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24 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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La milenaria minería no convencional de los animales

La utilización de los minerales comienza con la vida misma. Desde hace 540 millones de años, trilobites, dinosaurios, hormigas, vacas y marmotas los han adaptado de diversas formas como madrigueras, alimentos y digestivos.
Lunes, 26 de junio de 2023 00:00

Cuando hablamos de minería tenemos la impresión de que solamente nos estamos refiriendo al trabajo que realiza el hombre desde la Edad de Piedra hasta nuestros días, previo paso por las edades del cobre, del bronce, del hierro, nuclear y del silicio, cada una marcada por un metal, roca o mineral.

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Cuando hablamos de minería tenemos la impresión de que solamente nos estamos refiriendo al trabajo que realiza el hombre desde la Edad de Piedra hasta nuestros días, previo paso por las edades del cobre, del bronce, del hierro, nuclear y del silicio, cada una marcada por un metal, roca o mineral.

Sin embargo, en este artículo analizamos cómo otros actores del sector animal tuvieron su trabajo minero a lo largo de las edades geológicas, desde las cuchillas "mineras" de los trilobites, pasando a los dinosaurios y su prospección de gastrolitos, los cocodrilos exploradores de diamantes, el impacto paisajístico de los hormigueros y termiteros, y las marmotas buscadoras de oro del Asia Central.

Cuándo empezó todo

Podemos aseverar que la minería no comenzó con el hombre hace unos pocos miles de años, sino que por el contrario se remonta al período post-Ediacariano, hace unos 540 millones de años. El primer gran impacto sobre los ecosistemas fue la aparición de las faunas post-Vendobiontas, que causaron un profundo cambio al romper con el edénico mundo Ediacariano. Hasta ese entonces no existía la relación predador - presa y los organismos del reino Vendobionta yacían estáticos e inermes alimentándose de la química del agua. Se estima que estos se apoyaban sobre una especie de tapiz orgánico duro que cubría el piso de los mares someros de entonces. Debajo de esa especie de "cuero bacteriano" había una enorme productividad biológica que representaba una excelente fuente de alimentación para quienes pudieran alcanzarla.

Es así como aparecen nuevas formas de vida, dotadas de un exoesqueleto mineral cálcico - carbonático, provisto de herramientas filosas (cuchillas, pinzas, tenazas) que producen cortes en el tapiz bacteriano, dando lugar a lo que el paleontólogo alemán Adolf Seilacher, de la Universidad de Tubingen, bautizó como la "Primera Revolución Agronómica". Según él, el suelo marino virgen hasta entonces, comenzó a ser roturado por los "discos de arado" representados en este caso por las cuchillas exoesqueletales de los trilobites. Para nosotros, esa primera revolución agronómica representa también los primeros trabajos mineros. Más tarde, la evolución durante el Eón Fanerozoico, nos irá mostrando cómo muchos animales aprovechan los recursos mineros para morada, refugio, alimentación, protección, defensa, etcétera. La minería es precisamente eso, el aprovechamiento de los recursos minerales por parte del hombre, ya sean crudos o elaborados, para su utilización como morada, refugio, alimentación, protección, defensa, etcétera.

La aparición de las hormigas

En este sentido, el aprovechamiento por los animales de esos recursos, con los mismos fines, es también minería y los que los llevan a cabo son mineros. Es el caso de las termitas, que remueven grandes cantidades de tierras arenoarcillosas en la construcción de sus nidos subterráneos o bien aéreos (epigeos), transformando el paisaje. Las termitas son muy abundantes en América del Sur, África y Australia. Los termiteros de la gran llanura venezolana y del Gran Chaco (Paraguay, Bolivia, Argentina) son famosos en América del Sur, así como lo son los de Somalia en África. Algunos nidos epigeos africanos muestran gran diversidad y arquitectura compleja, pudiendo llegar a tener hasta 6 m de altura y unos mil metros cúbicos en algunos macrotermes.

En el Gran Chaco sudamericano se conocen extensos campos de "tacurúes", que son nidos de termitas de hasta 1,5 m de altura. De acuerdo con esto hay que tener en cuenta que los grandes termiteros en el mundo representan el movimiento de miles de millones de toneladas de tierra, mucho más que cualquier explotación minera. Si a esto le sumamos que estos insectos eusociales están en el planeta desde hace 168 millones de años, desde el período Jurásico, y que se han distribuidos en casi todos los continentes y ecosistemas, podemos hacernos una idea clara del trabajo de remoción de sedimentos ejecutados por estos insectos a lo largo de las eras geológicas.

¿Cómo han podido las hormigas conquistar nuestro planeta por completo? Una nueva teoría afirma que fue por fases de dominación sucesiva. De hecho, cada nueva subfamilia de estos insectos ha ejercido su supremacía, antes de ser echados por una subfamilia mejor adaptada, hacia un nicho ecológico desocupado. He ahí como casi todos los ecosistemas terrestres han sido conquistados por las hormigas. Esta es la visión de Edward Wilson, de la Universidad de Harvard, y de Bert Hölldobler (Universidad de Würzburg), resumida, de su "Hipótesis de la Sucesión Dinástica".

Un dato de interés es que las termitas, además del impacto en la remoción de grandes volúmenes de tierras, son también importantes productoras de metano, un gas considerado de efecto invernadero.

Piedras digestivas de dinosaurios

Otro trabajo minero poco conocido es la búsqueda de ciertos tipos de rocas por parte de los dinosaurios para su uso en la digestión. Efectivamente, los dinosaurios tanto los ornitisquios como los saurisquios, buscaban algunas rocas especiales por su dureza y aspecto (rodados de cuarzo, sílex, ftanitas, etcétera), las que tragaban para ser utilizados como un "molino de bolas" estomacal. Estas piedras, conocidas en la literatura paleontológica como "gastrolitos", les permitían triturar los alimentos ayudando en la digestión. Ahora bien, téngase presente que los dinosaurios aparecieron durante el período Triásico hace 228 millones de años y se extinguieron en el Cretácico superior hace 66 millones de años. O sea que dominaron el planeta por 160 millones de años. Los dinosaurios se distribuyeron en todos los continentes y dominaron prácticamente todos los ecosistemas durante ese largo tiempo. Con solo considerar unos pocos kilos de rocas utilizados como gastrolitos y multiplicando por los millones de generaciones y los miles de millones de individuos, podemos hacernos una idea del volumen de material prospectado y utilizado por esos reptiles durante la Era del Mesozoico.

A esto tenemos que sumarles las aves y los reptiles, fósiles y actuales, que tienen la misma costumbre. Precisamente, el hecho de que las aves y los dinosaurios consuman esos gastrolitos es una prueba indirecta más de su afinidad de origen. En el caso de los reptiles, un ejemplo interesante es el de los cocodrilos. Ellos acostumbran tragar piedras brillantes para usarlas como gastrolitos. Se dio el caso que al revisar el estómago de unos cocodrilos africanos se encontraron diamantes. Los cocodrilos se zambullían en los ríos y removían las arenas del fondo en busca de piedras duras y brillantes que les servían para su digestión. Las arenas de esos ríos eran diamantíferas y evidentemente esos cristales llamaban particularmente su atención. El hecho es que ese hallazgo llegó a poner en peligro la supervivencia de los cocodrilos de toda una región que empezaron a ser masacrados por cazadores furtivos para buscar las valiosas piedras en el interior de sus estómagos.

Un caso interesante de prospección y explotación minera lo llevan a cabo las vacas, cabras y animales salvajes que tienen la particularidad de ubicar capas con contenidos en sales. Estos animales lamen las superficies de sectores donde afloran capas salinas. Personalmente he observado en la cuenca potásica catalana del Ebro, en la zona de Suria, un lugar donde afloran capas de sales marinas, formadas por halita, silvita y carnalita, y en donde las vacas y cabras lamen la halita y dejan sin tocar las sales potásicas por su sabor amargo. En Salta son comunes los lambederos de ganado cerril y animales salvajes que dejan curiosas geoformas de bioerosión.

Las marmotas de Heródoto

Desde la antigüedad se habla también de las "hormigas buscadoras de oro". En este sentido son notables los relatos que hace Heródoto. Este gran historiador griego escribe: "En tal desierto mora una especie de hormiga de gran tamaño, mayor que un zorro, pero no tan grande como un perro. Esas criaturas, que tienen sus madrigueras bajo el suelo, extraen arena y la amontonan, al igual que nuestras hormigas hacen con tierra, y se parecen mucho a éstas en su forma. Las arenas poseen un rico contenido en oro, y eso es lo que buscan los indios cuando efectúan sus expediciones al desierto. De acuerdo con los persas, la mayor parte del oro se obtiene de la manera que he descrito". Fue el antropólogo y explorador francés Michel Peissel quién develó el enigma de Heródoto, cuando pudo comprobar que las "hormigas" a las que hacía referencia el historiador griego eran en realidad marmotas, más concretamente la marmota asiática llamada "marmota bobak", que vive únicamente en las altas y desoladas llanuras o valles situados por encima de los 4.000 m de altura.

Corresponde exactamente a la que tiene la thang (llanura) de Dansar, en la región de Cachemira entre la India y Pakistán. Como animales que pasan el invierno soterrados, las marmotas excavan amplias y complicadas madrigueras extrayendo mucha tierra y formando voluminosos montones a la entrada de esas madrigueras. Peissel dice que en sus viajes ha tenido oportunidad de ver algunos de esos montones, que medían más de un metro de alto y cubrían áreas de diez metros cuadrados. Esta tierra o arena, si contenía oro, produciría, después de cribada, el metal suficiente como para que mereciera la pena apoderarse de ella. El oro bactriano, provenía de la antigua satrapía de Bactria y fue famoso por la calidad de los objetos que se realizaron con él, entre ellos bellísimas obras de orfebrería como las que proceden de Afganistán. La minería hecha por animales se complementa con la minería de las plantas. Pero ese ya es otro capítulo de la minería no antrópica.

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