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El comercio salteño llega al cierre de 2025 con un balance ajustado y múltiples desafíos estructurales. Así lo planteó Gustavo Herrera, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de la Provincia de Salta, quien afirmó que el año fue "malo para el sector", pese a algunos repuntes puntuales que no alcanzaron para revertir la tendencia general.
Sostuvo que mucha gente compra con la tarjeta de crédito, pero también notó que cada vez más les cuesta cubrir esos gastos y se quedan sin margen. Algunos pagan el mínimo - afirmó. y deben afrontar intereses elevados.
Uno de los cambios más notorios, según explicó, tiene que ver con la forma en que compran los consumidores. "La gente aprendió a comprar", sostuvo Herrera, al describir un escenario marcado por mayor cautela, comparación de precios y decisiones más racionales. "Hoy el consumidor recorre, camina, analiza y compra en función de su presupuesto mensual. Ya no hay compras impulsivas como en contextos de alta inflación".
"La gente es más exigente, cuida cada peso"
Este nuevo comportamiento obligó a los comercios a reconfigurar su funcionamiento interno. "Puertas adentro se bajaron costos, se achicaron estructuras y se eliminaron gastos que no eran productivos", detalló. En muchos casos, dijo, hubo reducción de superficies comerciales y renegociación de alquileres. Al mismo tiempo, la atención al cliente se volvió un factor determinante: "Un cliente mal atendido no vuelve. Hoy la gente es más exigente porque cuida cada peso".
El acceso al financiamiento también aparece como un límite concreto para el consumo. Herrera advirtió sobre el desgaste del uso de tarjetas de crédito y el aumento de la morosidad. "La falta de pago de tarjetas se volvió un problema serio. Mucha gente ya no tiene esa herramienta y eso impacta directamente en las ventas", señaló. En ese contexto, remarcó que incluso meses tradicionalmente fuertes mostraron desempeños flojos.
La presión impositiva
En materia impositiva, el titular de la Cámara volvió a poner el foco en la presión que enfrentan los comercios formales. Si bien reconoció algunos gestos de la Provincia, consideró que "siguen siendo insuficientes". "Ingresos Brutos sigue siendo uno de los impuestos más caros, y a eso se suman tasas municipales que desalientan la actividad", afirmó.
Otro de los puntos críticos es el crecimiento de la informalidad, que Herrera estimó por encima del 40%. Señaló con preocupación la expansión de ferias, venta de ropa usada importada y comercio no registrado, especialmente en rubros como indumentaria y calzado. "Cada vez se achica más el comercio formal, que es el que sostiene el empleo en blanco, los aportes jubilatorios y el sistema", sostuvo a El Tribuno.
Pese al contexto adverso, destacó que el comercio sigue siendo uno de los sectores que más empleo formal genera y el que menos trabajadores expulsó del sistema. "La mayoría de los comercios en Salta son familiares. Echar un empleado no es una decisión sencilla", subrayó. De cara a 2026, Herrera afirmó que la clave pasa por avanzar en una reforma tributaria integral y generar previsibilidad.