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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Buscan intensamente a un peligroso personaje delictivo

Lunes, 26 de noviembre de 2012 01:05
Se sospecha que el tartagalense contratado por narcotraficantes podría haber huido al centro o sur del país.

Bajo un total hermetismo pero con un importante despliegue de investigadores, la Policía de la Provincia busca intensamente a un peligroso sujeto sindicado por sus pares de Bolivia como la persona que habría contratado a los sicarios que, el lunes 29 de octubre, intentaron asesinar al periodista Fernando Vidal (78), en la Radio Popular de la localidad boliviana de Yacuiba, rociándolo con combustible y prendiéndole fuego.

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Se sospecha que el tartagalense contratado por narcotraficantes podría haber huido al centro o sur del país.

Bajo un total hermetismo pero con un importante despliegue de investigadores, la Policía de la Provincia busca intensamente a un peligroso sujeto sindicado por sus pares de Bolivia como la persona que habría contratado a los sicarios que, el lunes 29 de octubre, intentaron asesinar al periodista Fernando Vidal (78), en la Radio Popular de la localidad boliviana de Yacuiba, rociándolo con combustible y prendiéndole fuego.

Vidal, un exfuncionario comunal, quien desde su rol de comunicador apoyaba cortes en el puente internacional que conecta Argentina y Bolivia y cuanta protesta se producía en el sur del país vecino, es asistido en el hospital San Bernardo de esta capital, luego de haber permanecido dos semanas en una clínica de Santa Cruz de la Sierra donde, según sus familiares, debía pagar fuentes sumas de dinero para ser asistido, lo cual escapaba a sus posibilidades económicas.

Por el hecho, fueron detenidos cuatro sujetos identificados como José Omar Portal Paredes, Juan José Camacho, Jairo Freddy Cejas y Edwar Vargas. Todos permanecen detenidos en Yacuiba. Pero las investigaciones realizadas en el vecino país, según fuentes confiables a las que accedió El Tribuno, apuntan a que los sicarios fueron contratados por un argentino, más precisamente un tartagalense, quien a su vez habría recibió de un poderoso capo del narcotráfico una fuerte suma de dinero para que se deshaga del periodista Vidal, quien habitualmente solía arremeter en sus comentarios radiales contra políticos del sur de Bolivia vinculados con narcotraficantes y contrabandistas.

Hoy, un condenado a muerte

Pero así como el tartagalense recibió una fuerte paga -se habla de miles de dólares para ejecutar el encargo-, éstos como es habitual en el mundo del hampa, le exigieron “eficiencia” absoluta en su trabajo, es decir asesinar al periodista y no dejar rastros de los ejecutores.

Pero el sujeto falló, ya que el periodista siguió con vida y hasta hizo declaraciones a la prensa de su país antes y después de ser trasladado hacia Santa Cruz de la Sierra, mientras que los sicarios fueron detenidos a las pocas horas de perpetrar el hecho.

Al parecer, los cuatro sujetos revelaron el nombre y todos los datos de quien los contrató para asesinar a Vidal; esto habría causado la ira de quienes contrataron al tartagalense. “Ahora resulta que el cazador resultará cazado; tenemos información de buena fuente que los narcos han contratado a dos colombianos para que acaben con él porque no le perdonan que haya fallado de la manera que lo hizo, todo por buscar gente sin experiencia y pagarle unos pocos pesos”, reveló una fuente del vecino país.

Según las fuentes, el prófugo decidió huir de Yacuiba horas después, cuando tomó conocimiento de que el error cometido podría costarle la vida.

Por ese motivo, todo le hace suponer a los investigadores tanto bolivianos como argentinos, que éste se encuentra oculto al oeste de Tartagal, en una barriada denominada El Milagrito, emplazada en las serranías y detrás de los barrios Belgrano y 9 de Julio.

La situación generó la preocupación de la Policía provincial ya que el mayor temor es que la banda de colombianos que habrían sido contratados, se trasladen a Tartagal y lo asesinen en este territorio.

Sabe que su vida no vale nada

La misma fuente extraoficial que reveló la búsqueda de venganza por parte de narcotraficantes hacia el tartagalense que habría mandado a matar al periodista Fernando Vidal, dijo: “Les hemos pasado los datos a nuestros pares de la Policía de Salta porque sabemos que este hombre no puede volver a Bolivia y que permanecerá en su aguantadero del otro lado (de la frontera, en Argentina); el tipo está desesperado porque sabe que su vida no vale nada. Pero la Policía salteña tiene que evitar la irrupción de colombianos porque sería un desastre, después de lo que sucedió con el triple crimen de Acambuco”.

Además, el informante boliviano explicó que el trabajo conjunto y de colaboración mutua entre policías bolivianos y salteños “es una constante. Por ejemplo, ellos (por la Policía de Salta) pudieron atrapar a (el expolicía salteño acusado de narcotráfico y detenido en Santa Cruz de la Sierra Gabriel) Giménez porque le dimos toda la ayuda que pidieron; ahora esperamos que nos retribuyan de la misma manera deteniendo a este sicario y entregándolo para que sea juzgado aquí en Bolivia”, manifestó.

Otra dificultad para detenerlo

La mayor dificultad de los uniformados salteños es que solo unos cuantos efectivos de la zona conocen personalmente al sicario de Tartagal; un hombre relativamente joven, quien maneja todo tipo de armas y conoce la geografía de la región como la palma de su mano.

Quienes saben de quién se trata, afirman que es un sujeto peligroso.

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