El domingo pasado en el norte de la Provincia un hombre fue encontrado sin vida. La información primaria daba cuenta de un "nn" a quien habían encontrado muerto en una zona de arboledas a la vera de la ruta provincial 5, cerca de la localidad de Pichanal, en el departamento Orán. Tras la autopsia, se conoció que se trata de Ricardo Erva, uno de los hombres que pertenecía al clan de los hermanos Castedo, quienes lideraban una importante organización narcocriminal desde el norte argentino.
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El domingo pasado en el norte de la Provincia un hombre fue encontrado sin vida. La información primaria daba cuenta de un "nn" a quien habían encontrado muerto en una zona de arboledas a la vera de la ruta provincial 5, cerca de la localidad de Pichanal, en el departamento Orán. Tras la autopsia, se conoció que se trata de Ricardo Erva, uno de los hombres que pertenecía al clan de los hermanos Castedo, quienes lideraban una importante organización narcocriminal desde el norte argentino.
El cadáver de uno de los eslabones narcos asociados nada menos que al capo narco Delfín Castedo y compañía, fue hallado en un contexto donde en Salta desde hace un tiempo proliferan los cadáveres, en un marco donde desde el Ministerio Público denuncian y luchan contra el crimen organizado, un contexto donde la Justicia pone bajo la lupa a jueces, abogados, secretarios, funcionarios de las fuerzas, funcionarios políticos y delincuentes asociados al narcotráfico.
Lo que en las últimas horas trascendió y se conoció respecto a Ricardo Erva fue que estuvo prófugo desde el 2020, acusado de transportar grandes cantidades de cocaína, cargamentos que estarían ligados al "jefe", como solía llamar Erva a Delfín Castedo. Desde el 2016 "Ricky", como le decía su jefe, sabía que lo buscaban por su vínculo con el clan Castedo. El fiscal José Luis Bruno –actualmente procesado junto al exjuez Reynoso por cobrar coimas a un narco- y el titular de la Procunar (Procuraduría de Narcocriminalidad), Diego Iglesias, habían solicitado su detención.
En el 2020 Ricardo Erva, quien se movía con el documento de su hermano, fue detenido por efectivos de la Policía Federal en Salvador Mazza. Fue procesado y condenado el año pasado y tras purgar una pena, por el delito de transporte de estupefaciente, este año salió en libertad, se encontraba en la Unidad Penitenciaria Federal III de General Güemes.
Lo último que se supo de quien fuera cuñado de Castedo, fue que el 25 de septiembre último salió de Colonia Santa Rosa para llevar una camioneta a la ciudad de Pocitos, esa misma jornada debía regresar a su casa pero no lo hizo. Al cabo de algunos días, el hombre de 45 años apareció salvajemente asesinado sobre la ruta provincial 5, tenía 27 puñaladas de las cuales cuatro impactaron en la zona del cuello.
En caso de tratarse de otro hecho vinculado al narcotráfico la causa pasará a manos del fuero federal.
Traslado de 180 kilos de cocaína
Tras analizar conversaciones telefónicas surgieron pruebas donde los integrantes de la asociación ilícita, que luego serían condenados –los hermanos Castedo, la expareja del líder Melba Araujo, comerciantes Alberto y Luis Yudi y el martillero público Eduardo Torino- los investigadores dieron cuenta que el 22 de diciembre de 2016 un cargamento con 180 kilos de cocaína que había salido de Bolivia, ingresó a la Argentina a través de los campos del clan donde tuvo participación directa Ricky Erva, junto al boliviano Ricardo Martínez Cuellar.
Disconformismo de Erva con Castedo
Según surge de los expedientes, cuando el líder de la organización narcocriminal, Delfín Reinaldo Castedo, es detenido -julio de 2016 en Buenos Aires- Ricardo Erva comenzó a exponer cierto disconformismo con las directivas que pese a estar bajo la sombra seguía impartiendo "el jefe".
Al parecer, Ricky junto a un tal Gringo, querían comenzar a operar por su cuenta. Erva era un hombre que conocía absolutamente todos los movimientos que de manera quirúrgica daba el clan Castedo del que formaba parte.
En declaraciones indagatorias realizadas por Delfín Castedo, el 21 de julio de 2017, en relación a Erva sostuvo: "Desde el día que yo caí, al mes, cambió rotundamente, se creía dueño de todo, hacía y deshacía sin consultarme a mí. Por eso le pedí a mi señora, Melba Araujo, que se encargara de la venta de los animales, del pesaje y controlar la cantidad de hacienda"… "cuando eso sucedió él no estaba trabajando conmigo".
Erva era el capataz, el encargado de la finca El Pajeal, uno de los escenarios junto a El Aybar de extrema importancia para el clan.
Las fincas El Aybal, de casi 20.000 hectáreas, y El Pajeal, estaban ubicadas de manera estratégica en la zona de frontera con Bolivia. El dominio territorial de esos lugares se ejercía a través de los miembros del clan de distintas maneras, el objetivo era desalojar o correr todo lo que pudiera obstruir el negocio de la organización narcocriminal.
De esa manera fue que surgieron atropellos, coacciones y amenazas de muerte. La pequeña productora norteña Liliana Ledesma fue cruentamente asesinada el 21 de septiembre de 2006, entre las distintas heridas tenía un tajo en su boca producto de dejar un mensaje mafioso.
Tras el fallo que condenó al clan Castedo por asociación ilícita entre otros delitos, los dos extensos campos de El Aybal y El Pajeal fueron decomisados a favor del Estado Nacional.