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Tatiana Nicole Huacachi, de 22 años, fue denunciada como desaparecida por su madre el pasado 22 de enero. Según los registros, la mujer, madre de dos menores, no había tenido contacto con su familia durante varios días, lo que llevó a la presentación de una denuncia formal ante las autoridades. Sin embargo, el caso dio un giro inesperado cuando Tatiana se presentó de manera voluntaria en una comisaría para aclarar la situación.
El fiscal penal 1 en feria, Pablo Paz, informó que la joven acudió por iniciativa propia a la dependencia policial, donde detalló las actividades realizadas durante los días en los que no tuvo comunicación con su entorno familiar. Según su relato, el 22 de enero decidió dirigirse hacia el río Vaqueros para pasar el día. Posteriormente, se trasladó a la localidad de La Merced, donde estuvo acompañada de un amigo. En los días siguientes, visitó un parque acuático en Coronel Moldes y regresó a la casa de este mismo amigo, repitiendo esta rutina en varias ocasiones.
Tatiana expresó a las autoridades que su ausencia fue completamente voluntaria y que en ningún momento estuvo en peligro. Además, aseguró encontrarse en buen estado de salud y rechazó someterse a un examen médico, argumentando que no era necesario.
El caso había activado un intenso operativo de búsqueda por parte de la Fiscalía Penal 1 de Capital, que trabajó en conjunto con efectivos de áreas operativas e investigativas del Distrito de Prevención 1. La búsqueda de Tatiana se llevó a cabo bajo los lineamientos del Protocolo de Búsqueda de Personas Extraviadas, un procedimiento que moviliza recursos policiales, involucra a diferentes sectores de la comunidad y establece estrategias de rastreo que incluyen la utilización de tecnología, entrevistas y despliegue territorial.
La denuncia inicial fue tomada con seriedad por las autoridades, quienes destacaron la importancia de estos protocolos para garantizar una rápida localización y resguardo de personas que podrían estar en situación de riesgo. Sin embargo, también recalcaron la necesidad de fomentar el diálogo familiar y la comunicación previa antes de recurrir a denuncias formales, especialmente en casos donde no hay indicios de violencia o peligro inminente.