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13 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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?Nada bueno que decir de Sarmiento?

Sabado, 10 de septiembre de 2011 20:04

No me imagino la historia sin Sarmiento. Lo que rescataría es su proyecto de educación popular, masificada.

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No me imagino la historia sin Sarmiento. Lo que rescataría es su proyecto de educación popular, masificada.

Sarmiento es un personaje complicado porque tiene aristas progresistas en su discurso y en sus propuestas, pero como político siempre fue un conservador reaccionario y represor de las luchas populares de su tiempo. Fue enemigo del movimiento federal de los caudillos del interior, de las montoneras y de todas las formas de reclamo de una participación en los asuntos públicos de las mayorías populares. Un unitario que perteneció a una generación que adoptó el título de liberal para diferenciarse de los unitarios que estaban desprestigiados desde la época de Rivadavia. Sarmiento fue un hombre del interior que se plegó a la postura centralista del mitrismo que, en definitiva, contribuyó al proyecto que desvirtuó la construcción federal.

Hay que saber que muchos dicen que pretendió regalar la Patagonia por su afinidad con los intereses chilenos, pero sólo fueron opiniones de Sarmiento que no tuvieron trascendencia. Lo grave es que Sarmiento intervino como director de guerras civiles para terminar con caudillos federales, como el Chacho Peñaloza, y cometió otros crímenes reprochables, aunque después escribió mucho para absolverse de esa culpa.

Lo que rescataría de Sarmiento es su proyecto educativo, su propuesta de educación popular, pero popular en cuanto a la masificación de la enseñanza, no en su contenido. Esta propuesta no se desarrolló durante la presidencia de Sarmiento, ya que los mayores presupuestos de su gobierno estaban destinados al ejército para las luchas civiles. En cuanto a que la mujer haya tenido acceso a la educación a través de Sarmiento, es parte de sus buenas ideas, pero no lo concretó él, sino que son políticas que se desarrollaron más adelante. Destaco su idea de un sistema educativo amplio, pero no lo justifico porque siempre su ideal estuvo en una política centralista.

Dijo que “no se ahorre sangre de gaucho” y de eso se toma mucha gente para repudiarlo. En verdad esa no fue una expresión inocente ni abstracta. El le escribió a Mitre después de la batalla de Pavón, que era el momento de barrer a toda la base social, popular, del federalismo compuesta por los campesinos armados que formaban las montoneras de ese tiempo.

En cuanto a “Facundo”, es un libro escrito contra Rosas y es un poco el pretexto para describir la época. Es un libro muy interesante porque tiene rasgos sociológicos y políticos que son realmente esclarecedores, pero hay que leerlo con la salvedad de que es un libro de batalla que tiene una finalidad partidista, aunque sus observaciones sociológicas del país de ese tiempo son muy rescatables. A Sarmiento hay que leerlo con beneficio de inventario, sin comprar lo que intenta vender y aprovechar lo que su gran capacidad intelectual ayudó a develar.

No me puedo imaginar la historia argentina sin Sarmiento. Sin dudas, es representativo de una parte del pensamiento de la clase dirigente de nuestro país hasta hoy. Es la gente que espera todo de afuera. Yo soy de los que piensa que el país nunca va a consolidar su entidad nacional si no es a partir de sus propias fuerzas.

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