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En el barrio Santa Ana II, al sur de la ciudad de Salta, se libra una dura disputa por la preservación de un terreno que, para los vecinos, representa mucho más que tierra: es historia, deporte, identidad y contención social. La cancha principal del barrio, ubicada entre las calles Virgen de Guadalupe y María Auxiliadora, se convirtió en el epicentro de un conflicto que involucra a una cooperativa, una medida judicial de desalojo, particulares que aseguran haber comprado lotes y una comunidad que resiste para no perder lo único que les queda.
Este martes, los vecinos tomaron una drástica decisión: derribaron los cercos colocados a la mañana por particulares dentro del predio de la cancha y los prendieron fuego como medida de protesta.
La acción fue acompañada por el envío de bomberos y refuerzo policial, pero los vecinos sostienen que no se moverán del lugar.
“No vamos a entregar la cancha”
“Esto es de todos. Entrenan chicos desde los 5 años, vienen de todos los barrios de la zona sur. Esta cancha es el corazón del barrio”, afirmó Alejandro, integrante del Club Deportivo Santa Ana II, que gestiona el predio desde hace más de tres décadas.
Miguel, también parte de la comisión, reforzó: “Hace 30 años que estamos acá. Ya nos sacaron una parte y no vamos a permitir que lo último que queda también se lo lleven. Acá hay historia, hay familias, hay comunidad. Esto no es un terreno baldío, es nuestro club”.
La palabra del abogado
La situación legal fue aclarada por el doctor Corregidor, abogado y vecino del barrio:
“La orden de desalojo fue emitida por la jueza Ovejero Paz, pero es importante entender que la sentencia fue contra el centro vecinal, no contra el club Santa Ana II, que es quien históricamente ocupó y gestionó este espacio. Este es un punto clave porque la medida *no es oponible al club* ni a sus miembros”.
Corregidor explicó que existe una demanda iniciada por el club en la que se reclama prescripción adquisitiva de derechos reales, basándose en más de 20 años de posesión pacífica, pública e ininterrumpida.
Además, advirtió sobre la legalidad de las ventas que estaría realizando la presidenta de la cooperativa Calchaquí, Blanca Lucero:
“Esa cooperativa no tiene aprobado un plano de desmembramiento ni mensura. No hay proyecto inmobiliario registrado. Lo que están haciendo es vender terrenos de forma absolutamente irregular, sin posibilidad de escriturar”.
Según el abogado, la cooperativa vendió tierras sin participación de los socios originales, muchos de los cuales ni siquiera fueron notificados de las asambleas. “Renovaron el padrón a medida y vendieron lotes que legalmente no se pueden vender”, explicó.
“Este terreno no pertenece al centro vecinal, como dice la sentencia. Pertenece al club y a los vecinos que lo usaron y mantuvieron durante más de tres décadas”, agregó.
Corregidor destacó que en esta cancha se realizaron torneos organizados por la Secretaría de Deportes, actividades escolares, campeonatos municipales, y que incluso fue alquilada para escuelas de fútbol y clubes de otros barrios. “Es un patrimonio cultural y deportivo del barrio”, sostuvo.
La voz del Club El Tribuno
También se hizo presente Daniel Calderón, presidente del Club El Tribuno, para brindar su respaldo a la comunidad: “Gracias a la gente de Santa Ana II, muchos chicos del sur entrenan acá. En El Tribuno no nos da la capacidad, entonces Santana nos abrió las puertas. Entrenamos todos los días con más de 300 chicos en tercera, cuarta y quinta división. Esto no es solo fútbol, es contención social en un momento donde las calles están llenas de drogas y peligros”.
Calderón remarcó que el deporte es fundamental y que el predio debe seguir cumpliendo esa función. “Pedimos que las autoridades intervengan y reviertan esta situación. No puede perderse un espacio como este”, sentenció.
Un desalojo en disputa
La escena de las últimas horas incluyó la quema de postes, la presencia policial creciente, intervención de bomberos y decenas de vecinos que se apostaron a cuidar la cancha. Algunos se mostraron visiblemente angustiados.
“Yo crecí acá. Me emociona ver esto porque nos quieren quitar algo que es de todos. Ya nos sacaron una parte, no podemos permitir que sigan avanzando”, expresó José Luis, vecino y colaborador del club.
“Todos los arreglos, el corte de pasto, los arcos, la limpieza, todo lo hicimos nosotros. Los vecinos sostienen este lugar con esfuerzo y compromiso. Esto no es negociable”, agregó.
Lo que viene
La tensión continúa. El doctor Corregidor adelantó que se presentarán medidas cautelares y posiblemente acciones de interdicto para preservar la posesión. “Vamos a responder por las vías legales que correspondan, pero los vecinos no se van a ir”, sostuvo.
Mientras tanto, los vecinos aseguran que permanecerán en el lugar día y noche. “Vamos a resistir. Esta cancha es nuestra y de los chicos del barrio. No estamos usurpando, estamos defendiendo lo que cuidamos toda la vida”, repiten.