Un incendio de grandes proporciones destruyó por completo la vivienda de Sonia Rueda, ubicada en calle Borja Díaz 305, en el barrio Vicente Solá, zona norte de la ciudad de Salta. El siniestro ocurrió el domingo por la mañana, cerca de las 10, y dejó a más de 30 personas sin hogar, entre ellas 18 niños de entre 2 y 17 años.
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Un incendio de grandes proporciones destruyó por completo la vivienda de Sonia Rueda, ubicada en calle Borja Díaz 305, en el barrio Vicente Solá, zona norte de la ciudad de Salta. El siniestro ocurrió el domingo por la mañana, cerca de las 10, y dejó a más de 30 personas sin hogar, entre ellas 18 niños de entre 2 y 17 años.
“Mi nieto salió corriendo diciendo que se prendía fuego la cama de su hermano”, relató Sonia, visiblemente afectada. “Intenté apagarlo con una colcha para ahogar el fuego, pero me resbalé, me caí y me quemé la mano. Después el aire hizo que suba al techo y tomó todo el termotanque. De ahí, se quemó todo”.
En la casa vivían seis familias, incluidos los hijos, nueras y nietos de Sonia. En total, 18 menores y unos 15 adultos. “Estábamos todos en ese momento. Algunos durmiendo, otros ya levantados. Salieron descalzos, los vecinos les dieron zapatillas prestadas porque hacía mucho frío”, dijo.
El fuego arrasó con los dormitorios, la cocina, el comedor, el baño y hasta parte del segundo piso. “Perdimos todo: las cuchetas, el lavarropa, la cocina, la heladera, los vidrios, las mochilas, los documentos, las tarjetas. Hasta las carpetas de los chicos para la escuela”.
Sonia mostró sus manos vendadas: “Se me quemaron los dedos y la palma cuando quise apagar el fuego. Me dijeron que después vaya a curación, pero primero estoy acá, viendo qué hacemos con todo esto”.
Durante el incendio, su hija y una nieta que sufre asma fueron asistidas por médicos. “Mi hija estaba en shock y mi nieta terminó internada hasta anoche. Y mi bisnieto, que tiene un mes y medio y vive al frente, también está internado por precaución porque aspiró humo”, detalló.
Las familias pasaron la primera noche en casas de allegados. “Los varones se quedaron acá, en una galería que no se quemó. Las mujeres y los chicos fuimos a lo de mis hijas y vecinos. Ahora esperamos que la Municipalidad venga a evaluar qué se puede salvar de la estructura”.
Desde el municipio confirmaron que ya comenzaron las tareas de limpieza con la colocación de un contenedor para remover los restos quemados, y equipos técnicos evalúan la estructura de la vivienda para definir si es posible reconstruir alguna parte.
Los chicos, según relató Sonia, perdieron sus útiles y vestimenta escolar. “Uno solo fue hoy al colegio porque tenía prueba, pero fue con lo puesto. Ya avisamos a la escuela para que tengan contemplación. Necesitamos mochilas, carpetas, hojas. No quedó nada”.
Sobre la situación general, Sonia fue contundente. “Necesitamos de todo. Desde un par de medias hasta materiales de construcción. Estamos sobreviviendo como podemos. Queremos reconstruir lo poco que teníamos y que los chicos no pierdan la escuela”, contó.
Quienes deseen colaborar pueden acercarse directamente al domicilio afectado: Borja Díaz 305, en barrio Vicente Solá. “Siempre hay alguien en la casa. Si no estoy yo, están mis hijos”, aseguró.
La familia también necesita ropa, calzado, frazadas, alimentos, colchones, utensilios, documentos escolares, artículos de higiene y todo lo que pueda ayudar a recuperar algo de lo perdido.