Primero fue la carne. A principio de año sus precios aumentaron considerablemente. Tanto, que la demanda de pollo, dicen quienes trabajan en el rubro, también creció. Pero en esta última semana también se encareció el precio de este producto de la canasta básica. Comer pollo también podría convertirse en un lujo como el clásico asadito que para muchos ya no es cosa de todos los domingos.
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Primero fue la carne. A principio de año sus precios aumentaron considerablemente. Tanto, que la demanda de pollo, dicen quienes trabajan en el rubro, también creció. Pero en esta última semana también se encareció el precio de este producto de la canasta básica. Comer pollo también podría convertirse en un lujo como el clásico asadito que para muchos ya no es cosa de todos los domingos.
Lo cierto es que pese a que se han encarecido los costos de producción, el incremento aún no se ha trasladado a la venta minorista, al público en general. Al menos no en las pollerías chicas, ya que en algunos supermercados los pollos se exhiben a precios que alcanzan una suba de hasta un 20%.
El Tribuno recorrió algunos supermercados y pollerías de la ciudad. Todos coinciden en que el aumento del pollo, en los últimos días, ronda ese porcentaje. Sin embargo, al menos por ahora, la gente cuenta con algunas alternativas para comprar sin aumento.
Pero todo parece indicar que la suba definitiva es inminente, como en los supermercados, donde el pollo ya está más caro que en las pollerías.
Por el momento los comerciantes que se dedican exclusivamente a este rubro sostienen que intentan mantener los precios en pos de no perder clientela y dicen, también, que las subas son imprevisibles.
Eugenia López, de la pollería Delicias de Pollo, comentó que la última suba fuerte se había registrado en abril pasado, en un 15%. Dijo que esa fue la última vez que ellos modificaron sus precios al público, pese a que mes a mes hubo variaciones en la compra al por mayor. “Esto realmente nos preocupa mucho. Mantener los precios significa ganar menos y si los precios continúan subiendo va a llegar un momento en que no nos va a quedar otra que modificar nuestra lista de precios”, dijo.
Oscar Márquez, de El Mayorista del Pollo, coincide en que los precios son muy imprevisibles y considera que tiene que ver con la demanda y el nivel de producción. Otros comerciantes piensan que tiene que ver con una cuestión netamente inflacionaria. Nadie lo sabe a ciencia cierta.
Producción, más cara
Roque Pérez, de Avícola San Luis, por su parte, dijo que la variación en los precios tiene que ver con la inflación. “Si sube el maíz, la soja, las vacunas para los pollos, el combustible, es lógico que suban los precios del pollo”, dijo. De todos modos, reconoció que la variación muchas veces depende de los precios de mercado, que no siempre guardan relación directa con los costos de producción.
Por ahora, en muchas otras pollerías, como Ami Bue, por ejemplo, los comerciantes especulan con las promociones. Ponen precios muy bajos por la compra de 5 o más kilos. Desde esa pollería informaron que, en contrapartida, los precios a compradores mayoristas sí han tenido que ser modificados.
Para graficar: el precio minorista del pollo entero ronda los $14 en las pollerías. De aplicarse el aumento alcanzaría los $17 o $18, precio que ya se exhibe en las góndolas de algunos supermercados.
No existe una cámara que regule
Los comerciantes dicen que no saben por qué los precios suben y por ello se sienten desprotegidos. Es que no existe una cámara de polleros que pueda trabajar en la regulación de la actividad, que los organice en los lineamientos a seguir.
Eugenia López dijo que los proveedores no les brindan información sobre lo que verdaderamente ocurre con los precios y que ella, desde su negocio, está buscando organizarse junto a otros trabajadores del sector.
Finalmente comerciantes coincidieron que por el momento no hubo grandes variaciones, pero temen que la suba hacia fin de año sí los perjudique.