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Cuando Alejandra Vázquez y su pareja decidieron experimentar con botánicos para hacer gin en casa, allá por 2018, nunca imaginaron que ese hobby íntimo, compartido entre risas, pruebas fallidas y catas con amigos, terminaría representando a Salta en una de las competencias de bebidas espirituosas más importantes del mundo.
La historia de Gin 4400 es, ante todo, la historia de una pareja salteña que apostó por una pasión y decidió tomársela en serio. “Empezamos por curiosidad, porque nos gustaba mucho el gin, y acá todavía no era una moda. En Europa sí, pero en Argentina no era común ver gente elaborando gin artesanal”, cuenta Alejandra. Lo que comenzó como un juego doméstico se fue transformando en un proceso meticuloso, hasta llegar a una receta única.
Eligieron un nombre simple pero lleno de sentido: 4400, el código postal de la ciudad de Salta. “Queríamos que llevara nuestra identidad. Es otra forma de decir Salta”, dice con orgullo. Con esa marca, fueron dando forma al emprendimiento, combinando botánicos, afinando aromas, y cuidando hasta el último detalle: botella, etiqueta, estética.
El primer producto que lanzaron al mercado fue su London, una versión clásica del gin, pero con una impronta local. “Tiene ocho botánicos, entre ellos el cedrón, el enebro, el clavo de olor, el cardamomo y un ingrediente que le da un carácter especial: la flor de lúpulo. Es el mismo que se usa en la cerveza, y aporta un aroma particular y un amargor distintivo. Ese fue nuestro toque”, explica Alejandra.
Durante años, trabajaron en silencio. Cada paso del proceso lo hicieron con sus propias manos, y sin el respaldo de una gran estructura comercial. “Fue todo a pulmón. Solo nosotros dos, mi pareja y yo. Nos encargamos de producir, embotellar, etiquetar, distribuir y promocionar”, recuerda. Incluso llegaron a ofrecer su gin en bares salteños, pero pronto decidieron retirar el producto de esos espacios. “Lo mezclaban mal, le ponían de todo. Y este gin no necesita disfrazarse. Con hielo, una tónica y un cítrico, es perfecto. Sentía que le bajaban la calidad”, confiesa.
El salto internacional llegó este año, cuando Gin 4400 participó por primera vez en la International Wine & Spirit Competition (IWSC) de Londres, una de las competencias más exigentes del sector, que reúne etiquetas de todo el mundo. Para poder inscribirse, tuvieron que cumplir con un largo proceso legal y administrativo, que les llevó varios años. “No es fácil. Tenés que tener todos los permisos, todo en regla, para poder enviar tu producto. Y el envío también es complejo: hay que embalarlo bien, pasar aduana, asegurarse de que llegue intacto”, detalla.
Y llegó. El 2 de junio, el gin salteño fue catado por jueces internacionales y obtuvo 88 puntos sobre 100, lo que le valió dos medallas de bronce: una en la categoría de gin puro y otra como gin tonic. “Fue una emoción inmensa. Compitieron productos de todo el mundo, de países donde el gin es tradición, y el nuestro, hecho en Salta, fue premiado. Es un orgullo enorme”, asegura Alejandra.
El reconocimiento no solo valida la calidad del producto, sino que abre puertas. Ahora, cada botella de Gin 4400 puede llevar la medalla oficial del IWSC, un sello que distingue a las etiquetas premiadas. “Ya tenemos la medallita para colocar en las botellas. Es como una estrella Michelin para los chefs. Eso nos posiciona de otra forma”, dice entusiasmada.
Además del London Dry, Gin 4400 produce otras dos versiones: una de frutos rojos -elaborada con cerezas y arándanos naturales- y otra cítrica, con notas de pomelo y naranja. Ambas se destacan por incorporar frutas reales, no esencias ni saborizantes artificiales. “La diferencia es que ya vienen con sabor. No necesitás agregar nada más. Lo servís y listo”, explica.
Hoy por hoy, la venta se realiza principalmente por redes sociales, a través de @4400gin en Instagram. No tienen aún un local a la calle, pero participan de ferias y eventos privados cuando son convocados. “Nos cuesta un poco estar en todo, porque seguimos siendo solo nosotros dos. Pero cada propuesta nueva es bienvenida”, dice Alejandra.
El gin 4400 no es solo una bebida: es una historia de perseverancia, de amor por la calidad, y de pertenencia. En un mundo dominado por las grandes marcas, su presencia en Londres es la prueba de que el trabajo artesanal, cuando se hace con pasión y cuidado, puede llegar muy lejos.
“Nos cambió la vida. Esto ya no es un hobby, es nuestro proyecto de vida. Y saber que lleva el nombre de Salta en cada etiqueta nos llena de emoción. Ojalá cada vez más salteños lo conozcan, lo prueben y se sientan parte de este camino”, concluye.