Según las informaciones publicadas por los operadores turísticos, el último fin de semana largo fue un éxito en todos los centros vacacionales del país, con excepción de nuestro querido Hotel Termas de Rosario de la Frontera, que permaneció casi desocupado. Con mi esposo tratamos infructuosamente de realizar una reserva para el fin de semana largo pero invariablemente nos respondían que se encontraba completo. Por lo tanto decidimos alojarnos en otro establecimiento de la zona y utilizar la pileta y el restaurante del Hotel. Al concurrir a los mismos vimos que estaban prácticamente desocupados. Las personas que los utilizaban eran pasajeros de otros hoteles de la zona y que les había pasado lo mismo que a nosotros: no haber podido hacer reserva por haber recibido la misma contestación. Al consultar en la recepción la respuesta que recibimos nos dejo alelados, ya que nos dijeron que había orden de no vender las habitaciones ya que el sábado por la noche había una cena y querían evitar las quejas de los pasajeros por los ruidos molestos. Realmente es todo muy inexplicable y seguimos sin saber si es una política tendiente a hacer desaparecer el Hotel o es una total incapacidad de gestión.
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Según las informaciones publicadas por los operadores turísticos, el último fin de semana largo fue un éxito en todos los centros vacacionales del país, con excepción de nuestro querido Hotel Termas de Rosario de la Frontera, que permaneció casi desocupado. Con mi esposo tratamos infructuosamente de realizar una reserva para el fin de semana largo pero invariablemente nos respondían que se encontraba completo. Por lo tanto decidimos alojarnos en otro establecimiento de la zona y utilizar la pileta y el restaurante del Hotel. Al concurrir a los mismos vimos que estaban prácticamente desocupados. Las personas que los utilizaban eran pasajeros de otros hoteles de la zona y que les había pasado lo mismo que a nosotros: no haber podido hacer reserva por haber recibido la misma contestación. Al consultar en la recepción la respuesta que recibimos nos dejo alelados, ya que nos dijeron que había orden de no vender las habitaciones ya que el sábado por la noche había una cena y querían evitar las quejas de los pasajeros por los ruidos molestos. Realmente es todo muy inexplicable y seguimos sin saber si es una política tendiente a hacer desaparecer el Hotel o es una total incapacidad de gestión.
Dora Arias, Ciudad