“Mi nombre es Boo. ¡La gente me ama!”, dice su presentación en la red social. Y tiene razón. El perro es de raza Pomerania, alemana y de la familia Spitz, que se clasifica como toy por su pequeño tamaño.
Un bloguero de un sitio web de noticias de tecnología develó uno de los mayores secretos de Facebook. Al menos uno que lo era para millones de usuarios que a diario miran embelesados las fotos de Boo, el perro “más lindo del mundo” (según Google), y que de seguro se preguntaban quién sería su afortunado dueño.
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“Mi nombre es Boo. ¡La gente me ama!”, dice su presentación en la red social. Y tiene razón. El perro es de raza Pomerania, alemana y de la familia Spitz, que se clasifica como toy por su pequeño tamaño.
Un bloguero de un sitio web de noticias de tecnología develó uno de los mayores secretos de Facebook. Al menos uno que lo era para millones de usuarios que a diario miran embelesados las fotos de Boo, el perro “más lindo del mundo” (según Google), y que de seguro se preguntaban quién sería su afortunado dueño.
Mike Isaac, quien escribe en AllThingsD, descubrió que el perro pertenece a una funcionaria de Facebook de nombre Irene Ahn, que vive en San Francisco y que es quien sube a Internet las fotos de Boo bajo el seudónimo J.H. Lee, para no quitarle atención a su mascota. Cosa, ciertamente, difícil.
Boo, el perro más lindo del mundo tiene ya 5.600.000 millones de fans en Facebook y en Google hay miles de páginas con sus fotos. Hasta se han publicado libros de sus fotografías ediciones en inglés, portugués, finlandés, francés, alemán, noruego, italiano, japonés, coreano, turco, y una edición en chino se vende en Taiwán.
El éxito de ese primer libro hizo que la editorial que lo publicó decidiera sacar otro, que estará pronto a la venta con el nombre Boo: Little Dog In The Big City (Boo: Un Pequeño Perro en la Gran Ciudad)
Además, Boo tiene una línea de animales de peluche y un libro abecedario para niños.
Una vocera de la editorial (Chronicle Books) dijo que el “dueño o dueña” de Boo para no confirmar, ni desmentir su identidad, nunca buscó la fama o la fortuna, y que fueron ellos quienes lo contactaron cuando descubrieron que el perro tenía una página en Facebook con nada menos que millones de fans.