El candidato opositor Mitt Romney utilizó el debate de anteanoche para colocar al presidente Barack Obama a la defensiva en materia de salud pública, empleos y otros asuntos, mientras la renuencia del mandatario a responder severamente le dio esperanzas a los republicanos.
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El candidato opositor Mitt Romney utilizó el debate de anteanoche para colocar al presidente Barack Obama a la defensiva en materia de salud pública, empleos y otros asuntos, mientras la renuencia del mandatario a responder severamente le dio esperanzas a los republicanos.
Romney consiguió resaltar sus principales temas de campaña, reducción de impuestos, menos regulación, rechazar el programa de salud púbica de Obama, evitando responder en su mayor parte a las exigencias del mandatario para que proporcionara detalles sobre cómo se pagarían sus propuestas o el cuidado de la salud de los estadounidenses.
Por otro lado, ni Obama ni el moderador del debate presionaron a Romney sobre algunos de sus puntos más vulnerables, entre los que se encuentra la aseveración de Romney de que 47% de los estadounidenses son dependientes dóciles del gobierno, un tema difundido profusamente en anuncios por televisión y conversaciones públicas durante las últimas dos semanas.
El debate de 90 minutos en Denver pudo haber sido demasiado endeble para capturar a millones de telespectadores estadounidenses y cambiar la dirección general de la campaña. Las encuestas muestran que Obama tiene ventaja en estados cruciales.
El encuentro complació a los republicanos porque Romney fue agresivo sin sobrepasarse y se sorprendieron de la cautela de Obama.