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Finalizó la globalización (I)

Domingo, 05 de junio de 2011 20:22

La llamada “globalización” fue una etapa más en el organizado camino de dominación del hombre por el hombre, con meta en el total dominio planetario a través de un llamado “nuevo orden”, en el que los dueños del poder lo consoliden a nivel mundial.

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La llamada “globalización” fue una etapa más en el organizado camino de dominación del hombre por el hombre, con meta en el total dominio planetario a través de un llamado “nuevo orden”, en el que los dueños del poder lo consoliden a nivel mundial.

Los dramáticos momentos de cambio que vivimos exigen una fuerte dosis de independencia intelectual para poder ver las cosas como realmente son , y no de la manera que pretenden hacernos creer que son, por medio de los mundiales sistemas de comunicación.

Ya no basta con comportarse según nos impone el sistema, sino que se exige que “pensemos” según él lo desea. Con lo que se establecen cadenas psíquicas invisibles, infinitamente difíciles de quebrar.

Bipolaridad

Como una primera parte de futuras entregas, es preciso referenciar como un válido paso en este tránsito, la esfumación del comunismo.

¿Cuándo se fue? No podemos estar seguros; solo sabemos que una mañana leímos los diarios y nos enteramos de que la hazaña se había llevado a cabo. Había socialdemócratas por todas partes y quedaban pocos comunistas. Los líderes rusos hablaban como si ellos fueran enemigos tradicionales del antiguo régimen. Había llegado la Perestroika, el comunismo había muerto. No había sido aniquilado por algún enemigo, se había botado a sí mismo fuera de la existencia: ­se había suicidado!

¿No parece extraño que el comunismo haya caído sin ninguna batalla?

¿No resulta curioso que un sistema que nació de la lucha de clases y de la revolución, y que se mantuvo en el poder por la fuerza y la violencia durante casi un siglo, simplemente se retirara por propia voluntad?

El comunismo no fue derribado por el pueblo en armas, en lucha por “derechos humanos”, como ocurre actualmente en Medio Oriente con la bendición del mundo “civilizado”.

No hubo ninguna revolución, ningún largo período de fragmentación, ninguna lucha sangrienta entre facciones opuestas. ­­Puff!! Simplemente se fue. Semejante hecho jamás se había producido en toda la historia, ha sido contrario a la manera en que los gobiernos actúan, contrario a la propia naturaleza del poder, el cual jamás se rinde sin una lucha a muerte.

Una gran curiosidad que debería hacer que lo meditemos un poco más a fondo. Sin embargo, sin ningún análisis, tomamos como natural lo acontecido. (G. Edward Griffin, “The Creature from Jekyll Island”, 1995).

El comunismo dejó de servir con su función transitoria.

El capitalismo internacional y el comunismo internacional proponen distintos caminos que, en común acuerdo, desembocan en un mismo objetivo de ordenar el control planetario en una concentración del poder en un pequeño grupo de estructuras económico-financieras. Tal como siempre lo demostraron los máximos líderes soviéticos que jamás fueron hostiles hacia los grandes financistas y hombres de negocios de Occidente, a pesar de toda la retórica de ambos bandos destinada para el consumo de sus respectivas opiniones públicas.

En la medida que encontremos respuestas valederas a los cruciales interrogantes de la historia, empezaremos a entender el camino en que es arreada, sin contemplaciones, la majada humana de la que formamos parte.

El cuento infantil de un flautista bien puede despertar nuestras neuronas.

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