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San Martín y su larga vida militar por Africa y Europa

Nació en Yapeyú hace 247 años y desde muy joven se inicio en el arte de la guerra.
Domingo, 23 de febrero de 2025 00:44
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Febrero es un mes que pese a tener menos días es pródigo en fechas históricas. Guarda tres natalicios: del General José Francisco de San Martín, Padre de la Patria, de Martín Miguel de Güemes y de Domingo Faustino Sarmiento. Además, tiene en su haber tres conflictos armados, dos de ellos en el mismo día (3 de febrero) pero separados por 40 años: el Combate de San Lorenzo (1813) ocurrido en el marco de la guerra de la Independencia, y la batalla de Caseros (1853) librada entre los ejércitos de Justo José de Urquiza y de Juan Manuel de Rosas. Y el tercer conflicto es la Batalla de Salta (1813), también ocurrida en el marco de la guerra de la Independencia. Pero antes, el día 13, sucedió otro hecho: el General Belgrano hizo jurar al Ejército del Alto Perú, fidelidad a la Asamblea del Año XIII. Fue a orillas del río Pasaje (Juramento desde entonces) en la provincia de Salta. Y por último, una jornada aciaga: el asesinato del riojano Facundo Quiroga ("El Tigre de los Llanos") ocurrido el 16 de febrero en Barranca Yaco, Córdoba (1835).

Hoy en Relatos nos ocuparemos del Padre de la Patria en homenaje a su natalicio ocurrido el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, pueblo fundado a orillas de uno de los ríos más caudalosos y bellos, el Uruguay. Su ubicación en una lomada, es el punto de transición entre dos climas: participa de la región templada y de la cercana zona subtropical. Era uno de los 30 pueblos que habían pertenecido a las Misiones Jesuíticas Guaraníes, en el Alto Uruguay, jurisdicción de Buenos Aires.

Al momento del nacimiento de José Francisco, su padre, el capitán Juan de San Martín, casado con Gregoria Matorras (sobrina del gobernador del Tucumán, Gerónimo Luis de Matorras 1769-1775) ejercía el cargo de teniente gobernador del departamento de Yapeyú. Era el cuarto hijo del matrimonio luego de María Elena, Juan Fermín y Justo Rufino.

La infancia en Yapeyú

En época de los Jesuitas, Yapeyú era una de las poblaciones más florecientes de la jurisdicción pero para el tiempo del nacimiento de San Martín, ya estaba muy decaída, aunque todavía era una de las más ricas en habitantes y ganado. En el pueblo aun se erguía en uno de los frentes de la plaza el campanario de la iglesia que había pertenecido a la Compañía de Jesús, coronada por el doble símbolo de la redención y de la orden. El antiguo colegio y la huerta adyacente, eran la mansión del teniente gobernador y su familia y a la par, estaban los grandes almacenes que ahora eran del Rey de España. Los tres restantes frentes de la plaza estaban rodeados por una recova sustentada por altos pilares de Urundey y en su centro se levantaban grandes árboles, entre los que sobresalían gigantescas palmeras.

Y así fue que José Francisco, el niño que había nacido a la sombra de árboles y palmas nativas, seguramente borró de su memoria, quizá por el paso del tiempo, estos paisajes de la primera infancia, pero no olvidó haber nacido en tierra americana. De chico escuchó contar a sus padres las historias de las guerras de la frontera con los portugueses, que finalmente fueron los que más luego redujeron a cenizas su pueblo natal. Sus sueños de la infancia eran habitualmente interrumpidos por los malones de los indios que asolaban la región. Los compañeritos de su edad y por dos años, fueron niños indios y mestizos. Con ellos hizo sus primeras letras en la escuela de Yapeyú, creada luego de la expulsión de los Jesuitas (1767).

Pero todo ello se interrumpió cuando a los ocho años de edad la familia San Martín se mudó a Buenos Aires. Allí José Francisco asistió a una escuela de primeras letras hasta que a poco la familia mudó a España donde, después de un tiempo se estableció en Málaga. Más tarde el niño ingresó al Seminario de Nobles de Madrid, colegio que era esencialmente aristocrático ya que su objeto era "la educación de la nobleza del reino". Según el plan de estudios del establecimiento, se enseñaba francés, latín y castellano; violín, pianoforte, dibujo, poética y retórica, historia natural, geografía, nociones de física experimental, matemáticas puras y finalmente esgrima y equitación.

Carrera militar

Cuando José Francisco aún no había cumplido 12 años (julio de 1789) ingresó como cadete del regimiento Murcia lugar donde comenzó su verdadera educación. Una casualidad: el uniforme del Murcia era celeste y blanco, los mismos colores que 30 años después el cadete ingresado, pasearía triunfal por la mitad de América del Sur.

Su primera campaña militar fue en el norte de Africa. Allí recibió el bautismo de fuego y sangre combatiendo contra los moros. Primero en Melilla y después en la guarnición de Orán en 1791, donde en medio de un terremoto que entonces destruyó la ciudad, resistió durante 33 días no solo el fuego del enemigo sino también hambre e insomnio, conservándose la plaza "hasta ser convertida en ruinas".

En 1793 pasó al ejército de Aragón y en seguida al del Rosellon, que, bajo las órdenes del general Antonio Ricardos, combatió contra Francia en su propio territorio. De este general, considerado uno de los mejores tácticos, San Martín aprendió lecciones que luego puso en práctica en América. Fue por entonces que bajo las órdenes de Ricardos, atravesó los Pirineos Orientales por donde estaban los mayores escoyos. Y así fue que penetró en el Rosellón por el sitio menos esperado y cuyas consecuencias fueron las exitosas batallas de Masdeu y Truilles. En la mayor parte de estos combates San Martín se distinguió y por ello fue ascendido al grado de subteniente, rango con el que participó más tarde en la toma del castillo de San Telmo, Deport Vendre y Colioure. Pero pese a todas estas valientes acciones España fue derrotada por Francia, lo que trajo como consecuencia que en 1795 se firmara la Paz de Basilea y posteriormente el tratado de San Ildefonso, hechos que lanzaron a nuestro compatriota a nuevos enfrentamientos, esta vez contra Inglaterra, casi al mismo tiempo que moría su padre.

En 1797 embarcado el Murcia en la escuadra española del Mediterráneo, nuestro héroe estuvo en el lamentable combate naval del Cabo de San Vicente y que los españoles recuerdan como "14 de febrero". Luego de esta derrota se produjo el segundo eclipse de la carrera militar de San Martín, quien se dedicó a la matemática y al dibujo.

Reaparece San Martín en la guerra entre Portugal y España de 1801, con 23 años de edad. Allí, al frente de su antiguo regimiento de Murcia, participó del sitio de Olivenza, la mejor conquista de la campaña. Al sobrevenir la Paz de Amiens en 1802, llevó a su regimiento a bloquear Gibraltar y Ceuta y, dos años más tarde, en Cádiz, ya es capitán segundo de infantería ligera de Voluntarios de Campo Mayor.

En 1807, se firma el tratado de Fontainebleau, el 27 de octubre, entre el representante del rey de España Carlos IV de Borbón y Napoleón emperador de Francia. Por este tratado se permite el paso de fuerzas francesas por territorio español para llegar a Portugal. Este fue el antecedente de la posterior invasión francesa a España y que trajo como consecuencia la Guerra de la Independencia española iniciada el 2 de mayo de 1808 luego del pronunciamiento del alcalde de Mostoles y concluye con éxito luego de Bailén (18.7.1808) y La Albuera (16.5.1811), batallas de la que participó José de San Martín.

El retorno

Finalmente, el niño que había partido a España en 1786 con solo ocho años de edad, regresó a su terruño el 9 de marzo de 1812 a bordo de la fragata inglesa "George Canning". Se había retirado del ejército real español en 1811 como oficial de caballería. Ahora regresaba con una larga experiencia por haber batallando por los campos de Europa, bajo las órdenes de notables generales españoles: Antonio Ricardos, Francisco Javier Castaños y su admirado general Francisco María Solano y Ortíz de Rozas. Entre su bagaje traía también las nuevas tácticas aplicadas por Napoleón en Europa, a quien había enfrentado en la Guerra de la Independencia española. Ahora lucharía por la libertad de su tierra.

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