¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
28 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Los sabores de la cultura: pueblos y tradiciones a través de sus comidas

Sabado, 10 de noviembre de 2012 12:10

Hay mucho más en la comida que sus beneficios de nutrición y salud. Con quién comemos, cuándo comemos, dónde comemos, qué comemos y en qué condiciones comemos, todo tiene un gran significado social y personal. Por eso, uno de los elementos más representativos de una cultura es su comida. Es parte esencial de las tradiciones, los rituales, las creencias, la memoria colectiva y la cotidianeidad de un pueblo. A su vez, tiene un significado único y personal para el individuo, al remitirlo a sensaciones y recuerdos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Hay mucho más en la comida que sus beneficios de nutrición y salud. Con quién comemos, cuándo comemos, dónde comemos, qué comemos y en qué condiciones comemos, todo tiene un gran significado social y personal. Por eso, uno de los elementos más representativos de una cultura es su comida. Es parte esencial de las tradiciones, los rituales, las creencias, la memoria colectiva y la cotidianeidad de un pueblo. A su vez, tiene un significado único y personal para el individuo, al remitirlo a sensaciones y recuerdos.

La cultura de la comida envuelve áreas muy amplias que no sólo incluyen el acto de comer o los ingredientes y recetas usados en cocina, sino que también comprende los procesos de producción, venta y consumo de los alimentos, los espacios donde se come, se prepara la comida o se desechan las formas, normas o modales a la hora de sentarse a la mesa. Abarca también los simbolismos y prohibiciones que puede llegar a tener el alimento dentro de un ritual, una ceremonia, una religión o una sociedad determinada.

La palabra “comensal”, deriva del latín y significa “compartir la mesa”. Justamente la mezcla de la comida aborigen con los ingredientes y carnes traídos de Europa, dieron un crisol de sabores y olores que se definieron en la cocina criolla, donde las diferentes razas del continente se sientan a compartir sus tradiciones culturales. Es en la mesa, donde las disputas entre las diferentes comunidades hacen un alto y fusionan sus sabores.

Salta, con 15 etnias originarias, y más de 40 comunidades extranjeras, es poseedora de una riqueza culinaria que es parte esencial de sus tradiciones y forma parte de los recuerdos de quienes alguna vez visitaron la provincia. No hay ninguna actividad, en cualquiera de sus diferentes sociedades, que no termine con una mesa bien servida. Los diversos climas y condiciones geográficas de Salta aportan sus particularidades a nuestra gastronomía. Esto hace que existan platos exclusivos con sabores propios en los que se mezclan a veces dulces y picantes: la humita, el tamal, la carbonada, el asado, los peces de río, carnes exóticas como el quirquincho, la gacela, el pecarí, la pava del monte, incluso la iguana, la raya, el dentudo y reptiles varios, forman parte de la cocina salteña más tradicional. Aquí debemos sumar bebidas alcohólicas tales como la chicha, hecha de maíz, o la aloja, hecha con vainas de algarrobo.

Pero es la empanada el plato salteño por excelencia. Y son sus visitantes quienes al regresar es lo primero que piden. En los países del continente, a la empanada se la llama, justamente, salteña. Un plato que ha llegado a ser una bandera, un signo de identidad que nos une en torno a la mesa del mundo.

Argentina, país lleno de sabores

 Entre los platos tradicionales argentinos podemos encontrar al charqui, que se trata de una lonja de carne expuesta al sol varios días para secarla. La chanfaina, que es un guiso hecho con menudos y sangre de corderito. La carbonada, hecha a base de carne, zapallo, choclo, papas, tomates y arroz. El huascha locro, tipo sopa espesa, hecha con choclos, zapallo, grasa de pella y ají picante. También la humita en chala, una masa a base de choclos desgranados, cebolla y pimentón que una vez cocinada se distribuye sobre hojas de chala en forma de cruz, se forma un paquetito atado con tiras de la misma chala y se hierve en agua salada. O el rico mote, hecho a base de maíz amarillo sin pelar, agua y cenizas. Se lo sirve dulce con almíbar, al que se llama somó.

PUBLICIDAD