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25 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Portazo a la OMS, alineamiento de Milei en el nuevo orden mundial

Junto con sus aliados, cuestionan a los órganos de gobernanza internacional. Trump ya manifestó su posición muy poco conciliadora hacia Europa.
Domingo, 09 de febrero de 2025 02:41
Javier Milei, Donald Trump y Jair Bolsonaro.
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La tempestuosa salida de la OMS enunciada por el presidente Javier Milei no es meramente un alineamiento con los discursos de Donald Trump. Es una decisión compulsiva, sin fundamentos sólidos expuestos y cuyo costo es imprevisible, pero responde a una mirada compartida por varios presidentes que cuestionan a los organismos internacionales y, especialmente, a los que están inspirados en el equilibrio social.

Trump apunta a restar cualquier tipo de apoyo a la Unión Europea, incluida su reticencia a seguir aportando a la OTAN e, incluso, a la misma ONU.

La solidaridad de ambos presidentes con figuras de la "nueva derecha" como Viktor Orban, de Hungría, Giorgia Meloni, de Italia o Jair Bolsonaro, de Brasil, no es casual. Todos ellos canalizan la saturación de sus países con las políticas de los últimos 35 años en materia de inclusión social, recepción de migrantes, programas asistenciales y lucha contra el cambio climático. En Europa, el costo de mantener a la Unión y compartir una gobernanza colectiva es una de las razones que dan combustible electoral a estas dirigencias y, al mismo tiempo, erosionan el valor de la democracia como sistema de gobierno. Curiosamente, estos liderazgos ascendentes impulsan un nuevo sistema; el de "democracias iliberales", caracterizadas por la centralización del poder en un presidente fuerte y el decisionismo (instrumento clásico del autoritarismo) para sortear los límites que les imponga la ley. Este contexto es importante para comprender cómo piensa posicionar al país Javier Milei en el nuevo orden mundial en gestación.

Más allá de que la idea de "globalización" va a ser poco compatible con las barreras arancelarias que va planteando Trump, todos consideran que la economía seguirá siendo global.

En este punto conviene recordar el trilema de Dani Rodrick, economista de Harvard, para quien "es imposible conseguir al mismo tiempo, la hiperglobalización económica, la democracia política y la soberanía nacional. Las tres opciones simultáneas son incompatibles por lo que nos veremos obligados a escoger solo dos de ellas". Queda claro que para las corrientes iliberales (también para los populismos de izquierda) la democracia es el punto más débil del trilema. En este itinerario en el que está embarcado el presidente argentino, vale recordar también que, en 2016, el sistema de inteligencia de Vladímir Putin influyó en el plebiscito para la separación de Inglaterra de la UE y, luego, para el triunfo de Donald Trump sobre Hillary Clinton, a través de un extraordinario manejo de las redes sociales.

Putin no es socio de Trump ni de Milei, pero tampoco se presenta como su enemigo. El nuevo orden que se avecina, y que todos ellos aspiran a controlar, puede ser un "revival" tecnológico de los antiguos fascismos. Todo es imprevisible. Pero lo que se advierte en el escenario mundial es distinto.

Milei acusa a todas las organizaciones

Milei no solo quiere retirar al país de la OMS. Considera que muchas de las organizaciones internacionales deberían ser eliminadas. Todos los acuerdos y organizaciones son catalizadores de solidaridad internacional, puntos de confluencia de las naciones que las integran, cuyas adhesiones fueron avaladas por leyes nacionales y provinciales.

Misión de la OMS en Africa.

"Es una organización criminal. Y elijo mis palabras con cuidado. La OMS fue responsable de crímenes de lesa humanidad a gran escala durante la pandemia de Covid", dijo esta semana, acusando a la entidad por "los confinamientos impuestos en numerosos países, que fueron atentados contra la libertad y la propiedad privada". Y la ofensiva es clara: ¿Quién votó a esos burócratas para que tengan el derecho de decidir sobre la vida de más de 8 mil millones de personas? ¡La Agenda 2030 es la cosa más antidemocrática del mundo!". Incluso, analiza retirar a la Argentina del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, sin tomar en cuenta el vínculo que une a esa entidad y la trágica memoria del holocausto nazi. El presidente promete retirar a la Argentina del Acuerdo de París: "Me parece un fraude", dijo. Un acuerdo no puede ser un fraude; puede ser conveniente, o no. Pero detonar los vínculos es un camino sin retorno. La dirección es clara: decretar la ruptura con los sistemas, sin medir las consecuencias.

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