Dos hectáreas de flora nativa se sumaron ayer a las 120 hectáreas que devoró el fuego en los faldeos de los cerros San Bernardo y 20 de Febrero el pasado 18 de septiembre. Vientos con efecto Zonda hicieron revivir en la víspera aquellas angustiantes imágenes, aunque esta vez los focos de incendio fueron menos, como también los daños materiales y los casos de emergencia atendidos en distintas localidades del Valle de Lerma.
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Dos hectáreas de flora nativa se sumaron ayer a las 120 hectáreas que devoró el fuego en los faldeos de los cerros San Bernardo y 20 de Febrero el pasado 18 de septiembre. Vientos con efecto Zonda hicieron revivir en la víspera aquellas angustiantes imágenes, aunque esta vez los focos de incendio fueron menos, como también los daños materiales y los casos de emergencia atendidos en distintas localidades del Valle de Lerma.
Además de los incendios, favorecidos por las condiciones ambientales, pero atribuidos a hechos intencionales, conductas desaprensivas y desidia, hubo cortes en cableados, algunas voladuras de chapas y postes eléctricos desestabilizados en la Capital y localidades vecinas, por ráfagas que llegaron a superar los 50 kilómetros por hora. No se reportaron saldos personales ni evacuaciones.
Los momentos más angustiantes en la Capital salteña se vivieron poco después del mediodía, cuando se desataron tres incendios, con diferencias de apenas minutos entre unos y otros, en la ladera sureste del cerro San Bernardo, en el barrio El Mirador (sobre la autopista de acceso a la ciudad de Salta), y en villa Palacios (junto a la ribera sur del Arenales) a pocas cuadras de rotonda de la avenida Paraguay.
Por esas horas los equipos de medición del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) marcaban 35,5 grados y apenas un 15% de humedad en la capital salteña y zonas aledañas, como Vaqueros, donde unidades coordinadas por Defensa Civil debieron controlar un incendio que comenzaba a propagarse desde las estribaciones del Mojotoro hacia áreas pobladas al oeste. Este siniestro fue controlado con la ayuda del avión hidrante cedido a Salta por el Plan Nacional de Manejo del Fuego. El viento soplaba a 65 kilómetros por hora.
En Palacios y El Mirador
Los focos de incendio desatados en Villa Palacios y El Mirador fueron rápidamente controlados por brigadistas. En el primero de los casos, el siniestro se inició con una quema de residuos en un microbasural localizado a pocos metros de la costanera sur del río Arenales. En barrio El Mirador también fue extinguido.
En el cerro San Bernardo
El incendio que se reportó a las 12,28 en la ladera sureste del cerro San Bernardo demandó muchos más esfuerzos, medios y tiempo hasta su control y neutralización. Las primeras llamas se levantaron en el sector conocido como Ojo de Agua, una cañada que proyecta entre el San Bernardo y el Cerro de los Ala Deltas hacia las urbanizaciones de la zona del autódromo Martín Miguel de Gemes. En ese sector, trabajaron hasta la caída de la tarde equipos de Defensa Civil, el Plan Nacional de Manejo del Fuego, la Brigada contra Incendios Forestales, la Policía Rural y la Subsecretaría de Prevención y Emergencias del Municipio capitalino.
Las intervenciones en tierra fueron complementadas con ocho disparos (lanzamientos de grandes volúmenes de agua) desde el helicóptero hidrante de Aviación Civil. El control de este incendio insumió dos horas, pero las tareas de neutralización y enfriamiento se extendieron hasta la caída de la tarde con el apoyo de camiones cisterna de la empresa Aguas del Norte.
Por esas horas, cuadrillas de la empresa distribuidora del servicio eléctrico, Edesa, también trabajaban a destajo para estabilizar y reponer los postes que cedieron y quedaron en pie, sólo por la sujeción de los cableados, en distintos puntos de la capital y otras localidades del Valle de Lerma, como La Merced.
Preocupación en La Merced
Con los fuertes vientos que se registraron ayer los vecinos de La Merced renovaron una preocupación: la posible caída de postes de la red eléctrica. reavivaron los reclamos.
Los postes de alumbrado público en esa localidad salteña están en una situación deplorable. Los vecinos temen que en cualquier momento más de media docena eche por tierra la red de energía eléctrica con todos los peligros que esa situación conlleva. Las denuncias y los reclamos se vienen sucediendo desde principios de septiembre, pero Edesa aún no intervino.
Los más deteriorados y a punto de caer están ubicados en las calles Maipú, entre General Gemes y Mariano Moreno; Maipú y 9 de Julio; Hipólito Yrigoyen, entre Moreno y San Martín. También en barrio 25 de Mayo, sobre 9 de Julio; camino al cementerio local, a la altura del matadero y en el paraje Sumalao. Los que se encontraban ubicados a la vera de la nacional 68 se desplomaron hace algunas semanas.