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Los anegamientos en la ruta provincial 33 y los consecuentes cortes de tránsito que se produjeron entre el lunes y la mañana de ayer, volvieron a poner sobre el tapete la precaria infraestructura de gran parte del camino que lleva a Cachi.
Nuevamente, decenas de vehículos se quedaron varados sin poder ir o regresar de la localidad de los Valles Calchaquíes hasta que las maquinarias de Vialidad de la Provincia pudieron despejar la ruta salteña del barro y de las piedras que arrastraron los arroyos que la atraviesan.
Consultado sobre esta problemática, que se repite en cada época estival, el titular de Vialidad, Gonzalo Macedo, dijo que existe una solución, aunque es muy costosa, mucho más en estos tiempos de menosprecio a la obra pública, por lo menos por parte del Gobierno nacional.
Explicó que en los distintos puntos de la ruta 33 donde suelen pasar los cursos de agua cuando llueve se tendrían que hacer puentes. Cada uno con un valor de 4 millones de dólares, según estimó en una entrevista con Radio Salta.
"Las alcantarillas no son suficientes; el barro y las piedras las colmatan rápidamente. La solución pasa por construir puentes elevados en los puntos críticos", señaló. Marcó que los cortes recurrentes se producen en la zona entre Mal Paso, Aguas Negras y La Sirenita.
Contó que, para otro sector de la ruta, existe un proyecto ejecutivo para la pavimentación de la Cuesta del Obispo, que incluye 16 kilómetros de ruta escénica y contempla la construcción de siete puentes en los puntos donde los arroyos cruzan la calzada.
"Estas estructuras de hormigón armado permitirían el paso seguro de vehículos incluso en condiciones extremas", sostuvo el ingeniero.
Operativo de emergencia
Macedo detalló que, ante la magnitud de las lluvias del lunes, se decidió cortar el tránsito en la ruta por seguridad. "Trabajamos con dos máquinas hasta las siete de la tarde, pero era muy peligroso mantenerla abierta, especialmente con la fiesta en Cachi y el gran flujo de vehículos que intentaban llegar", afirmó.
El corte se mantuvo hasta las 7 de ayer, cuando se logró despejar la calzada gracias al trabajo de un empleado de Vialidad que reside en la zona y operó una pala cargadora.
Recordó el trágico accidente de enero de 2023 ocurrido en la ruta nacional 68, cuando el auto del doctor Eduardo Díaz fue arrastrado por un arroyo, resultando en su fallecimiento.
"A partir de ese hecho, implementamos un protocolo conjunto entre Vialidad Nacional y Provincial para cortar el tránsito después de las siete de la tarde cuando hay pronóstico de lluvias o derrumbes", aclaró.
Enseñanza
El director de Vialidad provincial enfatizó la importancia de aprender de estos recurrentes eventos para planificar obras que prevengan futuros problemas.
"Cada año enfrentamos situaciones similares en Iruya, Nazareno, Santa Victoria Oeste y otras zonas de la precordillera andina. En todos esos lugares también había que hacer este tipo de obra (los puentes)", indicó.
"Por supuesto estamos hablando de inversiones muy grandes. Eso tenía que ser afrontado obviamente por fondos provinciales", concluyó.