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El regreso de Harry Lime

Sabado, 11 de enero de 2025 00:00
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Es un hecho: la corrección política cotiza en baja. Uno de sus asiduos críticos es el escritor y académico español Arturo Pérez Reverte (APR), quien en una entrevista de ya hace un tiempo. En el diario La Nación se pronunció en contra de "los idiotas del buenismo ideológico" y del "chantaje moral que hoy impregna hasta el aburrimiento la sociedad occidental".

El fenómeno del intelectual que escribe acquafortes sobre la decadencia occidental desde su butaca de la rive gauche (o droite, en este caso) de alguna capital europea, está suficientemente estudiado y nos remitimos a la bibliografía específica. Un ejemplo extremo (no es, desde luego y afortunadamente, el caso de APR) es el de aquellos que defienden dictaduras de izquierda desde sus cátedras de universidades europeas (el filósofo italiano Diego Fusaro sería el penúltimo miembro de este antiguo club), aprovechando la libertad de expresión (y la libertad en general) que les sería retirada violentamente en los regímenes que defienden en cuanto dijeran algo que no sea del agrado del politburó de turno.

Tampoco el argumento contrario a un cierto "exceso civilizatorio" es nuevo. En la película "El tercer hombre", de 1949, el oscuro antihéroe Harry Lime vendía penicilina adulterada en el mercado negro de la Viena de posguerra. En su famosa defensa, ante los convencionales reproches de su amigo "buenista", Harry se justificaba: "En Italia, en 30 años de dominación de los Borgia hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel Angel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor y fraternidad, 500 años de democracia y paz y ¿que tenemos? El reloj de cuco".

Evidentemente, en algunos lugares se vive en la aburrida era del reloj de cuco (no necesariamente en Argentina, donde los sucesivos Borgia locales nos vienen dando penicilina adulterada desde hace décadas y nuestro terror, sangre y muerte han producido a Maradona, Wanda Nara y el spray de los tiros libres, es decir, la fórmula no siempre funciona). En esas sociedades del horrendo decoro (la expresión es de Borges, quien, curiosamente, eligió irse a morir a Ginebra) deben utilizarse eufemismos, lingüísticamente contra natura, como afroamericano, pueblo originario, colectivo LGTBI+, violencia de género o discriminación positiva; los trenes llegan rutinariamente a horario; te multan por poner la lavadora a la noche e, incluso, ya no se puede pegar a la mujer de uno, salvo que uno sea musulmán en cuyo caso será una expresión cultural. En esas comunas de adoradores del reloj cuco hay cada vez menos lugar para Harry Lime; el pícaro lobo criollo ha perdido su selva a manos de unos corderos domesticados con manejo de Windows a nivel usuario e inglés fluido.

Sin embargo, a no inquietarse: si algo ha demostrado el Hombre de las Cavernas es su resiliencia y adaptación al cambio. La añoranza de la selva perdura latente en cada uno de nosotros y sólo necesitamos escuchar los tambores tribales para subirnos de nuevo a los árboles. Según la descripción del propio APR, el protagonista de uno de sus últimos libros es misógino, incorrecto, amoral, sin ideología y a la vez encantador. ¿Les suena? Tal vez les haga acordar a cierto presidente reelecto de un gran país del Norte ... Sí, en efecto, Harry Lime ha vuelto.

* Autor del libro "Derecho de internet", editorial Astrea, 2023

 

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