El segundo matrimonio de Lucrecia, fue a poco de parir el hijo cuyo padre se desconoce, pero que dio pie a la historia de incesto que marcó su leyenda. El elegido en esta oportunidad fue Alfonso de Aragón. La boda había sido concertada por su hermano César. Esta unión era beneficiosa para los Borgia. Con el tiempo dicha alianza se volvió políticamente adversa, entre otras causas por las intrigas políticas de la familia papal. Al año siguiente del nacimiento de su segundo hijo, Rodrigo Borgia de Aragón, César mandó a matar a su cuñado, una noche de julio de 1500 quedando herido de gravedad. Lucrecia estaba en conocimiento de que su marido había sido condenado a morir, por eso no se separó de su lado. Pero una artimaña de César, la hizo abandonar el cuarto por unos segundos, los suficientes para que un emisario de su hermano lo asesinara.
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El segundo matrimonio de Lucrecia, fue a poco de parir el hijo cuyo padre se desconoce, pero que dio pie a la historia de incesto que marcó su leyenda. El elegido en esta oportunidad fue Alfonso de Aragón. La boda había sido concertada por su hermano César. Esta unión era beneficiosa para los Borgia. Con el tiempo dicha alianza se volvió políticamente adversa, entre otras causas por las intrigas políticas de la familia papal. Al año siguiente del nacimiento de su segundo hijo, Rodrigo Borgia de Aragón, César mandó a matar a su cuñado, una noche de julio de 1500 quedando herido de gravedad. Lucrecia estaba en conocimiento de que su marido había sido condenado a morir, por eso no se separó de su lado. Pero una artimaña de César, la hizo abandonar el cuarto por unos segundos, los suficientes para que un emisario de su hermano lo asesinara.
Las malas lenguas
Según se sostuvo por mucho tiempo César había asesinado a su cuñado por celos. Con la boda, Lucrecia habría dejado de prestarle atención. A lo que se sumó la desfiguración del rostro de César por la sífilis. Esto lo llevó al uso de máscaras y ropas negras, que lo hizo más temerario aún. Contrariamente a la leyenda, por segunda vez intentó salvar la vida de su marido, pero esta vez sin suerte.
¿César lo mató por celos, o simplemente era un estorbo político que había que eliminar? ... no lo sabemos. Lo claro es que la joven estaba destinada a ser la moneda de cambio en cada entuerto político de su poderosa familia.
El tercer matrimonio
Al año de la muerte de Alfonso, Lucrecia, que sólo tenía 20 años, y después de ser administradora de la Iglesia, lo cual fue muy criticado dada su juventud e inexperiencia, su padre decidió casarla con un heredero de la familia D"Este, duques de Ferrara. El nuevo postulante también se llamaba Alfonso. La familia D"Este se opuso al trato, habida cuenta de la triste fama de los Borgia. Envenenadores, incestuosos, asesinos, maquiavélicos e inescrupulosos eran algunas de sus cualidades. Pero tal vez por ello mismo, nadie podía sostenerles una negativa por demasiado tiempo.
Los Borgia ganaron y obtuvieron el consentimiento. Lucrecia partió para Ferrara, donde se transformó en duquesa. Durante su estancia en la ciudad se dedicó al cuidado de sus hijos y pasó a ser una mecenas del arte, apasionada en la plástica y la música. Intentó llevar a la Corte de Ferrara al hijo que había tenido con Alfonso de Aragón, pero su marido se negó y el chico, a los pocos años murió. Lucrecia, por un tiempo, se recluyó en un convento. Nunca pudo reponerse de la muerte de su hijo.
Literatura y leyendas
La vida de Lucrecia fue escrita y re-escrita; novelas, películas y series han girado alrededor de ella y sus parientes; sin embargo parece que la mujer llena de odio, lujuria y descontrol, en realidad sólo fue una mujer común que sobrellevó su vida como pudo.