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Días atrás, la muerte de un reconocido exciclista de la ciudad de Rosario de la Frontera causó conmoción en la comunidad. David Reynoso ingresó los primeros días de junio al hospital Melchora con un fuerte dolor en el pie derecho. Mientras estuvo internado el diagnostico aseguraba que tenía una oclusión intestinal y terminó derivado en código rojo al hospital San Bernardo, lugar donde le amputaron la pierna y a los días falleció.
Los familiares denunciaron a la gerente del hospital y a uno de los médicos que atendió al hombre por mala praxis, y recalcaron en la denuncia "la falta de objetividad para dar con un diagnóstico certero".
Gladis Reynoso, la hija de David, relató a El Tribuno la odisea que le tocó vivir junto a su padre en el nosocomio de la Ciudad Termal. "Mi papá ingresó primeramente al hospital el día 26 de mayo y tenía mucha temperatura y escalofríos. La médica que lo recibió lo atendió en la guardia. No lo quería internar porque él era un paciente de alto riesgo y le dijeron que se vuelva a la casa".
Explicó que el exciclista, de 74 años de edad, era un paciente de riesgo, ya que "era dializado y tenía una cirugía (desde hace 14 años) de un aneurisma abdominal".
En su relato la mujer recordó que "el 3 de junio nuevamente ingresó al hospital con baja presión arterial, lo recibió un médico por guardia y lo dejó internado con un posible diagnóstico de oclusión intestinal. Sin embargo mi padre esa noche evacúa tres veces y al día siguiente, cuando lo ve otro médico, determina que con lo que había evacuado estaba todo bien y que se fuera a la casa".
"Al otro día, por la tarde, mi padre se descompensó de nuevo. Tenía seis de presión e ingresó otra vez al hospital Melchora y allí directamente otro médico lo internó en terapia intensiva con un diagnóstico de oclusión abdominal. Entonces, al parecer, tenía dilatada la aorta por la mala circulación sanguínea".
Recalcó que a pesar de que el hombre manifestaba dolores de pierna, los doctores que lo vieron, incluida la gerente del hospital, nunca prestaron atención a ese síntoma. "El único dolor que acusaba mi papá era el de las piernas y me decía que era insoportable. Sin embargo nunca fue atendido por ese dolor, porque para los médicos y para la gerente del hospital (que además es médica cabecera del PAMI), el problema de la pierna era secundario y que había que resolver el problema intestinal, porque supuestamente mi padre tenía una oclusión intestinal. Tal es así que otro doctor me decía que le iba a hacer un enema, siendo que yo le decía que la pierna de él iba perdiendo temperatura y le pedía, que por favor lo derivara al hospital San Bernardo, lugar donde ya tenía su historia clínica".
Recordó que "este doctor me contestó que el pedido de derivación lo tenía que hacer yo y que para eso tenía que hablar con los médicos del San Bernardo, ya que supuestamente, cuando ellos llamaban no los atendían".
"A partir de esa respuesta me comuniqué con los médicos del San Bernardo, uno de ellos me mandó un audio para que explicarles a los médicos del hospital Melchora cómo tenían que hacer las gestiones para la derivación. Se los hice escuchar y, nuevamente, viene uno de los médicos que lo había visto, diciendo que no lo atendían en el San Bernardo y que iba a hacer el pedido por la red de traslado".
"Pasó esa noche sin el traslado y cuando ingresó a la guardia de nuevo nos confirman el cuadro de que la pierna de mi padre ya no respondía. A esas alturas tenía la pierna fría, morada. Me confirman que habían pedido el traslado de manera urgente, justamente porque estaba con un cuadro muy delicado", indicó.
Posteriormente Reynoso fue traslado en código rojo y le amputaron la pierna. La hija aseguró que cuando llegó al San Bernardo "los médicos lo evalúan y la pierna estaba literalmente muerta y el día 9 se la amputan porque ya no había solución. Le pregunté a los médicos si mi padre tenía infección u oclusión intestinal y me confirman que no, que efectivamente nunca tuvo ningún problema intestinal, sino que lo que se veía como dilatación abdominal era en realidad la dilatación de la aorta, que es donde tenía la cirugía".
Otro caso dentro de la misma familia
Finalmente los familiares manifestaron que "ya nada nos va devolver la vida de nuestro padre. Cuando hay una mala praxis, un mal diagnóstico y sucede lo peor, lo único que nos queda es luchar para que a nadie más le pase lo que le pasó a mi papá. Personalmente veo que no es la primera vez que ocurre algo así en ese hospital; hace diez años a mi madre le dio un ACV y la internaron en terapia porque le diagnosticaron un ataque de hígado y la terminé perdiendo. Entonces creo que el hospital de Rosario de la Frontera está en muy malas manos y ya es hora que el Ministerio de Salud y el Gobierno de la Provincia tomen cartas en el asunto. Es por ello que hacemos responsables al hospital por mala praxis, mal diagnóstico y por abandono de persona", indicaron los familiares.