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Los detalles del aterrizaje histórico

Jueves, 29 de diciembre de 2011 21:04

De La Rúa presentó su renuncia a las 19:45. Los pilotos no lo sabían y solo siete minutos más tarde el potente ruido del Sikorsky S-76 sobrevoló la convulsionada Plaza de Mayo. Había un oficial destacado en la Casa Rosada que se entrevistó con el arquitecto oficial para analizar el operativo. Bajo el helipuerto está el Salón Blanco, por lo que se acordó que la máquina no debía descargar su peso sobre la estructura.

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De La Rúa presentó su renuncia a las 19:45. Los pilotos no lo sabían y solo siete minutos más tarde el potente ruido del Sikorsky S-76 sobrevoló la convulsionada Plaza de Mayo. Había un oficial destacado en la Casa Rosada que se entrevistó con el arquitecto oficial para analizar el operativo. Bajo el helipuerto está el Salón Blanco, por lo que se acordó que la máquina no debía descargar su peso sobre la estructura.

“No implicaba ninguna dificultad. Cualquiera que estuviese de turno lo hubiera hecho. Hablamos de helicópteros de última generación, preparados para situaciones de todo tipo”, afirmó el piloto. El helicóptero solo tenía combustible para trasladarse dentro de la Capital Federal. El Sikorsky Black Hawk no hubiera podido aterrizar en la terraza, por lo que esperaba con tripulación asignada alguna eventualidad. Según trascendió, se habría planeado una ruta de escape hacia el Uruguay.

La radio que los comunicaba con el oficial en la Casa Rosada dejó de funcionar en cuanto estuvieron encima del edificio.

A las 19:52, De La Rúa se separó de un nutrido grupo de su entorno para abordar el helicóptero.

Un suboficial de la Fuerza Aérea le abrió la puerta y tras del ex presidente se subió el teniente coronel Gustavo Giacosa, que cumplía su primer día como Edecán presidencial. Fue el único que lo acompañó. En menos de un minuto el Sikorsky S-76 levantó vuelo.

Durante los cuatro minutos que duró el viaje, el expresidente no dijo una sola palabra.

La quinta presidencial estaba abarrotada por las fuerzas de seguridad. “No se acostumbra a hablar con la autoridad, menos en un vuelo tan corto. Los pilotos están atendiendo una gran cantidad de cuestiones. Hubo un gesto de cabeza para ver si había algún requerimiento, pero no noté nada anormal”, contó Zanlongo. “Solo puedo esperar que nunca vuelva a suceder algo así en el país”, reflexionó.

 

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