetizar el contenido que se publica, Jael aún no cobra por la gran cantidad de visualizaciones que reúne, pero los ingresos le llegan directamente desde sus seguidores: “el año pasado se me rompió el celular y cuando se lo conté a mis seguidores, me pidieron el C.B.U. , comenzaron a transferirme y pude comprarme otro”, contó Jael. Una vez recibió una transferencia bancaria de $30.000 de una seguidora y constantemente algunas marcas la contactan para regalarle productos a cambio de promoción en sus redes sociales.
En la calle, mientras trabaja como vendedora ambulante, las personas se acercan a saludarla, hablan con ella y piden consejos. Pero así como hay fans, también hay “haters” que son quienes dejan críticas y malos comentarios en los videos. Jael ya tuvo malas experiencias en la calle, como recibir insultos y malos tratos de gente desconocida.
La tiktoker, aunque ella aún no se define así, tiene sus metas bien claras. Quiere salir adelante por ella y por su hijito Valentino, pero su objetivo principal también es ayudar a las personas de la calle: “yo crecí en la calle, vendía tarjetas en el Mercado, ahora voy a comer ahí y veo niños vendiendo y me recuerda a mi”, lamenta la chica.
Por último, como mensaje para la sociedad, Jael incentiva a todos aquellos que aún no se animan a entrar al mundo de las redes sociales y los videos, a hacerlo siempre y cuando les nazca del corazón, porque “esa es la clave”.