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Un after clandestino que operaba en pleno casco urbano de la Ciudad de Orán fue allanado, luego de que una joven de 22 años enviara un pedido de auxilio desde el interior del establecimiento, asegurando que no la dejaban salir. El procedimiento policial terminó con la clausura del local, un acta contravencional y el inicio de una causa penal por presunta privación ilegítima de la libertad.
El operativo se desencadenó alrededor de las 7.10 del viernes, cuando un patrullero que recorría avenida Palacios al 1.000 advirtió el ingreso constante de personas por una puerta lateral. En ese momento, una trabajadora de una aplicación de viajes detuvo a los efectivos y les informó que una pasajera acababa de pedirle ayuda porque estaba siendo retenida dentro de una fiesta que se desarrollaba a puertas cerradas.
Los policías permanecieron en el lugar mientras intentaban comunicarse con los responsables del inmueble. Durante casi una hora, observaron a través de un ventanal polarizado que una mujer realizaba gestos desesperados solicitando ayuda. También constataron que otra mujer salía en reiteradas oportunidades para increparla y exigirle que guardara silencio.
Finalmente, y tras múltiples llamados, un hombre abrió la puerta. En el interior se encontraron con cerca de cien personas distribuidas en distintos ambientes, incluida la terraza. La joven denunciante relató que había ingresado cerca de las 5.30, que solo había pagado por bebidas alcohólicas y que, al intentar retirarse, le comunicaron que no podría hacerlo debido a la presencia policial en la calle. También aseguró haber sido agredida por otra concurrente luego de conocerse su pedido de auxilio.
Durante el recorrido por el interior del edificio, los uniformados constataron la existencia de habitaciones tipo departamentos y verificaron que varios asistentes habían abonado entrada y consumiciones. Al solicitar la documentación correspondiente -habilitación municipal, certificado de seguridad contra incendios y seguro de responsabilidad civil- el responsable del lugar no presentó ninguno de los papeles exigidos, argumentando que estaban “bajo llave”.
Por la magnitud del evento, se convocó a distintas unidades policiales para brindar apoyo. Tras consultar a la Fiscalía Penal de turno, se ordenó labrar el acta contravencional, desalojar el establecimiento, garantizar la integridad de menores de edad presentes y avanzar con la investigación penal por la presunta retención de la joven.
La denunciante prestó declaración testimonial, mientras el local quedó clausurado de manera preventiva hasta que se definan las responsabilidades administrativas y penales correspondientes.
Fuente Norte Ya