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Estamos viviendo un momento histórico en varios aspectos principalmente en lo que se refiere a la irrupción de Inteligencia Artificial (IA). Todo está atravesando un nivel de cambio que no tiene precedentes en la historia. Esta tecnología de propósito generalista está generando una nueva economía en varios aspectos, incluida la energía. Como sociedad estamos enfrentando un cambio de paradigma muy importante que proporcionará un salto de riqueza significativo en la economía mundial como todos los que produjeron las revoluciones tecnológicas a lo largo de la historia.
¿Quiénes serán los que se beneficien de esta tecnología de uso generalista y la apliquen de forma eficiente para lograr crecimiento? ¿Qué cambios debería hacer el sistema educativo en general y particularmente las Universidades como generadoras de conocimiento para un mundo dominado por la IA? ¿Qué rol jugarán estas instituciones en el sueño del presidente Javier Milei de convertir a nuestro país en la cuarta potencia mundial en IA? ¿Estamos listos para capitalizar este cambio o nos quedarán grandes brechas que limitarán nuestro desarrollo?
La IA cambiará los paradigmas de la educación. Pensemos solamente que en noviembre del año 2022 aparece la noticia a nivel mundial de que esta tecnología existe y no paso si quiera un año que la industria en general y, particularmente la relacionada con servicios educativos, comienzan a hacer lanzamientos utilizando esta tecnología. Los niveles de adopción no tienen precedentes en la historia generando oportunidades impensadas. Hoy no hay un solo alumno en los últimos años del secundario y en el nivel superior que no genere un documento utilizando inteligencia artificial transformando radicalmente la forma en que se produce y comparte el conocimiento. Como una tecnología de propósito generalista, la IA está transformando transversalmente sectores como la salud, la educación, el transporte y la agricultura, generando un impacto significativo en la economía y la sociedad. Estas herramientas no solo automatizan tareas, sino que también permiten incorporar nuevos saberes y desarrollar competencias que son esenciales para un mercado laboral en constante evolución. Esto plantea un desafío urgente para las instituciones educativas en general y en particular las universidades: actualizar continuamente los planes de estudio, integrar tecnologías emergentes y formar a los estudiantes en competencias que le permitan emprender y buscar trabajo en el mundo de hoy sin descuidar su rol en la educación continua de los recursos humanos en general que deben actualizar sus conocimientos y capacitarse en los nuevos conocimientos que demanda la era de la IA.
Las universidades, tradicionalmente vistas como los pilares de la formación profesional, están siendo desafiadas por un mercado laboral en constante cambio que prioriza competencias sobre títulos. Un ejemplo claro es el reciente anuncio de Renault Argentina, que invertirá 350 millones de dólares en su planta de Córdoba, generando 850 empleos directos y 4.000 indirectos.