Otra noche de paz y no es poca cosa. Otro clásico tranquilo en el que se impusieron las crónicas deportivas. Juventud Antoniana y Gimnasia y Tiro armaron un clásico distinto dentro del campo de juego y en las tribunas.
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Otra noche de paz y no es poca cosa. Otro clásico tranquilo en el que se impusieron las crónicas deportivas. Juventud Antoniana y Gimnasia y Tiro armaron un clásico distinto dentro del campo de juego y en las tribunas.
Con mucho menos gente que en otros partidos de esta naturaleza, sobre todo del lado antoniano, el clásico se desarrolló con absoluta normalidad. El operativo de seguridad, nuevamente riguroso, no tuvo fisuras. La advertencia previa de las autoridades policiales, el derecho de admisión para cerca de 200 simpatizantes en total y el buen comportamiento de los presentes, hizo que la noche fuera perfecta, por calificarla de alguna manera.
Cuando comenzó el partido, la cabecera sur del estadio, la que ocupan los antonianos, tuvo mucho menos gente que en clásicos anteriores. Evidentemente, los incidentes previos y la goleada ante el cuervo minaron y restaron el entusiasmo de los hinchas del santo. Pusieron pocas banderas sobre el paredón y nadie se trepó en el alambrado que, dicho sea de paso, lució por primera vez con el alambre concertina. En consecuencia, el santo no tuvo un recibimiento acorde a su historia y a su localía.
En cambio, el recibimiento de Gimnasia fue mejor organizado. Con humo celeste y blanco, la gente del albo recibió a su equipo con mayor entusiasmo copando el 70 por ciento de la cabecera norte.
En cuanto al derecho de admisión, el comisario Dardo Tolaba, quien estuvo a cargo del operativo, informó que unas 170 personas del santo tuvieron prohibido el ingreso (120 fueron aquellos que concurrieron al clásico anterior contra el cuervo, cuando no lo podían hacer), y unos 30 hinchas del albo. Pero ninguno se presentó, lógicamente. “No hubo demorados y en el estadio todo se desarrolló con normalidad”, le dijo Tolaba a El Tribuno dejando constancia de que el único saldo que arrojó el operativo fue el secuestro de varios litros de fernet.
UN POBRE MARCO
La noche estuvo espectacular para disfrutar del fútbol en vísperas de un feriado. Pero el marco del clásico entre Juventud y Gimnasia no fue el mejor. Cuando comenzó el partido, unas cinco mil personas estuvieron acomodadas en sus butacas y, con el correr de los minutos, la concurrencia se incrementó un poco más. Muchos hinchas ingresaron sobre la hora. La recaudación habría ascendido a 350 mil pesos, aproximadamente. Mucho menos de lo que se esperaba.
SIN INCIDENTES