El próximo domingo se celebrará en Iruya la fiesta patronal en honor a Nuestra Señora del Rosario. Los actos centrales se desarrollarán en la sede parroquial de la Iglesia, que actualmente depende de la prelatura de Humahuaca, creada en 1969 por el Papa Pablo VI. Desde entonces, la parroquia está a cargo de los Misioneros Claretianos de la Provincia Bética (España).
Sin duda, la fiesta patronal de Iruya, es una de las más atractivas de la provincia de Salta. Es solo comparable a las de Santa Victoria (Santiago), Cachi (San José), y de Molinos (Virgen de la Candelaria). Celebraciones estas, donde aún se conservan costumbres y hábitos religiosos de la época colonial. Por esa razón es que que convocan a gran cantidad de fieles y turistas que llegan de distintas partes de la Argentina y el extranjero.
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El próximo domingo se celebrará en Iruya la fiesta patronal en honor a Nuestra Señora del Rosario. Los actos centrales se desarrollarán en la sede parroquial de la Iglesia, que actualmente depende de la prelatura de Humahuaca, creada en 1969 por el Papa Pablo VI. Desde entonces, la parroquia está a cargo de los Misioneros Claretianos de la Provincia Bética (España).
Sin duda, la fiesta patronal de Iruya, es una de las más atractivas de la provincia de Salta. Es solo comparable a las de Santa Victoria (Santiago), Cachi (San José), y de Molinos (Virgen de la Candelaria). Celebraciones estas, donde aún se conservan costumbres y hábitos religiosos de la época colonial. Por esa razón es que que convocan a gran cantidad de fieles y turistas que llegan de distintas partes de la Argentina y el extranjero.
Cómo llegar
Para ir a Iruya desde Salta, primero se debe arribar a San Salvador de Jujuy por cualquiera de las rutas habituales (34 o 9). En la capital jujeña se debe seguir por la ruta nacional 9 que va a Humahuaca. Desde allí, por la misma ruta, a 26 kilómetros, está, a mano derecha, el acceso a Iruya. Siguiendo ese camino consolidado, se llega a la Estación Iturbe (exF.C.N.G.B.), que está a 8 kilómetros del cruce. A partir de allí, siempre por camino consolidado, sinuoso y en subida se arriba a “Abra del Cóndor” a 4.000 m. sobre el nivel del mar, límite interprovincial salto jujeño.
En Abra del Cóndor comienza un descenso de 19 kilómetros y de 1.220 metros de diferencia altimétrica. En ese recorrido, el visitante se sumerge en la variedad más insólita de colores, que van del verde agreste al morado o violeta, pasando por el amarillo y el azul metálico. Las montaña, muestran formas caprichosas y curiosas que se desdibujan en las aguas del río Colanzulí, que corre a la vera del camino de cornisa.
En las elevaciones que atraviesa el camino, y como parte del paisaje, están las manadas de llamas, ovejas, burros, vicuñas y cabras.
Finalmente al arribar a Iruya, la primera impresión es de que se trata de un pueblo “incrustado en la montaña”. Otros dicen que cuelga de los cerros y no falta los sostienen que más bien parece una isla, por estar rodeado por los ríos Colazulí (Iruya) y Milmahuasi.
Costumbres ancestrales
En Iruya, sus habitantes han mantenido sus costumbres ancestrales. Eso se aprecia en la vestimentas de las mujeres especialmente, y en la arquitectura del pueblo que conserva sus calles angostas y empedradas, casa de adobes, piedras y paja.
El camino para el tránsito automotor termina en Iruya, y para viajar al interior del departamento solo es posible hacerlo a lomo de mula. ES allí donde se puede apreciar el paisaje montañoso en toda su agresividad y magnitud. Siguiendo los lechos de los riachos que surcan su territorio, se aprecian quebradas de diferentes formas y colores. La piedra laja, en algunos tramos ha formando paredes que contienen la bravas crecidas del río en verano.
Además, rompiendo la impotencia del paisaje, están los pequeños espacios cultivables, con alfalfares y álamos.
Llegan devotos desde los pueblos vec inos
La Iglesia de Iruya
Fue fundada hacia 1753 según fuentes documentales. La primitiva Iglesia, mantenía muchos rasgos típicos de aquel siglo, pero sucesivas reformas fueron despojándola de ellos. Actualmente sólo la estructura general y las imágenes pertenecen a esa época.
La techumbre era de barro y paja y el interior estaba recubierto de caña brava. El piso era de adobones de gran tamaño, sin que se sepa con certeza cuando se pintó el zócalo alrededor de la Iglesia de color azulado con dibujos de torres, pájaros y platas. Poseía como hasta ahora, dos altares: el mayor, adosado a la pared.
Cambios
La Iglesia sufrió varias refacciones a lo largo de los siglos. En 1926 se retiró el techo de barro y se colocó uno de zinc. En 1943, el cura Angel Peralta le colocó el piso actual. En los años 80 se hizo el nuevo altar y en los 90 se machimbró por adentro el techo. Al no conservar gran parte de la decoración original no pudo ser declarada monumento histórico.
Datos
Iruya está a 2780 m.s.n.mar, a 307 km. de Salta y 210 de San Salvador de Jujuy.