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5 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Serie de eventos desafortunados

Jueves, 23 de mayo de 2024 01:35
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En un primer eslabón de una larga cadena de eventos desafortunados, el ministro de Transporte español, Óscar Puente, realizó unas declaraciones incendiarias al sugerir que el presidente Javier Milei "consumía sustancias". El funcionario dijo -en una conferencia sobre comunicación política en la Universidad de Salamanca-:" Yo he visto a Milei en la tele (...) cuando salió no sé en qué estado, previo a la ingesta o después de la ingesta de qué sustancias…". El ministro estuvo pésimo. Si hubiera sido un funcionario nuestro, lo hubiéramos quemado vivo en la hoguera de las opiniones con razón. Estas declaraciones deberían haber obligado al presidente español a hacerlo renunciar de inmediato. No lo hizo.

Esto dio pie a que el gobierno argentino engarce un nuevo eslabón en esta secuencia de eventos desafortunados al reaccionar con un duro comunicado oficial en el que acusó al gobierno de Pedro Sánchez, líder del PSOE, de haber "puesto en peligro a la clase media con sus políticas socialistas que solo traen pobreza y muerte"; e involucró en el comunicado -de manera grosera-, a la esposa del presidente español.

Al gobierno le encanta hacer gala de esta faceta arrebatada en la cual atiza todos los incendios habidos y por haber, echando nafta al fuego de toda discusión y sin medir -nunca- interlocutores, consecuencias, medios ni fines. Es un gobierno que se nutre de las confrontaciones; que florece en ellas. Toda disputa es ganancia mediática; no importa el tema, tampoco el interlocutor. Toda pelea es espectáculo; diversión. Y sirve de perlas a la polarización -para ellos-, tan necesaria. El penoso "debate" entre dos dirigentes deplorables, que carecen de toda representatividad y que viven a los márgenes de la política como lo son Juan Grabois y Ramiro Marra; muestran a la perfección esta faceta de la política como burlesque. También merecen un capítulo aparte los organizadores de este "debate"; tan bufones en esta nueva política entendida como circo como sus pretendidos "moderados".

Siguiendo con la secuencia de eventos desafortunados, el ministro español remató un retrato perfecto de la idiotez al ensayar como excusa "que dijo lo que dijo porque no era consciente en ese momento de la repercusión que podía tener". ¿Qué clase de político -hoy- desconoce el poder de las redes? ¿Qué clase de político puede pensar que una frase así -dicha en una universidad, en una clase de comunicación política, y ante no menos de doscientos estudiantes, todos ellos portando celulares-; no va a tener una inmediata y gran repercusión? Sólo me queda pensar que el señor de marras es de un nivel de inteligencia por completo inferior al promedio (lo cual es mucho decir), o alguien que, con este torpe ensayo de excusa, cree que todos nosotros estamos por debajo de su pobre nivel intelectual.

Por desgracia, la secuencia de eventos desafortunados no termina acá. El presidente de la Nación viajó a España de manera "no oficial" a presentar un libro que tuvo que ser retirado de circulación por la editorial Planeta porque la solapa mostraba una biografía suya incorrecta. Me pregunto dónde y cómo se origina el error. Quizás algún día se descubra que Milei es tan Doctor en Economía como Cristina Elizabet Fernández de Kirchner, abogada. Los parecidos no dejan de asustarme.

En dicha presentación dijo ser el primer presidente libertario "en un país de zurdos" y que las medidas muestran estar "recuperando el salario real por sobre la inflación". Me pregunto qué opinan de esto los policías de Misiones; o los docentes y jubilados del país; por mencionar los ejemplos donde la falta de apego a la verdad de esta afirmación es cruel y se hace demasiado evidente.

Fiel a su estilo, redobla la apuesta y concurre como orador a un evento de la derecha radical española VOX. El gobierno argentino confunde la política internacional con la nacional y se inmiscuye en la política doméstica de otros países como si se moviera en la arena local. Allí dijo que "nunca se olviden de que los malditos socialistas asesinaron a 150 millones de seres humanos"; habló de los "malditos aborteros"; e hizo otras apreciaciones muy controvertidas en ese rol en el que se auto adjudica ser el "Salvador de la cultura y de los valores occidentales". El conflicto ya escaló -de manera por completo innecesaria-, hasta convertirse en un conflicto diplomático con la Unión Europea.

En otro eslabón más de esta cansadora secuencia de eventos desafortunados, el ministro argentino de Culto habló pestes del divorcio vincular; del matrimonio igualitario y, al igual que Milei, del aborto. ¿Estamos retrocediendo, tal vez? Me suena muy extraña esta conjunción entre libertarismo en lo económico y el más recalcitrante conservadurismo en todo lo demás. Quizás el gobierno quiera llevarnos, en la imaginaria máquina del tiempo a la que se han subido, a las postrimerías de 1910. O antes, quizás.

Me parece que se hace necesario pensar si estas cadenas de equívocos y de equivocaciones ayudan al país y a nuestra sociedad. La verdad, no me interesa en lo más mínimo que Milei salve al mundo occidental. Me conformo con que, al menos, intente salvar a Argentina; nada más. ¿Es, acaso, tanto pedir?

 

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